Estrategia

Sánchez se lanza a por los abstencionistas el 23J

Más de 12,8 millones de ciudadanos no votaron el pasado 28M, un 36% de españoles concentrados en las zonas más pobres del país

23J.- Pedro Sánchez participará el martes en un acto electoral en el Kursaal de San Sebastián
23J.- Pedro Sánchez participará el martes en un acto electoral en el Kursaal de San SebastiánEuropa Press

El pasado 28 de mayo se registró la cuarta abstención más alta de la democracia, sólo superada por las municipales de 1979, las de 1991 y las de 2007. Unos 22,7 millones de españoles acudieron a las urnas, mientras que otros 12,8 millones se quedaron en casa: un 36,09% del censo, según los datos facilitados por el Ministerio del Interior. Existe, además, una correlación entre una mayor abstención y barrios, municipios o individuos en situaciones de vulnerabilidad. Es decir, los pobres votan menos. Las tasas de participación entre la población más rica son tradicionalmente mucho más altas y así lo respaldan también los datos del 28M. En las ciudades con mayor capacidad adquisitiva la abstención fue del 30,49%; mientras que en las más deprimidas se elevó hasta diez puntos más, apenas votó el 40,2% del censo.

Con estos ingredientes, el PSOE sigue atornillando sus mensajes, dirigiéndolos casi indiscriminadamente a quienes quieran escucharlos –no están para renuncias–, pero con ligeras matizaciones que permiten discernir en qué dirección quieren centrar el tiro en la «semana decisiva». Pedro Sánchez ha pasado por varias etapas, no necesariamente evolutivas, sino más bien acumulativas: por la apelación al voto útil de la izquierda –vaciando las expectativas de Sumar–, al voto prestado del PP –de aquellos que censuran los pactos con Abascal–, a los indecisos y, recientemente, al de los abstencionistas. En sus últimas intervenciones, el candidato socialista ha asimilado no acudir a las urnas, por hastío o por hartazgo, con apostar por la «coalición del retroceso» que supone elegir la papeleta del PP y Vox. «Si el 23J la movilización para votar es masiva, la izquierda ganará», aseguran desde el entorno del presidente, que apuntan que la diferencia entre que gobierne el bloque de la derecha o el progresista se va a decidir por un margen de apenas «7 u 8 diputados».

En Moncloa y en Ferraz son conscientes, a la vista de los resultados del 28M, de que el grueso de ese votante abstencionista tiene una sensibilidad progresista y, por ello, buscan despertarlo con mensajes que apelan a un voto en conciencia. Este llamamiento lo reiteró Sánchez ayer en Barcelona, bastión socialista en el que el PSC fue primera fuerza en mayo y aspira a serlo también el 23J, aunque sin la distancia suficiente para recortar la amplia distancia en que el PP le aventaja en feudos como la Comunidad de Madrid o Andalucía. Los socialistas saben que recibirán voto prestado de partidos como ERC o los comunes y buscan apuntalar ese flujo y que ningún elector se quede en casa. Por ello, el presidente reivindicó la agenda catalana, aunque sin apelaciones explícitas a la concesión de los indultos ni las cesiones a los independentistas en el Código Penal, por su efecto desinflamatorio en la convivencia. «La Cataluña de 2023 es mucho mejor que la de 2017», presumió, reivindicando que «lo hemos hecho bien».

Más allá de las apelaciones a la concordia, Sánchez centró sus mensajes en dos colectivos bien diferenciados: los jóvenes y las mujeres, como ya hiciera el sábado en la Comunidad Valenciana. «A las mujeres les digo que aquellos que piensan que el lugar de las mujeres está en casa, lo que quieren para el 23J es eso, que os quedéis en casa. Pero hay que salir a votar al PSOE para seguir avanzando (…) Y a los jóvenes les digo que lo que nos estamos jugando es el futuro de España y, por lo tanto, su futuro y lo que tienen que hacer es ir a votar al PSOE para salir adelante», señaló. La estrategia del PSOE de cara al público más joven ha virado respecto al 28M. De centrarse en propuestas de viajes y oferta cultural gratuita, ya fuera en el transporte público, el bono cultural o sufragando el Interrail, a acudir a formatos de la generación Z como el podcast «La Pija y la Quinqui».

De toda la ofensiva mediática que el candidato socialista ha desplegado durante esta campaña, este era quizá el terreno más resbaladizo que pisaba. Un escenario ajeno a los estándares políticos y en el que no puede colocar los mensajes de argumentario que ha ido repitiendo en otras entrevistas de corte más convencional. Con un vino blanco y ante la irreverencia de sus interlocutores, dos jóvenes de 23 años, Carlos Peguer y María de los Ángeles Maturana, el presidente del Gobierno desplegó un perfil más fresco y cercano del que acostumbra. «Nací y crecí en Aluche y Tetuán, son barrios populares de Madrid. No me veo pija ni pijo, tampoco quinqui, para mi generación tiene una connotación muy distinta», aseguró a la pregunta obligada que los entrevistadores hacen a todo el que pasa por allí.

Vuelta a la campaña tradicional

El PSOE acelera en la recta final y vuelve a llenar de mítines su agenda. Pedro Sánchez interrumpirá hoy su agenda en Bruselas, donde participa en la cumbre UE-CELAC, para volver a España esta tarde y participar en un acto de partido en Huesca. El martes volverá a Bruselas para cerrar la cumbre, en la que nuestro país ejerce de anfitrión y principal impulsor, y por la tarde estará en otro mitin en San Sebastián. Aunque el partido quería hacer una campaña más mediática que la del 28M, lo cierto es que hay plazas clave en las que bailan escaños y se quiere apretar en ellas para vencer la diferencia entre bloques, que los socialistas estiman en 7 u 8 diputados.