ETA
“Josu Ternera” se paseaba por Europa con pasaporte diplomático
El terrorista avisa de que con el final de ETA no se ha acabado todo, quedan cosas por hacer
“Dijeron que fuimos expulsados, eso es lo que algunos han vendido. Salí de Noruega con pasaporte diplomático y me llevaron al lugar que solicité. Extraña forma de que te echen, ¿verdad?”.
José Antonio Urruticoechea, “Josu Ternera”, presume. En la entrevista que hoy ha publicado Berria asegura que se ha movido por Europa con pasaporte diplomático, que ha dormido en embajadas y que ha mantenido un status llamativo para una persona que estaba requisitoriada por la Justicia española.
Disponía también de teléfonos (no dice quiénes eran sus interlocutores) por si era detenido durante las negociaciones con el Gobierno español. Todo ello se truncó cuando la Guardia civil le localizó en los Alpes franceses y propició su detención. Se hacía pasar por un escritor venezolano llamado Bruno Marti. Tuvo libertad de movimiento en el proceso 2005-2006. Se dice que en ese momento tenía algunos teléfonos como garantía.
“En junio de 2005, mientras estábamos en Ginebra, el Centro Henri Dunant dijo que teníamos una cita la próxima semana con Jesús Egiguren. Había una cosa básica: ¿cómo garantizar nuestra seguridad? Nos dieron dos números de teléfono. No tuve que usarlos yo mismo. Las personas que nos trasladaban eran de Henri Dunant. Había algo de protección, porque Suiza, Francia y España estaban en conocimiento de lo que había”.
“Ternera” afirma que dejó voluntariamente la mesa de negociaciones en septiembre de 2006, cuando se incorporó u o de los “duros” de la banda, Javier López Peña, “Thierry”, “que no creía en el proceso”.
-¿Qué estuvo haciendo desde 2007?, le pregunta Berria.
-Mi vida. En un pueblo de los Pirineos, francés: Durban-sur-Ariz. Estaba integrado. Casi todas las mañanas iba a hacer deporte, luego desayunaba, luego ayudaba a los campesinos locales, iba a la montaña a hacer leña, trabajaba en el huerto ... ¡Trabajos agrícolas! Me llevé bien con ellos. Era Daniel Martín. Oriundo de España que vivió en Francia y estudió en París.
-Estuviste en Oslo en 2011-2013, tras el fin de la actividad armada de ETA, como miembro de su delegación.
-Al principio no me apetecía nada.
-Entonces, ¿por qué fuiste?
-Las ONG internacionales me exigieron [que estuviera en Oslo] porque era una especie de garantía para ellas. Los gobiernos implicados también dijeron que querían a alguien con un historial. Por eso me convencieron. Desde el principio me preocupó si los representantes de la organización ( ETA) que encontraría allí habían cambiado el chip o seguían siguiendo un esquema militarista. Luego me dijeron que habían dado un giro
-¿Cómo llegaste a Oslo?
--Me dieron una cita en el pueblo de Ariège [Francia]. Un miembro de Henri Dunant vino a buscarme, un hombre llamado James, lo conocía de Oslo, y nos subimos a un automóvil diplomático [noruego]; hasta París. Allí nos llevaron a la embajada [de Noruega], dormimos, y al día siguiente tomamos el mismo auto y viajamamos durante 22-23 horas. Llegamos a un hotel donde estaban David [Pla] e Iratxe [Sorzabal]. Conocía ese hotel porque era el hotel del que conseguimos el acuerdo anterior. Está a una hora y media de Oslo, en un pueblo.
-¿Hasta cuándo estuvo en Oslo?
-Yo, hasta febrero de 2013. Los otros dos se fueron un poco antes, no sé exactamente cuándo.
-¿A dónde fuiste, Francia? (con el pasaporte diplomático)
-Durban-sur-Arizera nuevamente. Llegué una noche. Estaba nevando. Estaba esperando gente, de vuelta a una mesa, para cenar. Dije que había estado en París durante un año, haciendo algunos estudios.
-El día de la disolución de ETA. ¿Por qué leyó la declaración?
-Porque me lo pidieron. Cuando miro a miré alrededor, vi que lamentablemente no había muchos miembros antiguos: porque los mataron o de lo contrario murieron. Tenían una trayectoria más profunda y amplia que la mía. Estuve de acuerdo porque pensé que se cerraría todo como debería.
-¿Cómo te sentiste al leer la declaración? Fue el final de la carrera de ETA ...
-Fue un momento importante en esta lucha por los derechos de nuestro pueblo. Pero no fue el final de nada. Se vio que estamos ahí para hacer cosas, y nos toca a todos hacerlas.
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