
Energía
Los socialistas daneses plantean levantar el veto de 40 años a la nuclear
El ministro de Energía, el socialdemócrata, Lars Aagaard, anuncia que se analizan posibles usos de las nuevas tecnologías nucleares. Bélgica acaba de derogar la ley que forzaba el apagón nuclear en 2025

La ola pro-nuclear sigue sumando adeptos en Europa y el Gobierno español se encuentra cada vez más aislado en su política de apagar todas las centrales en 2035, empezando por los dos reactores de Almaraz entre 2027 y 2028.
El último país en dar el vuelco ha sido Dinamarca y se trata de un giro más que significativo ya que un Gobierno de coalición centrista, pero encabezado por los socialdemócratas ha planteado abiertamente derogar 40 años de veto a la energía nuclear.
De hecho, el primero en anunciarlo ha sido su ministro de Energía y Clima, el socialdemócrata Lars Aagaard, quien ha indicado que el Ejecutivo plantea explorar las nuevas tecnologías nucleares para garantizarse la seguridad de suministro. A tal efecto, el Ejecutivo danés ha encargado un estudio que estará listo el próximo año.
"Dinamarca no tiene experiencia reciente en energía nuclear, por lo que es importante que comencemos analizando su potencial para determinar si puede complementar a las que serán dominantes, la solar y la eólica", dijo en una intervención en el Parlamento danés.
Aagaard defendió la predominancia de las renovables, pero añadió que analizar las ventajas de un posible complemento de la nuclear puede ser interesante para garantizar la seguridad del suministro y la independencia energética.
En cualquier caso, el planteamiento es contar con reactores modulares (SMR) más ágiles y pequeños para dar respaldo a las renovables en caso de ser necesario y en cualquier caso el Ejecutivo no se plantea volver a los reactores tradicionales, que Dinamarca prohibió en 1985.
En 2005, Dinamarca celebró un referendo junto a la vecina Suecia para apagar el reactor Barseback 2, localizado cerda de Copenhague, en el estrecho de Orensund.
Dinamarca sigue la estela de Suecia, que tras apagar parte de sus centrales nucleares en la última década, ha adoptado una apuesta pro-nuclear y busca construir nueva capacidad.
Este movimiento coincide con la aprobación ayer por el Parlamento federal belga de la derogación de la ley nacional de 2003 que obligaba al país a abandonar la producción de energía nuclear en 2025, tras la propuesta gubernamental para que Bélgica vuelva a confiar en la electricidad atómica.
"Es el comienzo de una nueva era", declaró al semanario Le Vif el ministro federal de Energía, el liberal Mathieu Bihet, quien lamentó que durante "demasiado tiempo" se haya "marginado" a la energía nuclear en toda Europa con base en dogmas.
"El viento está cambiando, y no sólo en Bélgica: también en Italia, Países Bajos, Reino Unido, Suiza, Europa del Este... Durante la campaña electoral en Alemania, la CDU volvió a poner el tema sobre la mesa, aunque no se concretara", dijo el ministro apodado "Atomic Bihet".
El giro busca eliminar barreras para despertar el apetito de la inversión pública y privada en el sector nuclear belga.
Para hacer realidad esa aspiración, será necesario que el Ejecutivo negocie con la empresa que opera las centrales, Engie Electrabel, pero la firma ya anunció que no tiene interés en prorrogar su operación en las centrales, por lo que sería necesario recurrir a otros candidatos.
La ley revisada prevé la creación de un Alto Consejo del Abastecimiento Energético, que deberá entregar un primer informe intermedio antes de que termine este año.
Bélgica cuenta con siete reactores nucleares de agua a presión, distribuidos en dos emplazamientos: Doel (en la provincia de Flandes Oriental) y Tihange (en la provincia de Lieja).
La central de Doel cuenta con cuatro reactores que entraron en funcionamiento entre 1975 y 1985. Uno de ellos fue cerrado en 2022, al respetar las obligaciones de la ley ahora derogada, dos de ellos debían llegar al fin de su vida útil en 2025 y el cuarto se beneficia ya de una prolongación de diez años, hasta 2035, aunque el Gobierno tiene la intención de que funcionen más allá de esa fecha.
La central de Tihange dispone de tres reactores que entraron en actividad entre 1975 y 1985 y que opera la misma compañía, si bien una de esas turbinas se desconectó definitivamente en 2023.
"Hoy hay una certeza: sin nuclear, el mix energético no se sostiene. El hecho de que una ministra ecologista (Tinne Van der Straeten) acabara prolongando Doel 4 y Tihange 3 por diez años en la pasada legislatura es la mejor prueba de la importancia de la energía nuclear", dijo el actual titular de Energía.
Bélgica inició en 2024 la construcción de un novedoso reactor nuclear cerca de Amberes alimentado por un acelerador de partículas que generará 100 veces menos residuos que uno tradicional y se espera que funcione como una herramienta pionera en la lucha contra el cáncer, que debería entrar en pleno funcionamiento entre 2036 y 2038.
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