Finanzas

Reformar la reforma de las pensiones, la exigencia de Moody's para salvar la calificación crediticia de España y 100.000 empleos

La agencia de 'rating' lleva hasta el 3,2% el déficit de la Seguridad Social en 2040 sin medidas correctoras. Avisa de la insostenibilidad del sistema por el envejecimiento y la revalorización con el IPC

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Dos jubilados pasean en Bilbao. Luis TejidoAgencia EFE

Tarjeta amarilla de Moody's al Gobierno español por el déficit acumulado por la Seguridad Social a cuenta de la factura de las pensiones. Advierte la agencia de calificación de riesgos de que el progresivo aumento del gasto en esta partida de España afectará a su calificación crediticia si no se reforma la propia reforma laboral impulsada por el ministro José Luis Escrivá. Si no se llevara a cabo una contrarreforma con medidas adicionales, prevé que el déficit de la Seguridad Social se dispare hasta el 3,2% del PIB en 2040.

Según sus predicciones, el "aumento significativo" del gasto será insostenible al final de las dos próximas décadas si no de toman medidas de ajuste sobre su financiación -tras multiplicar el gasto al vincular su subida a la inflación- y si no se pone freno al envejecimiento poblacional ligado a la salida del mercado laboral de la "generación babyboomer". Todo ello, junto a la posibilidad de la aparición de nuevas crisis económicas, puede suponer una bajada significativa de la nota crediticia de España, situada actualmente en 'Baa1' con perspectiva estable, una situación que complicaría la financiación del Estado, que ha aumentado de forma exponencial durante los últimos tres años el agujero de su deuda y mantiene el déficit por encima del 3%. Por ello, sin las medidas adicionales que exige, Moody's estima que el déficit del sistema se incrementará al 1,4% para 2030 y hasta el 3,2% para 2040, frente al 0,5% de 2022. También prevé que el saldo negativo del sistema no empiece a reducirse hasta el final de la década de 2040, cuando alcanzará un máximo del 4% del PIB, superando incluso el déficit esperado para todos los niveles de la Administración en 2024, del 3,2%.

La agencia se ha mostrado especialmente crítica con el optimismo de las previsiones de ingresos realizadas por Escrivá, ya que estos ingresos serán insuficientes para soportar el aumento del gasto dado su impacto limitado, mientras que "el ahorro de gastos puede ser efectivo y es probable que se acabe llevando a cabo dado el tamaño del déficit esperado del sistema de Seguridad Social". En ausencia de las medidas adicionales que reclama, Moody's calcula que el gasto de la Seguridad Social aumentará hasta alrededor del 15% del PIB a finales de esta década, frente al 13,5% actual, y al 16,8% en 2040, desde el 13,5% en 2022.

En cuanto a los ingresos, los cálculos de Moody's muestran que llegarán hasta el 13,7% del PIB a finales de esta década, frente al 13,1% en 2022, antes de volver a caer hasta el 13% cuando expiren las medidas temporales adoptadas por el Gobierno. "Los ingresos podrían ser inferiores, sin embargo, si las nuevas medidas tienen efectos económicos indeseables. Algunas estimaciones apuntan asimismo a que las nuevas medidas provocarán una pérdida de empleo permanente de más de 100.000 puestos de trabajo. Esto es especialmente relevante para un país como España, donde la tasa de desempleo sigue rondando el 12% a pesar de las mejoras de la última década", subraya Moody's.

Una situación más que preocupante máxime cuando el número de pensionistas en España llegará a 14 millones en 2050 desde los nueve millones registrados en 2022, al tiempo que se alcanzará uno de los ratios de dependencia de los pensionistas sobre la fuerza laboral más altos de la Unión Europea, con un número de personas en edad de trabajar por cada persona mayor de 65 años que se reducirá de 3,1 a 1,5 en 2050. La Comisión Europea ya ha advertido en varias ocasiones de que la tasa de dependencia de la tercera edad de España se duplicará en 2050, hasta alcanzar el 65%, muy por encima de la media de la UE, del 57%. La agencia incide en que las medidas introducidas por el Gobierno para obtener ingresos adicionales y los incentivos para retrasar la jubilación lo más posible verán sus efectos "eclipsados" por el aumento del gasto previsto por culpa del "elevado y continuo" envejecimiento poblacional y la subida de las pensiones ligadas anualmente al IPC.

Según Moody's, las ingresos previstos "tienen limitaciones y contrapartidas", pero advierten de que todas las medidas para mejorar los ingresos contempladas en las reformas de 2021-2023 ascenderán como máximo al entorno del 1% del PIB. Por ello, las reformas estructurales que se impulsen en el sistema de pensiones deberían asentarse sobre un aumento del PIB real potencial de hasta el 2% en 2023-2060, lo que ahorraría 0,5 puntos del déficit de la Seguridad Social en 2030; 1,4 puntos en 2040 y 2,3 puntos en 2050. Con ello, el déficit de la Seguridad Social en torno al 2% en la década de 2040, "que podría reducirse a niveles más modestos con otras medidas. Sin embargo, estas medidas tardarán en materializarse, un periodo durante el cual el déficit seguiría aumentando". Estas proyecciones asumen que las transferencias de la Administración Central se incrementarán en línea con la inflación desde el 2,7% del PIB recibido en 2022.