Declaración

Laya ordenó que se permitiera la entrada de Ghali con “discreción”

Las acusaciones populares pedirán al juez que investiga la llegada del líder polisario a España el pasado abril que cite a declarar como investigada a la ex titular de Exteriores

La ex ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, en el acto de traspaso de cartera el pasado julio
La ex ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, en el acto de traspaso de cartera el pasado julioA. Pérez MecaEuropa Press

Camilo Villarino, que era jefe de Gabinete de Arancha González Laya cuando Brahim Ghali llegó a España el pasado 18 de abril, ha asegurado al juez que investiga si el líder del Frente Polisario entró en nuestro país con documentación falsa que fue la ex ministra de Exteriores quien le trasladó la decisión de acoger en nuestro país a Ghali “por razones humanitarias”. Lo hizo, según ha declarado, apenas 48 horas antes de que su avión aterrizase en la base militar de Zaragoza y pidió a su “número dos” que la operación se llevase a cabo con “discreción” y sigilo, confirman fuentes jurídicas.

Las dos acusaciones populares personadas en la causa quieren ahora que el juez de Zaragoza que investiga los hechos, el magistrado Rafael Lasala, llame a declarar como imputada a la propia González Laya.

Según esas mismas fuentes, en su comparecencia ante el juez en calidad de investigado, el diplomático ha explicado que recibió una llamada de González Laya el 16 de abril avisándole de la llegada de Brahim Ghali y de su hijo, precisándole que el líder polisario tenía pasaporte diplómatico y su hijo, residencia española. Villarino ha contado que ambos estuvieron barajando “los pros y los contras” de la operación, que la ministra justificó en razones “humanitarias”.

Dos días después, el mismo 18 de abril, González Laya comunicó a su jefe de Gabinete que se había decidido autorizar su entrada en España y le encargó que gestionara todos los trámites necesarios (facilitándole teléfonos de contacto de autoridades argelinas y de La Rioja -para tramitar su traslado en ambulancia a un hospital de Logroño-), pero que lo hiciera con “discreción”, sigilo y reserva.

“Soy un militar y cumplo órdenes”

Tras recibir la orden de la ministra, Villarino ha explicado que se encargó de tramitar la llegada del líder del Frente Polisario procedente de Argelia. Lo hizo, ha dicho, con la discreción requerida (de hecho ni siquiera identificó a Ghali cuando trasladó la orden al entonces teniente general del Estado Mayor del Ejército del Aire, como certifican los WhatsApp intercambiados entre ambos el mismo día 18 de abril). De hecho, ha explicado que por ejemplo se habría obviado incluir la llegada de Ghali en la base de datos que comparten todos los países del espacio Schengen.

Por su parte, el general Francisco Javier Fernández Sánchez, actualmente representante militar español (Milrep) en Bruselas ante los comités militares de la OTAN y la Unión Europea, ha asegurado al instructor que cuando Villarino - a quien ha dicho no conocer- le trasladó la orden para que la pusiera en conocimiento de la base militar de la capital aragonesa se limitó a cumplirla. “Soy un militar y cumplo órdenes. No pongo en duda lo que me dice el Ministerio de Asuntos Exteriores”, ha dejado claro según las fuentes consultadas.

“Nosotros nos regimos por disciplina y jerarquía. Una orden no se discute. Si a un militar se le ordena que tiene que morir, tiene que morir”, ha añadido para dejar claro su concepto del servicio militar. El mando ha dicho también que no tuvo conocimiento de que se tratara de Ghali, pues únicamente le dijeron que tenía que coordinar la llegada de una avión en el que viajaba un paciente con Covid en grado avanzado y su hijo.

Los mensajes con la cúpula del Ejército del Aire

“Confirmo que ha sido todo discreto”. Así concluía el pasado 18 de abril el cruce de mensajes entre e diplomático Camilo Villarino, entonces jefe de Gabinete de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, y el teniente general del Estado Mayor del Ejército del Aire, Francisco Javier Fernández Sánchez, quien recibió la orden de que se eximiera al líder del Frente Polisario del preceptivo control de documentación y aduana en la base aérea militar de Zaragoza.

En ese cruce de mensajes consta que el jefe de Gabinete de la ministra traslada al mando militar a las 12: 39 horas: “Mi General, soy Camilo Villarino, el director de Gabinete de Exteriores. Mi contacto argelino me dice que me transmitirá los datos del avión y del vuelo “en breve”. Espero que sea así. Se lo comunicaré tan pronto los reciba”. Tras facilitarle los primeros datos del vuelo a las 15;43, una hora después (16:48 horas), precisa la hora prevista de aterrizaje del avión procedente de Argel, de la argelina Aeronef: “He avisado al equipo que tiene que enviar la ambulancia de que la hora estimada de llegada a la Base de Zaragoza será en torno a nuestras 19 horas”

“Si nos dan el indicativo de la aeronave lo paso para que no haya problemas de autorización por parte del control de tráfico aéreo civil”, responde el teniente general dos minutos después.

Exteriores precisa que “salvo cambios, solo deben desembarcar el paciente, con un Covid en grado avanzado, y el hijo que lo acompaña”. Del paciente, al que no identifica, señala que según su información viaja “con pasaporte diplomático argelino”, mientras que el hijo “tiene algún tipo de residencia en España”.

“Confirmo que ha sido todo discreto”

“En toco caso -añade el alto cargo de Exteriores- esto último no es un problema y no es responsabilidad del Ejército del Aire. Quien lo tiene que saber ya lo sabe”. “Copiado. A nosotros solo nos interesa la parte aeronáutica”, deja claro el militar.

A las nueve de la noche, el teniente general informa a Exteriores de que “el buen hacer de la Base ha solucionado todo” (tras reseñar que el piloto de la aeronave quería pagar tasas al desconocer que estaba en la parte militar del aeródromo). “Confirmo que ha sido todo discreto menos la tripulación argelina que habían contratado handling e iban con PPR civil”. “Todo solucionado con el buen hacer de la BAZaragoza”, le tranquiliza.

“Buen trabajo -le felicita el jefe de Gabinete de la ministra de Exteriores-. “A descansar lo que nos queda de domingo”. “Un fuerte abrazo y hasta otra”, se despide el militar. “¡Que no sea en fin de semana si es posible!”, ironiza su interlocutor.

Cuatro días después, el 22 de abril, Villarino adjunta al teniente general una información de 20minutos titulada: “El jefe del Frente Polisario, ingresado grave en un hospital de Logroño bajo un nombre falso. Y la acompaña con un mensaje: “En Exteriores no citaremos a Defensa. Un abrazo”.