Contraataque

Así se neutralizó la moción de censura en Murcia: el viaje relámpago de García Egea que lo desbarató todo

El PP ahondó en la división interna de Cs y nombra consejeros a los díscolos para mantener el Gobierno en Murcia. Los naranjas tantean a tres expulsados de Vox para que apoyen la moción

La vicepresidenta regional, Isabel Franco, la nueva consejera portavoz, Valle Miguélez y el nuevo consejero de Empleo, Francisco Álvarez
La vicepresidenta regional, Isabel Franco, la nueva consejera portavoz, Valle Miguélez y el nuevo consejero de Empleo, Francisco ÁlvarezfotoLa Razón

«Ha imperado el sentido común». Con estas palabras definen en el entorno del Partido Popular murciano la jugada maestra que se ha llevado a cabo en apenas unas horas para dar un vuelco completo al tablero político que había removido todo el panorama nacional. Una decisión que ha traspasado las fronteras del territorio murciano y que ha fulminado de un solo golpe la posibilidad de gobierno entre Ciudadanos y PSOE tras la presentación de una moción de censura contra el Gobierno del popular Fernando López Miras. Ayer, por sorpresa, el terremoto político tuvo una nueva réplica.

Isabel Franco, Valle Miguélez y Francisco Álvarez, los tres diputados de Cs en el parlamento murciano, apostaron por «reconstituir el gobierno actual sin alterar el acuerdo alcanzado en 2019», señalan las fuentes, y desde este viernes, tanto Miguélez como Álvarez se unieron a la vicepresidenta Franco para formar parte del nuevo Ejecutivo hasta el final de la legislatura en 2023. «No es momento de política, sino de responsabilidad, esa que nos llama a la reactivación económica y para que nadie se quede atrás».

Así respondía la también consejera de Política Social, Isabel Franco, además, antes de reconocer que firmó la moción de censura por «lealtad» y por «disciplina de partido». No obstante, aseguró que horas después de presentar la moción, «estaba viendo cómo algunos compañeros ya estaban repartiéndose sillones en Madrid. A mi no me eligieron para entregar el Gobierno de Murcia a Pedro Sánchez y traicionar a los murcianos».

Los roces entre Isabel Franco y Ana Martínez Vidal eran evidentes desde hace meses, cuando la actual coordinadora delegó de su puesto a la que hoy es vicepresidenta regional y quien precisamente sentó las bases del Ejecutivo murciano.

No obstante, cuando todo parecía perdido, con un López Miras que se mostraba resignado y que aseguraba que no había intentado negociar con ningún miembro de Ciudadanos, todas las miradas se posaron en la diputada Valle Miguélez. Apenas una hora antes de que se produjera el cambio de guion, la propia Martínez Vidal junto al líder socialista Diego Conesa, presentó a Miguélez como parte del grupo de trabajo del próximo gobierno regional Cs-PSOE. Pero poco después, López Miras compareció y la situó al frente de la misma cartera –Empresa, Industria y Portavocía– que hasta hace 72 horas lideraba Martínez Vidal. De nuevo, un giro inesperado. Otra réplica del terremoto.

Esta operación no habría sido posible sin la intervención de otro murciano. El secretario general del PP, Teodoro García Egea, quien apenas horas después de conocer la moción de censura pactada entre Arrimadas y Sánchez, se desplazó hasta la Región para negociar la alianza que finalmente ha permitido a López Miras seguir dirigiendo el Ejecutivo regional.

Pero el primer paso se dio apenas unas horas después de registrar la moción, cuando el presidente murciano cesó tanto a Martínez Vidal como a José Gabriel Sánchez Torregrosa, consejero de Transparencia de sus cargos, pero no así a Isabel Franco y a Miguel Motas. Todo un gesto de alianza que hacía prever que algo se estaba cocinando en el Palacio de San Esteban de Murcia, sede del Gobierno regional.

A partir de ahora, empieza de nuevo una cuenta atrás de cara a una moción que, según Martínez Vidal, «sigue adelante», y que se votará el día 18, y ante la que se expulsará a los «tránsfugas» si no la respaldan.

El seísmo político todavía no ha llegado a su fin. De hecho, los naranjas tantean a tres diputados regionales de Vox que fueron expulsados, pero que continúan en el grupo, para que apoyen la moción de censura.