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Tormentas
¿Si corres te mojas menos? Una divulgadora española desmiente el mayor mito sobre la lluvia
Ante la falta de otra cobertura, muchas veces optamos por hacer un esprint y así evitar el aguacero

España, afortunadamente, cuenta con un clima mucho más soleado que el de la mayoría de nuestros vecinos europeos, donde el cielo está nublado día sí y día también, aunque es un decir. En esta época del año, sin embargo, atraviesan la Península Ibérica numerosos frentes fríos acompañados de borrascas, dejando numerosas precipitaciones y bajas temperaturas por todo el territorio.
Cuando a uno le sorprende en la calle un chaparrón espontáneo y, ya se por olvido o por falta de precaución, no porta consigo paraguas ni chubasquero, pocas opciones le quedan para evitar acabar empapado. Quedarse mojado en mitad del frío no causa directamente un resfriado o gripe, pero debilitar temporalmente el sistema inmunológico, siendo más vulnerable a enfermedades.
Ante la falta de un lugar donde buscar cobijo o de un comercio cercano abierto donde comprar algo que sirva para resguardarse del agua, muchas veces se opta por utilizar las piernas y correr lo más rápido posible hasta nuestro destino. Con la lluvia la gente tiende a desplazarse de forma más nerviosa y se forman aglomeraciones, lo que sumado a un suelo empapado y resbaladizo, crea un cóctel perfecto para que ocurran caídas y accidentes.

Aunque es un hecho contraintuitivo, lo cierto es que correr para mojarse menos en realidad no sirve para nada, a no ser que se posea una velocidad sobrehumana. Como explicaremos el día de hoy, ponerse al galope para evitar un chaparrón sirve de más bien poco, hablando en términos científicos. Así al menos lo ha tratado de demostrar una divulgadora en redes sociales.
¿Si corres te mojas menos? Una divulgadora española desmiente el mayor mito sobre la lluvia
Recientemente, la enfermera y divulgadora científica Marta Alonso (@marta.hallo) compartió un vídeo a través de redes sociales donde daba una explicación aproximada de un comportamiento humano poco práctico. Como ella misma explica, cuando nos sorprende un aguacero en mitad de la calle y sin paraguas, "tu instinto primario es salir corriendo".
Pero como argumenta más adelante, moverse a mayor velocidad durante un chaparrón no hace que nos mojemos menos, solo reduce el tiempo que pasamos bajo la cortina de agua. Marta Alonso explica que "te van a caer el mismo número de gotas, andes o corras", y compara la lluvia como una especie de cortinas que atravesar: ir más rápido no disminuye entonces la cantidad por cruzar.
La divulgadora comentaba que, "visto así, como menos te mojas es quedándote quieto", ya que si no variamos la posición solo caerían sobre nosotros las gotas de lluvia verticales, no así tanto las que van en dirección horizontal u oblicua movidas por el viento. Para que correr realmente haga que se reduzca la exposición a la lluvia, deberían alcanzarse velocidades altísimas, casi de 'superhéroe', eso sin tener en cuenta el viento.
Al final, una vez más cuenta más la maña que la fuerza, es decir, que resulta más efectivo utilizar la razón y no arriesgas la capacidad física para evitar empaparse durante la tormenta. Lo ideal es mantener la calma y no echar a correr, ya que si probablemente nos vayamos a mojar igual, al menos que no afecte también a los nervios.
Ante una lluvia intensa, se recomienda siempre buscar refugio dentro de un edificio, y nunca bajo un árbol o estructura más endeble, ya que existe el riesgo de que se caigan, especialmente si se están dando fuertes rachas de viento. Como explica el sabio refranero castellano, 'quien se pone debajo de la hoja, dos veces se moja', tanto por los lados como por las gotas que se van filtrando.
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