Sin rival en el PSOE
Sánchez barre a Díaz y certifica su ocaso
El alcalde de Sevilla logra el 55% del respaldo, 5.549 votos más que su rival, y refuerza el liderazgo interno de Sánchez
El PSOE andaluz ha hecho historia, ahora falta por saber si sabrá restañar heridas. Por primera vez, 45.374 militantes podían ejercer su derecho al voto para elegir quien saldrá en la fotografía del cartel electoral en las próximas elecciones autonómicas, que tocan a finales de 2022, pero sobre las que planea un posible adelanto. Habían sido llamados a las urnas este domingo, estando el partido en la oposición en la comunidad, con lo que esta vez no había resortes de poder con los que jugar ni Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOPA) de por medio.
Lo que sí había eran nervios porque la jornada previa se repetía que «el escenario estaba muy abierto y todo podía pasar». Los tres candidatos que se subieron a la cinta transportadora de las primarias, en la que el tiempo se encapsuló en días y actos para superar la incertidumbre del futuro, la ex presidenta de la Junta Susana Díaz, el alcalde de Sevilla Juan Espadas y el profesor de Universidad Luis Ángel Hierro, depositaron sus papeletas por la mañana en Sevilla y llamaron a acudir a las agrupaciones.
Eran conscientes de que la participación –que la formación cifró al filo del 47% a las 14:00 horas y por encima del 75% ya por la tarde– podría ser fundamental para que alguno de los aspirantes lograra superar el 50% de los apoyos y evitar la doble vuelta, que no estaba descartada, y que hubiera implicado que el proceso interno de selección se alargara una semana, para volver a votar el domingo 20. Aunque también había quien pretendía que sucediera lo contrario, en concreto Hierro, que confiaba en una opción que no fue.
Alrededor de las 20:30 horas, con el goteo de resultados de las capitales comenzó a flotar la idea de que Espadas se iba a imponer como vencedor y así ha sucedido. El regidor de la capital hispalense ganó las primarias con un respaldo del 55,05% (18.751 votos), por lo que encabezará la lista socialista en los próximos comicios regionales. Díaz, de su lado, obtuvo el 38,76% de los apoyos (13.202 sufragios) y se quedó a 16,29 puntos de su principal competidor, traducido en votos, a 5.549. Por último, Hierro alcanzó el 5,33% (1.817 votos), según los datos facilitados por el partido, correspondientes al 99% escrutado.
Las 5 provincias de Juan Espadas
Espadas ha vencido en cinco provincias: Cádiz, Granada, Huelva, Jaén y Sevilla. Con todo, la proclamación definitiva del candidato no se producirá hasta el próximo 17 de junio, ya que cabe presentar aún algún recurso, si alguien lo considerara conveniente. Con su decisión,las bases socialistas han sellado la etapa etiquetada por muchos como «susanismo».
Los «nervios» que acompañaron a la delegación de Juan Espadas y, por extensión, a la dirección federal durante el día y al cierre de las urnas, se fueron disipando a medida que arrancó el recuento en las sedes socialistas y el alcalde de Sevilla se fue imponiendo con claridad en la mayoría de las capitales andaluzas. Las buenas lecturas que se hacían en clave de participación por parte del entorno de Díaz, se trastocaron con los primeros votos contados.
El resultado «ajustado» que algunos anticipaban no fue tal y se impusieron las tesis más optimistas que deslizaban desde Moncloa y el PSOE nacional, asegurando que al alcalde de Sevilla le bastaría la primera vuelta para vencer a Díaz. «Ha barrido», señalaban gráficamente fuentes socialistas, que hoy han convocado una Ejecutiva federal del partido para «analizar» los resultados.
En Ferraz no ocultaban ayer su satisfacción por lograr abrir un «nuevo ciclo» en Andalucía, tras el «ocaso» del liderazgo de Susana Díaz. Una etapa que la que fuera presidenta de la Junta no quiso cerrar tras perder el poder en 2018.
Las dudas sobre su futuro las disipó la propia Díaz, anunciando que dejará que Espadas lidere la política territorial y que se mantendrá en el cargo hasta octubre. Una bicefalia entre la secretaria general y el candidato a la Junta que se dilatará hasta que, dentro de cuatro meses, entonces sí, el 40º Congreso Federal acometa la «renovación de liderazgos» pendiente para hacer de nuevo «competitivo» al partido. Díaz anticipó que no se presentará, pero que ahora «no ve motivos» para dimitir.
Juan Espadas señaló que había ganado el PSOE-A y quien debía estar preocupado es Moreno Bonilla. Sin embargo, la victoria del alcalde de Sevilla es, por extensión, un reforzamiento de Pedro Sánchez en uno de los momentos más delicados que ha vivido desde que recuperara las riendas del PSOE en 2017, tras ganar a Díaz, y llegar a la Moncloa en 2018.
Desde entonces, quienes fueran rivales internos han mantenido una guerra soterrada que se visibilizó en momentos clave como la pérdida del gobierno de la Junta, pero se decidió esperar. Sánchez eligió el día después de la debacle del 4-M para activar la «operación salida» de Díaz, quizá el momento de mayor vulnerabilidad para el presidente del Gobierno.
La resolución del proceso de primarias en favor de la opción que apadrinaba Sánchez, aunque tanto él como los ministros hayan evitado respaldarle abiertamente hasta el día de la votación, supone un espaldarazo interno en la federación más importante de los socialistas.
También en una coyuntura complicada para el Ejecutivo en la víspera de que se concedan los indultos a los líderes del «procés». El «pinchazo» de Colón, como lo definen en Moncloa, y la victoria de Espadas hacen que ayer se rubricara una «noche redonda» para el jefe del Ejecutivo, que esta semana tiene además una semana decisiva en clave internacional, con reuniones con Joe Biden y Ursula von der Leyen. «El presidente está muy vivo», se felicitan fuentes de su entorno.
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