Campaña

Vox ante el 23J: Dar apoyo al cambio o el poder de los sillones

Deberá lucha contra la «demonización» y el reto de que sus votos sean útiles

El candidato a la presidencia del gobierno en la elecciones generales por el partido VOX, Santiago Abascal, participa en un evento de inicio de campaña este jueves, en el municipio de El Ejido, Almería.
El líder de Vox, Santiago Abascal inició la campaña en un acto en Almería Carlos Barba EFE

Arranca la campaña electoral con un Vox crecido por los últimos pactos electorales trazados con el PP en comunidades donde han logrado entrar en gobiernos u ocupar la presidencia de la Mesa de esos parlamentos, además de algunas concejalías. Se sienten fuertes y, a pocos días de las elecciones generales del 23J, se mueven entre tener «cara de vicepresidente», su máxima, o ser necesarios para el cambio y contribuir, bien desde dentro de un gobierno o desde fuera, a erradicar el «sanchismo».

Santiago Abascal sale «a ganar», pero en sus filas saben que su capacidad de ser decisivos será lo que les encumbra como una verdadera «alternativa útil».

Tras las elecciones municipales y autonómicas, donde han sido necesarios en hasta seis comunidades han dejado claro que ninguno de sus votos «sale gratis» y que si requieren de su apoyo también tienen que aceptar sus condiciones programáticas. Sus exigencias han hecho la campaña a la izquierda que incide en el «miedo a Vox» y a sus políticas como la fórmula para que los ciudadanos se alejen de las ganas de cambio y opten por un voto del «que me quede como estoy» para evitar que los de Abascal avancen. Es por ello que tendrán por delante el reto de sortear la «demonización» de la que se queja el partido y esa etiqueta de que con ellos llega el «retroceso» y «el lobo» con la que juegan desde la izquierda.

Seguirán con la mano tendida a un Alberto Núñez Feijóo que prefiere evitarlos, al menos en el gobierno. Y es que los últimos golpes de mando que ha escenificado el ala «más dura», con giro a unos planteamientos más proteccionistas frente al ultraliberalismo, apartando a perfiles técnicos de valor con los que ya contaba puede no haber terminado aún y está por ver si tiene su reflejo en las urnas.

Vox tiene un votante fiel, el sufragio más emocional que se afianza frente la tibieza de algunas políticas que consideran que quedaron huérfanas.

En esta ocasión no solo tienen propuestas sino que la gestión de sus pactos postelectorales y la gestión de gobierno le servirán de aval de lo que está por venir.

También pueden enfrentarse a un escenario más sombrío. Y es que los hechos demuestran que los de Abascal solo pueden pactar con el PP siendo imposible su opción de sustituirlos dado el porcentaje de voto que le otorgan las encuestas.

En las elecciones generales, Santiago Abascal, que parte con 52 diputados, será evaluado según ese número de escaños aunque su mira está en la capacidad de decisión más que en el número de diputados que pueda lograr.

Asimismo, se enfrentan a otra prueba de fuerza en un territorio como Granada donde el poder de la marca, con un candidato como Jacobo González Robatto, se medirá con la que fuera líder de Andalucía y exdiputada de Vox, Macarena Olona. Ahí se verá si los votantes del partido se mantienen fieles o si hay deja evidencias de fracción tras la crisis sufrida en las últimas elecciones andaluzas.

Vox estará muy presente en territorios como Castilla y León donde escenificará que no solo tienen propuestas sino que pueden mostrar su aplicación en gobiernos y comparar los resultados de aquello que defienden e impulsan.

Volverán a mostrar su músculo llenando actos, saliendo a la calle y tratarán de abrir en campaña debates controvertidos, poniendo en algún apuro a los populares que buscan la centralidad y incluso llegarán al choque con las izquierdas en busca del contraste en la defensa radical de alguno de sus postulados.

"España se la juega"

El líder de Vox, Santiago Abascal estuvo presente ayer en un acto en Almería, donde denunció la competencia desleal de productos extranjeros a los que, apuntó, no se les exige los mismos estándares fitosanitarios que exigen a los productores españoles. También subrayó que se trata de una tierra «condenada a la inseguridad por culpa de las fronteras abiertas, por culpa de la inmigración masiva que no ha sido controlada por este gobierno sino que ha continuado promoviendo el efecto llamada». Por ello, apuntó que el próximo 23 de julio «España se la juega» y en lugares como Almería «se la juega mucho más: la seguridad, la prosperidad y el agua». Hoy, primer día de campaña, estará en Valladolid.

Será hoy cuando acuda a la plaza de San Pablo de la capital vallisoletana, con la estatua de Felipe II de fondo y junto al Palacio Real, hogar de los reyes españoles a principios del siglo XVI donde tendrá lugar el primer día de campaña con la promesa de «reconstruir todo lo que han destruido y levantar todo lo que han derribado» desde el sanchismo.

El líder de Vox, Santiago Abascal defiende políticas «para proteger a las familias; aliviar su economía; potenciar la natalidad y garantizar la conciliación y el cuidado de los más mayores y de las personas dependientes».También garantiza «ley y orden» y que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad tengan lo necesario para «protegernos de los criminales». Vox no cambiará de ideas.