Digitalización
Del luto al algoritmo o el cambio del sector funerario
►Desde velatorios y funerales por streaming hasta la gestión del legado de la vida digital, las pompas fúnebres están reinventando y digitalizando sus servicios
Se atribuye a Benjamin Franklin una frase en la que se afirma que de lo poco de lo que podemos estar seguros en este mundo es de la muerte (y los impuestos).
Quizá por eso hay tantos rituales y tradiciones alrededor de ella (como el Día de los Difuntos y la representación de Juan Tenorio en España o Halloween en los países anglosajones o el Día de los Muertos en México), bien desde una perspectiva pagana o religiosa. No en vano, los humanos empezamos a enterrar a nuestros muertos hace decenas de miles de años. Las evidencias arqueológicas más antiguas de prácticas funerarias se remontan al Paleolítico Medio, asociadas tanto a Homo sapiens como a neandertales.
Sin embargo, y con el paso de los años, algunas tradiciones se han ido modificando o adaptando a los nuevos tiempos. Bien por influencia de otras culturas, bien por personalidad, los entierros y la industria funeraria están en pleno proceso de cambio. Una transformación que también se observa desde el punto de vista digital.
Según el Barómetro del sector Funerario 2023 de Funos, Internet no ha hecho más que empezar a despegar como canal de consultas y contratación de servicios funerarios, especialmente en nuestro país. Unas exequias que se demandan que sean cada vez más breves, personales, sin apenas velatorio y, en cada vez más casos, como un momento menos triste y más de homenaje, alegrándose por los momentos vividos.
Del streaming al comparador
Los confinamientos y la pandemia de la Covid fueron uno de los grandes motivadores de los cambios tecnológicos en este sector. La imposibilidad de asistir primero, y a hacerlo masivamente después, a este tipo de velatorios hizo que muchos tanatorios instalaran cámaras para permitir las retransmisiones por streaming de estos eventos. Una opción que se popularizó en 2020, al igual que los libros de firmas recordatorios online, en lugar de en soporte de papel, y algunas variantes, como webs de recuerdo del fallecido.
Aunque algunas empresas hace años que ofrecían la posibilidad de convertir en joyas las cenizas de los difuntos, la industria reconoce que 2020 marcó un antes y un después en este tipo de servicios funerarios.
Comparar y comprar
La pandemia también propició que algunos emprendedores vieran que el sector funerario siempre va a tener demanda, así que decidieron crear un comparador de servicios y empresas de todo lo relacionado con las pompas fúnebres.
Marc Vallhonesta es el CEO de Funos, una startup que permite comparar los precios y servicios de cualquier aspecto relacionado con el deceso. Según sus explicaciones, contratarlos a través de su portal puede llegar a suponer un ahorro de hasta el 50%, gracias a los acuerdos que mantienen, por ejemplo, con las funerarias.
Sin embargo, y más allá de ese ahorro en precio, Vallhonesta asegura que el valor a añadido que ofrecen está también en el acompañamiento. «Tenemos unos asesores familiares que te ayudan a gestionar estos trámites, desde la profesionalidad y la empatía», defiende.
Presentes en 48 provincias, tienen acuerdos con casi 500 tanatorios y casi una treintena de funerarias. Reconoce que donde tienen más actividad es en las zonas urbanas, tanto por el perfil del usuario (más acostumbrado a utilizar herramientas digitales) como por la competencia del sector. «En muchos pueblos solo hay una empresa y sueles conocer al funerario», detalla.
Además de considerar que la digitalización del sector funerario está por detrás de la de otros sectores en nuestro país, observa cómo también se empiezan a demandar servicios menos tradicionales. De lo más extraño que se le ha pedido es tramitar un servicio contratado desde Latinoamérica para una persona que ha fallecido en Italia o crear un diamante de las cenizas del cesado para que la llevase una mascota.
