Se busca
Búsqueda contra reloj de los agresores
Se sigue la pista de una decena de individuos por atacar a los policías
La Brigada de Información de la Policía de Madrid busca, para ser detenidos, a una decena de individuos que, según las evidencias que se poseen, atacaron a los agentes de las Unidades de Intervención (UIP) durante los incidentes que se produjeron durante un mitin de Vox en el barrio de Vallecas.
Según han informado a LA RAZÓN fuentes policiales, el trabajo de investigación se centra en estos individuos ya que es a los que se les pude imputar un presunto delito de atentado contra agentes de las Fuerzas de Seguridad, por haberles agredido directamente, lanzado adoquines u otros objetos.
Una de las imágenes que se han difundido recoge el momento en que un grupo de individuos patean el suelo a un miembro de las UIP. El agente llega a perder el casco mientras uno de los atacantes le da una patada en la zona costal.
Hay otros que protagonizaron desórdenes y algaradas que no revisten relevancia penal, por lo que las pesquisas se centran en los primeros con el fin de, en el plazo más breve posible, presentarlos ante el juez.
Se busca a los que pretendían hacer daño y no para contestar a una supuesta represión policial. Todas las fuentes consultadas por este periódico coinciden en que el dispositivo fue el suficiente (cuatro grupos operativos) en función del número de asistentes y, si algo se puede aducir, es que los agentes, en su deseo de evitar disturbios, acercaron el perímetro de seguridad a los reunidos.
Los agentes de información llevan, desde la noche del miércoles, visualizando grabaciones propias y otras existentes en redes sociales. Ya se han producido algunas identificaciones y, en las próximas horas, se podrían producir los primeros arrestos, que se sumarían a los cuatro ya practicados.
Para la investigación, los agentes cuentan con amplios archivos de los individuos que, por haber sido detenidos en otras ocasiones, son más fáciles de identificar. El uso de mascarillas dificulta estas labores, pero, al final, se consigue.
El control de este tipo de actuaciones choca con la situación de alegalidad en la que se sitúan los grupos organizadores de los disturbios y el uso que hacen de las redes sociales para lanzar las convocatorias. Sólo cuando se producen mensajes explícitos de odio, como el de “colgar” de un puente a dirigentes políticos, se puede actuar y arrestar a los autores. Estos colectivos se suelen reunir en casas «okupadas» en las que planifican las acciones que van a ejecutar con posterioridad.
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