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La productividad en España se desploma un 7,3% en lo que va de siglo, mientras en Alemania ha crecido un 12%
La menor inversión, el "boom" inmobiliario, el exceso de especialización de los sectores, el bajo aprovechamiento educativo y el retraso en la reformas estructurales han marcado el desplome productivo. La distancia entre España y la UE en renta por habitante ha crecido del 2,4% en 2000 al 14,4% en 2022.
"España presenta una preocupante trayectoria de productividad del trabajo y también del capital, así como de la productividad total de los factores (PTF) -que es el principal indicador de eficiencia conjunta de los factores de producción para generar valor añadido-, lo que muestra una evolución de la eficiencia con un deficiente aprovechamiento de los recursos utilizados". Esta es la dura conclusión a la que han llegado la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) en su último estudio sobre productividad publicado hoy, que determina que la productividad PTF acumula en España un retroceso del 7,3% en los primeros 22 años de siglo (2000-2022), un dato que contrasta con los avances, de dos dígitos, registrados por ejemplo en Estados Unidos o Alemania, donde la productividad creció en este mismo periodo un 15,5% y un 11,8%, respectivamente.
El informe, dirigido por los investigadores del Ivie Francisco Pérez, Matilde Mas, Dirk Pilat y Juan Fernández de Guevara, con la colaboración de los economistas del Instituto Eva Benages, Juan Carlos Robledo y Laura Hernández, también constata que tras la recesión de 2007, la productividad en España registró una "modesta mejora" acumulada del 1,2% entre 2013 y 2019, un cambio de tendencia se vio alterado abruptamente por el impacto de la pandemia, ya que desde 2020 la productividad general se ha desplomado más de un 5%, que ha recuperado poco más de la mitad de lo perdido -un 2,8% acumulado entre 2021 y 2022-, aunque se ha recuperado "más rápidamente que tras la anterior crisis financiera".
Sin embargo, este mínimo cambio "positivo" de tendencia, no oculta que el retroceso de la productividad española contrasta con las cifras de la Unión Europea, que han crecido en sentido contrario. Así, la productividad del trabajo -que calcula en informe dividiendo el PIB por el total de horas trabajadas por los ocupados-, creció en España menos que en otros países, un 0,7% desde el año 200, frente al 1,1% que registra la UE en su conjunto ó el 1,4% de Estados Unidos. En cuanto a la productividad del capital -definido como el valor añadido generado por unidad de dotaciones de capital disponibles (maquinaria, equipamientos tecnológicos, inmuebles, infraestructuras públicas y privadas), registró un descenso medio del 1,2% anual entre 2000 y 2022 debido a que "la inversión acumulada avanzó más que el valor añadido generado", apuntan.
El estudio también señala que aunque la productividad conjunta de los factores creció un 1,2% tras el final de la Gran Recesión (2013-2019) y un 2,8% tras la pandemia (2020-2022), "esas mejoras no son suficientes para converger hasta los niveles medios europeos de productividad". Por eso, advierte de que la falta de avances de la productividad "frena" el crecimiento del PIB por habitante y "amplía" la brecha con los países que sí mejoran la eficiencia, ya que la distancia entre España y la UE-27 en renta por habitante ha crecido del 2,4% en 2000 al 14,4% en 2022.
Son muchas las razones que apunta el estudio que pueden explicar los bajos niveles de productividad acumulados en España durante la dos primeras décadas, como "una importante debilidad de su patrón de crecimiento porque la trayectoria de la PTF mantiene los niveles de eficiencia productiva por debajo de los del siglo pasado", a pesar del esfuerzo de acumulación de capital físico y humano de las últimas tres décadas. Según abunda, "el empleo de más cantidades de trabajo y capital ha contribuido a que el PIB de España crezca, pero las mejoras en el aprovechamiento productivo de esos factores podrían también contribuir al crecimiento del PIB y eso no ha ocurrido durante los años del boom y la gran recesión".
Por otro lado, la situación se ha visto agravada por el golpe del 'boom inmobiliario', que todavía supone un "lastre" para la productividad del capital. Así, inciden en que el patrón de crecimiento es "débil" porque la baja productividad del capital refleja una "excesiva" acumulación de activos inmobiliarios -residenciales y no residenciales- durante el 'boom', que "siguen parcialmente utilizados por las empresas que los poseen y lastran la productividad".
Otras causas de la menor productividad tienen que ver con la menor inversión de España en activos intangibles -I+D, software y bases de datos, diseño, imagen de marca, formación de la empresa a sus trabajadores o estructuras organizativas innovadoras-, cuyo potencial para mejorar la eficiencia de las empresas es elevado. En comparación con las economías avanzadas, España ocupa la última posición en inversión en intangibles, a la que solo destina el 40,5% de la inversión total. Es decir, que la inversión en activos que deben contribuir a impulsar la productividad, como las TIC y los intangibles, "avanza a un ritmo menor que en otras economías".
El exceso de especialización de la economía española es "otro freno para su productividad, pues pesan más las actividades poco intensivas en conocimiento y en el uso de TIC". Por tanto, concluyen BBVA y el Ivie, el origen de los problemas de productividad los marcan "los excesos de capacidad en activos inmobiliarios, la falta de inversión en activos intangibles durante la primera década del siglo, el insuficiente aprovechamiento de las mejoras educativas y el retraso en reformas estructurales que dinamicen los mercados de productos y servicios y mejoren la asignación de los factores de producción".
Ambos centros de análisis critican que "España, Italia y Estonia son los únicos países de la zona euro que no han creado todavía un Consejo Nacional de Productividad, como recomendó la UE en 2016, a pesar de que sus problemas en este terreno reclaman respuestas desde hace varias décadas". Por ello, y para analizar la evolución de la productividad española y proponer posibles vías de mejora, la Fundación BBVA y el Ivie han puesto en marcha el Observatorio de la Productividad y la Competitividad en España (OPCE), una iniciativa que incluye la creación de una base de datos que se actualizará periódicamente con información sobre productividad del capital, del trabajo y PTF.
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