Legado digital
En esta digitalización del sector funerario y de los servicios prestados por este tipo de empresa, una de las cuestiones que empiezan a demandarse en los servicios funerarios es la gestión del legado digital. ¿Qué hacer con todos esos selfies, publicaciones, listas de reproducción y datos personales que esparcimos por la web?
Algunas empresas están ofreciendo servicios para ordenar nuestro caos digital antes de partir. Se aseguran de que nuestro perfil en redes sociales (Facebook fue una de las primeras en ofrecer esta opción) se transforme en un memorial en lugar de un fantasma virtual. De hecho, estos testamentos digitales establecen a quién deben fiarse las claves y qué se puede hacer y qué no con estos espacios, abriendo la posibilidad incluso a enviar ese último tuit que siempre quisiste publicar (póstumamente, por supuesto). No queriendo quedarse atrás, las funerarias han subido al carro, ofreciendo gestionar este legado digital junto con los servicios tradicionales. Las compañías de seguros de decesos también se han sumado a esta tendencia y casi todas ellas (el 82%) ofrece ya la posibilidad de borrar tus huellas digitales, según una encuesta de ICEA. Quizá para muchos sea reconfortante saber que, pese a que en Internet no se ejerce el derecho al olvido, las aseguradoras podrían ayudar a que lo haga.
El catálogo de estos nuevos servicios digitales puede parecer sacado de una novela de ciencia ficción: convertir perfiles en conmemorativos, legar tus cuentas en línea, transferir tu tesoro de criptomonedas, ocuparse de tu información de ADN, derechos de autor, documentos legales, reputación en línea y hasta crear cápsulas del tiempo. Pero lo cierto es que este legado digital también debe ser gestionado.
Y si gestionar tus sobras digitales no fuera suficiente, la tecnología ahora ofrece revivirte en el mundo digital, cómo no gracias a la IA.
El impacto de la IA
En esta era en la que la inteligencia artificial parece estar omnipresente, el sector funerario también empieza a ver sus posibilidades.
Algunas compañías como Deep Nostalgia de MyHeritage, pueden animar fotos de tus seres queridos fallecidos. La abuela puede ahora sonreír y asentir desde esa vieja foto en blanco y negro, parpadeando y moviéndose como si nunca se hubiera ido. ¿Encantador o escalofriante? Opiniones hay para todos los gustos.
Esta innovación plantea todo tipo de dilemas emocionales y éticos. Mientras para algunos es reconfortante, otros ven inquietante estas «resurrecciones digitales». MyHeritage evita añadir voces para prevenir la creación de «ultrafalsos», remarcando la importancia de la responsabilidad y la ética por parte de los usuarios. Pero una startup londinense (llamada StoryFile) fue más allá y llegó a ofrecer una «experiencia de video holográfica conversacional» con una de sus fallecidas, quien grabó respuestas a preguntas antes de su fallecimiento. Estas grabaciones se usaron para crear una representación virtual que interactuaba en tiempo real con los asistentes.
En la misma línea, aplicaciones como HereAfter permiten conservar recuerdos a través de una entrevista sobre tu vida. Luego, tus seres queridos pueden escuchar historias significativas chateando con tu yo virtual.
Y si conversar con hologramas no es suficiente, algunas empresas ofrecen funerales en realidad virtual, de manera que se puede asistir a un servicio conmemorativo desde cualquier parte del mundo, sumergiéndote en una recreación digital del acontecimiento con imágenes y sonido. Basta usar unos cascos de RV para estar en el funeral sin tener que salir de casa.
En este cruce entre tecnología y mortalidad, cabe preguntarse si estamos honrando la memoria de nuestros seres queridos o simplemente incapaces de dejarlos ir. De hecho, hay quien cuestiona que debamos usar la IA para escuchar o ver a seres queridos que se marcharon, puesto que el duelo puede ser mayor que el beneficio.
✕
Accede a tu cuenta para comentar