Política Cultural
Una moción de censura al año desde 2017
La quinta de la democracia. Abascal copia a Iglesias y la utiliza como arma para ganar protagonismo
La moción de censura anunciada por Vox en el Congreso de los Diputados en el último pleno en el Congreso por Santiago Abascal será la quinta iniciativa de estas características que se tramite en la Cámara Baja. De las cuatro anteriores solo la presentada hace dos años contra Mariano Rajoy tuvo éxito.
La moción de censura es un instrumento democrático, recogido en el artículo 113 de la Constitución Española, que se utiliza para tratar de desalojar a un gobierno cuya gestión no genera confianza en alguno de los grupos parlamentarios de la Cámara o también para debilitar al adversario, tal y como sucedió en 1980 cuando Felipe González presentó una moción de censura contra Adolfo Suárez.
Vox ha decidido copiar la misma táctica que hace tres años llevó a Pablo Iglesias a plantear una moción de censura imposible contra Mariano Rajoy y que, en el fondo, solo pretendía «retratar» al que entonces era su máximo rival, Pedro Sánchez, y cuando el líder de Podemos soñaba con el sorpasso. Ahora, la intención de Abascal es retratar a Pablo Casado y pelear de tú a tu por erigirse como líder de la oposición de derecha en un contexto de crispación política.
El mes de septiembre próximo verá la quinta moción de censura a un Gobierno desde que el país regresó a la senda democrática en 1978.Vox registrará este procedimiento por el cual se le exige al Ejecutivo, responsabilidades. Tras un debate en el que los diferentes partidos políticos representados en el Hemiciclo expondrán sus argumentos a favor o en contra de la moción de censura, esta se votará. De salir adelante, el actual Gobierno cesaría en sus funciones y tomaría posesión uno nuevo.
Esta sería la quinta vez que un Gobierno se enfrenta a una moción de censura en los más de 40 años de vida constitucional. La primera se presentó en 1980 contra el Presidente Adolfo Suárez, del partido UCD, y llevando como candidato al Diputado Felipe González, del PSOE. Entonces fue defendida por Alfonso Guerra, y rechazada por la cámara por 166 votos en contra.
Para la segunda tenemos que trasladarnos hasta 1987 y fue contra el Ejecutivo encabezado por González. La mayoría absoluta que disfrutaba el PSOE por aquellas fechas hizo que la puesta en marcha de este artículo naciese sin ninguna posibilidad. La tercera fue 20 años después, en 2017 y contra el presidente Mariano Rajoy, del PP. Esta vez fue encabezada por Pablo Iglesias, de Podemos. No prosperó porque los votos de PP, Ciudadanos, UPN, Foro Asturias y Coalición Canaria, más las abstenciones de PSOE, PNV, PDeCAT, PNV y Nueva Canarias dejaron en menos de los 176 escaños necesarios la propuesta. Finalmente, la cuarta y única que de momento ha contado con el respaldo de la mayoría de la Cámara Baja fue la presentada también contra Rajoy por el entonces diputado Pedro Sánchez.
La moción de censura encabezada por Sánchez recibió el «sí» de 180 escaños, los pertenecientes a su grupo, el PSOE, más Unidos Podemos, Esquerra Republicana de Catalunya, Partido Nacionalista Vasco, Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT), Compromís, EH-Bildu y Nueva Canarias.
Los expertos constitucionalistas consultados por LA RAZÓN coinciden en apuntar que la de Abascal no prosperará y que servirá para fortalecer al presidente del gobierno, Pedro Sánchez y a Vox como oposición. En este sentido, José Manuel Vera, Catedrático de Derecho Constitucional, Universidad Rey Juan Carlos asegura que «quien usa su derecho no abusa del mismo». En su opinión, los de Abascal tienen todo el derecho a usar la moción que no es si no «la constatación de que el Gobierno retiene la confianza de la mayoría del Congreso de los Diputados». Respecto a la viabilidad real de la propuesta y su uso político, insiste en que «posiblemente y ante la negativa del resto de los grupos a apoyarla suponga reforzar tanto la figura del Presidente Sánchez y también la de Vox como oposición».
De la misma opinión, es el profesor de derecho constitucional Carlos S. De Pazos Peigneux quien considera que «cuando se propone se sabe si se hace con una función constitucional que es sustituir al gobierno que tiene la confianza parlamentaria por otro que la obtenga o con una función más de estrategia política que es fin darse a notar, operación propagandística o debilitar al adversario».
En opinión de los expertos, el hecho de que se presenten tantas de manera continuada «no desdibuja» esta herramienta constitucionalista si no que fortalece el debate parlamentario. Abascal no tiene nada que perder. La presentará siendo consciente de que no triunfará. Lo suyo es pura estrategia. Sabe que el PSOE tiene los número aunque no un apoyo unánime a todas sus propuestas. La perderá como también le pasó a Felipe González que se estrelló contra la mayoría de Adolfo Suárez en el año 1980, aunque le sirvió al dirigente socialista para lanzarse como líder de la nación y ganar cuatro elecciones consecutivas. El objetivo no es tanto prosperar en la moción de censura sino revelar que un proyecto político está agonizando y cabe la posibilidad de una alternativa.
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