Juicio por calumnias
Villarejo dice al juez que se vio con Corinna “para proteger a la Monarquía” por orden del CNI
El excomisario, acusado de calumnias, ratifica que Sanz Roldán amenazó a la consultora danesa, que según él estaba “verdaderamente aterrada”
El excomisario José Manuel Villarejo ha asegurado que se reunió con Corinna Larsen en Londres en junio de 2015 por orden del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para “proteger a la Monarquía” porque la examiga íntima del Rey Emérito tenía en su poder “documentación muy comprometedora”.
Villarejo -en prisión provisional desde noviembre de 2017 por el “caso Tándem”- ha declarado como acusado en el juicio por delitos de calumnias y denuncia falsa al exdirector del CNI, Félix Sanz Roldán, a quien acusó de amenazar a la consultora danesa en 2012.
A preguntas de la Fiscalía, el comisario jubilado ha reiterado que denunció las supuestas amenazas de Sanz Roldán en el programa “Salvados” de La Sexta en junio de 2017 limitándose a “reproducir no solo lo que me había dicho la señora Larssen, sino lo que yo pude posteriormente comprobar porque así me lo dijeron miembros del CNI”. “Era más que evidente que esta señora no mentía y estaba verdaderamente aterrada”, ha subrayado.
Y ha recordado que así se lo trasladó la examante de Don Juan Carlos “en uno de los encuentros que tuve con ella en su casa de Londres por orden de director del CNI y que se grabó por orden del CNI”. “Fueron ellos -ha matizado- los que me dotaron de los medios adecuados”.
Según el acusado, “bajo ningún concepto” actuó con ánimo de calumniar al ex director del CNI, sino que su objetivo fue “mostrar mi enfado hacia su acoso”, pues le responsabilizaba de haber filtrado una fotografía suya correspondiente a una operación en la que se había infiltrado como agente encubierto en una operación contra el yihadismo. “Solamente el señor Sanz Roldán”, ha recalcado, pudo autorizar que se filtrara esa instantánea.
Villarejo ha manifestado que por indicación del CNI -después de que, ha contado, intentara jubilarse sin éxito en 2014- se reunió varias veces con Corinna Larsen en Londres, Mónaco y “muchos sitios”. Y tras conocer por su boca las supuestas amenazas de Sanz Roldán se preguntó: “¿Cómo se le ocurre a este señor ir allí a amenazar a esta mujer?”.“Es que quería quedar bien con su señor” (en referencia nada implícita a Don Juan Carlos), le habrían explicado miembros del CNI según su versión. De esas presuntas amenazas no hay constancia, ha dicho, porque el servicio de Inteligencia, según le habría confesado un coronel, “había implantado contramedidas para que esa conversación no se pudiera grabar”.
“Soy la persona más vilipendiada de este país”
El comisario jubilado -que ha intentado sin éxito que el juez le permitiera interrogar directamente a Corinna Larssen y al resto de testigos- ha señalado una y otra vez a Sanz Roldán como el origen de su situación judicial. “Debo ser el único idiota que en este país se atreve a denunciar al director del CNI o a fiscales de Anticorrupción -ha asegurado-, pero creo que es mi obligación como servidor del Estado”.
Villarejo ha calificado de “muy irresponsable” la publicación de su imagen. En las operaciones en las que ha participado a lo largo de su carrera profesional, ha explicado, “muchas veces tu vida o tu muerte depende” de preservar la identidad. “En Afganistán he sido tratante de caballos, en otros sitios he sido traficante de armas o armador de barcos. Esa fue la razón por lo que yo me indigné, porque no todo vale”.
Para el acusado, resulta “clarísimo” que detrás de sus problemas con la Justicia hay una operación “pergeñada para eliminar a un sujeto que se ha atrevido” a denunciar al director del CNI “con ánimo de hacer justicia, porque nunca le he tenido miedo a nadie. Y a él le gustaba que todo el mundo le tuviese miedo”.
“Soy -se ha quejado en una sucesión de lamentos- la persona mas vilipendiada de esta país. “Todo el mundo me tacha de culpable, incluso el presidente del Gobierno. Estoy condenado de antemano”, ha protestado antes de subrayar que tiene “todo intervenido” en la cárcel. “Incluso cuando mantengo relaciones íntimas con mi esposa me graban. Me han quitado todo”.
“No me arrepiento de lo que he hecho aunque lleve ya cuatro años preso y sabe Dios lo que me espera”, ha enfatizado Villarejo para cerrar su declaración.
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