Memoria Histórica
La asociación Millán Astray ofrecerá “lo que se pida” por la estatua de Franco retirada en Melilla
La Fundación Franco y los veteranos legionarios emprenderán acciones legales
La última estatua de Francisco Franco que quedaba en España es historia. Después de que el pleno de la Asamblea de Melilla aprobara ayer su retirada, fue desmontada esta tarde con una grúa.
La medida se acordó este lunes por 14 votos a favor —los ocho de Coalición por Melilla, los cuatro del PSOE, uno de Ciudadanos y el del diputado no adscrito Jesús Delgado, expresidente de Vox— la abstención de los diez diputados del Partido Popular y el voto en contra del parlamentario de Santiago Abascal.
La estatua, obra del escultor Enrique Novo Álvarez, se erigió para rendir homenaje a Francisco Franco, que, como comandante de la Legión, contribuyó a la defensa de Melilla del ataque de los soldados de Abd el Krim durante la Guerra del Rif (1921).
Por este motivo, el presidente de la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF), Juan Chicharro, lamenta la supresión del monumento al “Generalísimo”, pues considera que se levantó en su condición de comandante de la Legión y “salvador” así del peligro de los rifeños, lo que dejaría a la estatua fuera de los supuestos de la Ley de Memoria Histórica.
La Plataforma Millán Astray anuncia “la interposición de una acción penal por este atropello del Estado de Derecho”, pues en su opinión “con esta decisión tan arbitraria, el Gobierno de la Ciudad Autónoma se ha puesto fuera de La Ley”.
La asociación reclama la estatua y asegura que “ofrecerá lo que se pida por ella, al objeto de que esté con los veteranos legionarios”.
El general Chicharro ha anunciado que la FNFF también emprenderá “acciones legales”.
Por su parte, el abogado y portavoz de la familia Franco, Luis Felipe Utrera-Molina, cree asimismo que la retirada “no tiene nada que ver con la Ley de Memoria Histórica, sino que conmemora la liberación de Melilla por Franco al frente de sus legionarios”. En su opinión, “ni exalta la Guerra Civil ni el alzamiento ni la dictadura; recuerda un hecho histórico y no tiene amparo” en esa ley.
Mientras, la ministra portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha recordado que la ley obliga a la retirada de todos los símbolos y estatuas que supongan un enaltecimiento de la dictadura y el franquismo y por tanto “ya van tarde” todas las instituciones que estén aún haciéndolo, como ha sucedido en Melilla.
Montero ha recordado que es “obligación” de todas las administraciones públicas y privadas el cumplimiento de la legalidad. Y así lo estipulan las leyes relacionadas con la memoria democrática. “Se obligaba a las administraciones públicas a retirar estatuas, imágenes, iconos, que pusieran en valor la dictadura o los nombres de determinados edificios públicos o calles”, ha recordado respecto a la Ley de Memoria Histórica.
La estatua de Franco estaba ubicada frente a la muralla de “Melilla La Vieja”, en las inmediaciones del acceso al puerto, por decisión de un pleno del Ayuntamiento del año 1975, y fue instalada en 1978.
En 2005 se movió del lugar en el que se ubicó en principio, el Paseo del General Macías, a causa de unas obras, pero fue reubicada días después en la que hasta esta tarde era su ubicación.
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