Vox
Abascal centra su estrategia en la implantación territorial
El partido celebra entre el sábado y el domingo su Asamblea General y se marca el reto de afianzar sus estructuras territoriales sin perder el discurso único ni el mando de la dirección
Santiago Abascal fue reelegido ayer presidente de Vox para los próximos cuatro años. Su candidatura fue la única en someterse a votación de un cónclave del que sale con más poder –así se aprobó en los nuevos estatutos– y con una nueva Ejecutiva que ya anunció hace dos semanas. La apuesta de Vox es convertirse en alternativa de gobierno y por ello el partido pone ya el foco en su rearme territorial. Con algo más del 90% fueron aprobados los nuevos estatutos, reglamento interno y comité de garantías del partido.
El tesorero de la formación, Pablo Sáez, intervino para celebrar que Vox no sólo no se ha endeudado en un año de sucesivas campañas electorales, sino que «ha generado más de cinco millones de euros de beneficio».
No hubo informe del presidente, Santiago Abascal, aunque estaba previsto en el órden del día, reservando así el protagonismo de Abascal a hoy.
Vox celebró su Asamblea a puerta cerrada y en presencia solo de sus cargos orgánicos y públicos de manera que el resto de afiliados e interesados tuvieron que seguirla por «streaming». Desde la dirección se indicó que la participación de oradores se había hecho en función de la información contenida en el orden del día y comunicada a los afiliados. Entre los que no pudieron entrar a la Asamblea se encontraba el crítico de Vox, Carmelo González. Según fuentes del partido se debío a que solo, por cuestión de aforo, podía ser seguida de manera presencial por cargos electos y orgánicos y González no cumplía ninguna de esas dos condiciones.
Vox quiere centrar el foco el acto de hoy con un multitudinario mitin con el que quiere reeditar el éxito de las dos anteriores convocatorias donde el partido exhibió músculo. Será entonces cuando el líder de Vox se dirigirá a afiliados y simpatizantes.
Durante la Asamblea de ayer los diferentes responsables de Vox marcaron las bases para hacer frente al crecimiento exponencial registrado durante los últimos meses debido a su éxito en las urnas. El objetivo es consolidar su implantación territorial sin perder el discurso único ni el mando de la dirección nacional. Además, se fijan también como objetivo entrar en los parlamentos de Galicia y el País Vasco. «Que nuestros candidatos no tengan ningún problema en enfrentarse a Feijóo (el presidente a la Xunta y candidato por el PP) o a Urkullu (el lendakari y candidato del PNV)». Para ello Vox preparará a sus dirigentes para asegurarse que se desenvuelven bien en el foco político y mediático y, además, coordinar el discurso y evitar los posibles «versos sueltos». «Debemos funcionar como una orquesta. Disciplina, formación y una misma partitura como garantía de futuro y de supervivencia», indicó la vicesecretaria de formación, Begoña Conde, ante la Asamblea General que Vox celebra este sábado en el Palacio de Vistalegre.
Una vez alcanzadas las instituciones, su objetivo es centrarse en su engranaje organizativo. Para ello han creado diversas plataformas de apoyo a los cargos públicos y organizativos territoriales y de interlocución con la direrección nacional. El vicesecretario de Organización, Tomás Fernández, resumió el plan en tres objetivos: «Contar con todo el mundo y seducir a los que no nos apoyan, homogeneización de nuestras estructuras y vertebración del partido».
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