PSOE
El socialismo histórico pide a Sánchez romper con los extremistas
Nicolás Redondo, César Antonio Molina, Joaquín Leguina... ven «obligada» la ruptura «con golpistas y herederos del terrorismo»
«No somos como usted porque no queremos ser como usted. Así de sencillo». Con este rotundo argumento Pablo Casado marcaba un punto de inflexión en su recorrido al frente del PP y rompía con Vox, esta semana. Un giro, no solo para los populares, que se alejan de posiciones extremistas, sino para el PSOE, que debería replantearse el mapa de sus alianzas en el Congreso . Este es el análisis que hacen ya distintas personalidades políticas que ven peligrar el orden constitucional con la amalgama de apoyos que sustenta al Gobierno.
Un aviso que desde La España que Reúne –avalada por la solvencia de políticos e intelectuales como el ex ministro socialista César Antonio Molina, el ex secretario general socialista vasco Nicolás Redondo, el ex presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, entre otros– ve claro que obliga al PSOE a reconsiderar sus alianzas y a retirar su rúbrica del comunicado con formaciones como Bildu y ERC. Un manifiesto, «en favor de la democracia», con un partido que, a día de hoy, su coordinador general, Arnaldo Otegi, no ha condenado el terrorismo de ETA o con partidos como ERC y Junts, que amenazan la unidad territorial.
El comunicado cobraba mayor importancia debido a que desde él llamaban a respetar el pluralismo político y rechazaban los «discursos y actitudes de odio», en referencia a Vox, cuando los españoles asistimos semanalmente a los argumentarios populistas y excluyentes de formaciones como ERC y Bildu que vierten en la Cámara Baja discursos frentistas contra el bloque de la derecha o hacia la Monarquía.
El presidente de la plataforma Nicolás Redondo tacha de «lamentable» ver las «nobles y veteranas siglas del PSOE compartiendo firma con partidos que hace bien poco dieron un golpe de estado o no han denunciado el terrorismo etarra». A su juicio, el manifiesto era «innecesario e inmoral». «Reduce la pluralidad española a menos de la mitad de la población y a la mitad de la representación política», reflexiona. «Es inmoral porque adecenta y legitima a liberales, golpistas y herederos del terrorismo etarra. Y además era clamorosamente innecesario para los socialistas», puntualiza. Distintos políticos abogan por la necesidad de que Sánchez vuelva «al amplio centro que abandonaron». Con el paso del PP que «hizo sus deberes» ahora le «corresponde hacerlos al PSOE». «Debe romper sus compromisos con los antieuropeístas, los populistas, los nacionalismos que no respetan la ley y con quienes siguen glorificando el terrorismo etarra», pide Terreros.
Desde esta plataforma llaman abiertamente al PSOE a girar a pasos forzados hacia la centralidad, a «cuidarse» de quienes ponen en entredicho a la Justicia, a las fuerzas de Seguridad, a la Jefatura del Estado y la «herencia de estos últimos cuarenta años fraguada especialmente por el PSOE. «Aparece como rehén de su socio y radicalmente limitado por sus socios parlamentarios», analizan. Es de esta opinión el ex ministro de Cultura con Zapatero, César Antonio Molina, que avala el paso de Casado por «desmarcarse del discurso extremista». Con estos mimbres ve oportunidad para que «al otro lado», es decir el PSOE, «se desmarque de su respectivo extremo», en referencia a Podemos y los independentistas catalanes y vascos. «No se puede permitir ni la extrema izquierda ni la extrema derecha, que para mi son lo mismo», reflexiona. Recuerda el discurso del vicepresidente Iglesias en el que aplaudió que Casado rompiera con la extrema derecha, argumentando que en Europa no ven con buenos ojos el ascenso de la extrema derecha. Le pide el ex ministro que se aplique la misma reflexión respecto a la extrema izquierda. Quiere pensar que ahora se pueden tejer los hilos para un «diálogo entre los dos grandes partidos constitucionalistas» y recuerda la necesidad de llegar a acuerdos ante la situación sanitaria y económica. Pero, ese cambio lo ve inviable a no ser que el PSOE anule su sello del de Bildu. Lamenta que la democracia «se resiente» con los ataques al Rey y clama contra quienes critican al bloque constitucionalista por defender la Monarquía. «Alguien tendrá que salir a la defensa del Rey». De la misma opinión es Joaquín Leguina, que critica los nacionalismos excluyentes, el radicalismo de Bildu y los extremismos de Vox. «Debe quitarse a los tóxicos con los que gobierna», zanja.
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