Cargando...

Defensa

El futuro de la Armada: una primera línea robotizada

Los vehículos no tripulados de superficie y submarinos están llamados a revolucionar las operaciones navales en los próximos años

USV Vendaval de Navantia en el ejercicio Rep Mus en septiembre Benjamín Carrasco

Imaginen un mini submarino sin tripulación, sigiloso y prácticamente indetectable, que atraviesa la línea enemiga y ataca por sorpresa. O una pequeña flota de embarcaciones autónomas que detectan y limpian de minas el mar, despejando el paso al resto de buques de una Armada. Son dos escenarios que hoy parecen cosa de película, pero en un futuro no muy lejano serán una realidad.

Las Armadas de todo el mundo ya han puesto sus ojos en los sistemas no tripulados de superficie y submarinos, los conocidos como USV y UUV, respectivamente, por sus siglas en inglés. Los drones ya han transformado la forma de hacer la guerra por el aire. Ahora es el turno del agua. La misma tecnología que permite a los denominados UAV o RPAS actuar de forma autónoma revolucionará muy pronto también todos los esquemas de las operaciones navales.

Lo cierto es que sector de los USV y los UUV va un paso por detrás tecnológicamente del de los drones, ampliamente utilizados ya en misiones muy diversas por los ejércitos y que en los últimos años han experimentado un boom en el mundo civil, con aplicaciones para casi todo. En el mar, tanto sobre la superficie como por debajo de ella, queda mucho camino por recorrer. Sin embargo, organizaciones como la Unión Europea o la OTAN ya están manos a la obra, conscientes de la necesidad de avanzar en este ámbito. Y los países también están empezando a tomarse en serio este tema, conscientes de la amenaza que este tipo de vehículos supone y a la vez de las ventajas que aportan.

Programa “Barracuda”

La Armada española no quiere quedarse atrás y trabaja para incorporar cuanto antes esta tecnología. Sobra decir que, en todo esto, la industria juega como siempre un papel fundamental mediante el desarrollo de soluciones adaptadas a los requisitos fijados por el usuario final, la propia Armada. De hecho, el Ministerio de Defensa ya ha lanzado un programa bautizado como “Barracuda” para hacer una primera aproximación a los vehículos submarinos no tripulados que hay en el mercado.

USV Kaluga de Utekutek

La Armada evaluó sobre el terreno las capacidades de la industria española en este campo durante el ejercicio “Rep Mus”, celebrado en las proximidades de la península de Troia en Portugal a finales de 2021. Cuatro empresas españolas participaron: Navantia, con el USV Vendaval; Seadrone, con el USV Sead 23; UTEK, con el USV Kaluga; y Marine Instruments, con el UAV Airfox. Las cuatro ya han recibido financiación para afinar sus desarrollos a través de iniciativas nacionales como los programas “Coincidente” y “Rapaz” del Ministerio de Defensa e internacionales como el proyectos Ocean 2020 de la Unión Europea.

El “Rep Mus” es el gran laboratorio de pruebas de la OTAN y de las marinas aliadas. En él se evalúan las tecnologías que las empresas van desarrollando. Además, busca potenciar el uso de vehículos no tripulados en operaciones navales e incrementar la capacidad de las diferentes armadas aliadas de trabajar juntas con sistemas autónomos

Al igual que sucede con los drones, los USV y UUV son vistos como herramientas muy útiles para efectuar determinadas misiones en las que en la actualidad las tripulaciones de los buques están muy expuestas, por ejemplo, la guerra antisubmarina o la guerra de minas. En la línea, con la doctrina de la OTAN y otros países aliados, la Armada considera que los vehículos no tripulados tienen un futuro prometedor en este tipo de operaciones y permitirán sacar a los marinos de la primera línea, evitando bajas innecesarias llegado el momento. Estos vehículos también podrán efectuar otras misiones de larga duración y más rutinarias como la protección y vigilancia de una base naval o el seguimientos de objetivos.

Cabina del USV Vendaval de NavantiaBenjamín Carrasco

Pero como decíamos al principio, todavía queda camino por recorrer. El mar presenta unos desafíos que no existen en el aire, sobre todo, en el caso de los vehículos no tripulados que trabajan bajo el agua. Las características de este medio convierten a las comunicaciones submarinas en uno de los grandes retos. Los trabajos están centrados en lograr un flujo rápido de la información a la superficie en misiones de guerra antisubmarina, algo que no es nada fácil.

De cara a la edición de este 2022 del ejercicio “Rep Mus”, la Armada busca dar un paso más. El plan es enviar un buque e integrar en él varios sistemas autónomos desarrollados por la industria española, tanto UAV como USV y UUV, con la intención de ensayar diferentes escenarios que requieren el despliegue de hasta tres o cuatro vehículos no tripulados a la vez conectado con el barco.

Aunque por el momento el Ministerio de Defensa y la Armada no ponen fecha a la entrada en servicio de los primeros USV y UUV, lo que está claro es que estos sistemas están llamados a revolucionar las operaciones en el mar. Las Armadas de todo el mundo, también las que no son amigas, ya han tomado nota y están inmersas en una carrera para incorporar esta tecnología cuanto antes. España está en ello.

Cargando...