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Gobierno de España

La cita Sánchez-Casado, en el aire

Moncloa anunció un encuentro para el jueves en la rueda de prensa del Consejo y sin consultarlo previamente con Génova

Moncloa se lo puso ayer muy fácil al PP para que recibiera con un puñetazo encima de la mesa la convocatoria a una primera reunión para explorar esa necesaria actualización de los «Pactos de la Moncloa», que ahora se han bautizado como los «Acuerdos de la Reconstrucción». La comparecencia informativa posterior al Consejo de Ministros fue el marco elegido por el Gobierno para anunciar al PP que su líder, Pablo Casado, está citado este jueves a una reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. No había habido contactos previos, según Génova, para tantear agendas ni al nivel de líderes ni entre los respectivos Gabinetes.

Desde que estalló la crisis del Covid-19 la relación entre el jefe del Ejecutivo y el líder de la oposición ha sidouna comunicación de trámite, la mínimamente necesaria para cumplimentar las formalidades que establece la declaración de alarma. Génova respondió en un primer movimiento con dureza a la citación por rueda de prensa, sugiriendo entre líneas que pueden no acudir a esa convocatoria porque las formas le parecen impresentables. La fecha queda en el aire. «Este partido ha tenido una trayectoria institucional demasiado relevante en los últimos cuarenta años como para consentir más desplantes e insultos de este Gobierno». Y en ese mismo tono crítico, continuaron las advertencias: «No podemos admitir que cite en formato de consultas en audiencia, sino a través de un acuerdo previo con un mínimo de respeto al principal partido de la oposición. Con esta actitud demuestra su nula voluntad de pacto, y una arrogancia e incapacidad que dificulta cualquier colaboración con la oposición. Así no».

Éstas son las bases, o las zancadillas, sobre las que Sánchez y el líder popular se disponen a abrir el diálogo para el gran acuerdo nacional. Un encuentro que viene abonado, además, por la tensión del último debate parlamentario, las duras críticas de Casado a la gestión de Sánchez y las descalificaciones contra el PP que vertieron en el Congreso la portavoz socialista, Adriana Lastra, y el representante de Unidas Podemos, Pablo Echenique, como portavoz del vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias.

Con más de 18.000 fallecidos contabilizados oficialmente por Covid-19, las maniobras de partido deberían hacer sonrojar a sus titulares, pero la política parece empeñada en seguir la lógica del mundo de ayer, ajena a la catástrofe económica y social de la pandemia. Este pulso entre Gobierno y PP está muy mediatizado por las interferencias que provocan los partidos que les presionan por los extremos. Podemos, en el caso socialista, y Vox, desde el lado del PP. Ayer Moncloa certificó que el acuerdo debe incluir obligatoriamente a su socio de coalición, del que depende en estos momentos la viabilidad del Gobierno de Sánchez. Pablo Iglesias tiene el poder de dejar caer de un día para otro al Ejecutivo, y además en esta crisis está consiguiendo que el desgaste cargue principalmente sobre las siglas socialistas.

Inevitablemente, la forma de Moncloa de gestionar estos primeros contactos para avanzar hacia el pacto nacional traslada la impresión de que pretende hacer estallar a la dirección popular y que se retrate ante la opinión pública como la que no quiere buscar un gran acuerdo nacional. Y esto se percibe también en las filas populares, donde hay unanimidad en desconfiar de la oferta de Sánchez, pero hay matices en cómo gestionarla. Dentro del partido creen que Casado debe «contenerse» y no dejarse llevar por la presión de FAES y del ex presidente del Gobierno José María Aznar, que desde su atalaya no deja de marcar el guión de la estrategia contra la negociación con el Gobierno.

La discusión dentro del PP es más de formas que de fondo, pero las formas son importantes, advierten desde alguna baronía, «porque te pueden hacer perder la partida, aunque tengas la razón de tu lado». La dirección del PP sostiene el pulso a Sánchez. Dice que para pactar, el Gobierno primero «tiene que decir la verdad» sobre los déficits de la gestión sanitaria, y también califica la ronda de Moncloa como «una maniobra para distraer la atención de sus errores y ganar tiempo». «Casado debe mirar a medio plazo. Perderá quien dé a entender que impone su interés de partido y Sánchez no tiene credibilidad», comentan en el PP.