
Inversión
Raventós Codorníu, un buen negocio para Carlyle
El fondo de capital riesgo busca asesores para valorar la venta del 68% que posee del grupo animado por unos resultados récord y el creciente aumento del consumo de vinos blancos, rosados y espumosos, en los que está especializado

Raventós Codorníu es la empresa más antigua de España. Sus orígenes se remontan nada más y nada menos que al siglo XVII, aunque los primeros documentos de la actividad vitivinícola de la familia son bastante anteriores, ya que datan de 1551. A lo largo de sus cinco siglos de historia, el legado familiar ha pasado de generación en generación, hasta llegar a los 620 descendientes actuales («los primos») de Jaume Codorníu, propietario de la viña que dio lugar a la bodega creada por su hija Anna («la pubilla» –la heredera–) y su marido Miquel Raventós en el año de 1659.
Un clan familiar dividido en cinco ramas, pero unido por su amor por el vino y su sentido de pertenencia a la familia, aunque muchos de ellos no residan en España. Eso, y que todos reciben su primer sorbo de cava en una cucharilla de plata el día de su bautizo, una tradición que simboliza la importancia del legado y la continuidad familiar. Al frente de todos ellos estuvo durante dos décadas María del Mar Raventós Chalbaud, histórica presidenta de la bodega. Considerada por «Forbes» una de las diez mujeres más influyentes de España, abandonó la presidencia de la empresa después de que el fondo estadounidense Carlyle adquiera el 68% (el restó continuó en manos familiares).
Siete años después de aquella operación, Carlyle busca asesores para valorar una posible venta en un momento álgido para la compañía vitivinícola. Una operación que cobra sentido en una etapa estratégica e histórica, en el que está batiendo récord en ventas y beneficios. Y es que, sin duda, la inversión de la institución de capital riesgo en Raventós Codorníu ha resultado ser un buen negocio. El grupo cerró su último ejercicio fiscal con EBITDA que aumentó un 15%, hasta los 39 millones de euros (frente a los 26 de 2018, el momento de la adquisición de Carlyle), aunque el objetivo, tal y como recoge su plan estratégico, es prácticamente duplicarlo y llegar a los 50 millones. Por su parte, la facturación bruta consolidada fue la más alta de su historia, al totalizar 232 millones de euros, lo que supone un incremento del 4% en relación con el ejercicio anterior. «Estamos en un momento clave. La buena marcha del negocio durante los últimos cinco años liderados por Sergio Fuster ha fortalecido tanto la estructura de la compañía como nuestras operaciones, posicionándonos de manera competitiva en el sector como líderes en valor y en sostenibilidad. Internamente, el inicio de este proceso de consulta representa una oportunidad significativa para seguir fortaleciendo la posición del grupo en el mundo y para seguir generando valor a largo plazo», han asegurado desde la compañía.
La operación Raventós Codorníu es un ejemplo más del interés que suscita el sector entre el «private equity», que busca negocios rentables en las tendencias actuales del mercado. El cambio en los hábitos en el consumo de vino ha impulsado los blancos, rosados y espumosos, situando a la centenaria bodega en una posición privilegiada, ya que el 70% de su producción se concentra en estas variedades tan apreciadas en la actualidad. Y es mientras el consumo de vino tinto ha caído en la última década un 15% el de blanco ha aumentado un 10%, y la tendencia es a seguir creciendo. A día de hoy, en cava, Raventós Codorníu es líder en España, con una cuota de mercado del 21%, y en el mercado mundial alcanza el 12,27%, teniendo el cava un peso del 7,19% sobre el total de espum oso.
También existe actualmente una tendencia interesante: "low" y "zero alcohol". En este sentido, Raventós Codorníu está apostando por vinos con bajo contenido alcohólico. Codorníu comercializa desde hace tiempo un espumoso 0.0 y, recientemente, el grupo han lanzado Raimat blanco y rosado también cero. "La calidad de estos productos ha mejorado de forma muy conveniente en los últimos años, algo que redundará en su despegue. Con respecto a los vinos sin desalcoholizar, la calidad es indistinguible", destacan fuentes de la compañía.
Al grupo pertenecen actualmente, aparte de Codorníu, Legaris, Bodegas Bilbaínas, Raimat, Portal de Montsant, Rondel, Bach, Can Matons, Parxet, Scala Dei y Abadía de Poblet.
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