Tragedia
Apartan a la juez que investigaba el accidente militar de Hoyo de Manzanares
El Tribunal cuestiona su imparcialidad tras pedir su recusación uno de los heridos. Pide a la Fiscalía que se pronuncie sobre la posibilidad de imputar a la magistrada por prevaricación
Nuevo episodio en la larga investigación del accidente militar de Hoyo de Manzanares (Madrid) de 2011 en el que perdieron la vida cinco artificieros y otros tres resultaron heridos, dos de ellos de gravedad. El pasado año, décimo aniversario, la juez togada instructora del caso, comandante Patricia Moncada, intentó culpar dos veces sin éxito del siniestro a una de las víctimas, el teniente de Infantería retirado José Manuel Candón, rechazándolo en ambas ocasiones el Tribunal Militar Territorial nº1. Por ello, Candón presentó un duro incidente de recusación al que se sumó otro de los heridos y que ha sido estimado, por lo que el Tribunal ha acordado separar a la juez de la causa. Un auto, fechado el 24 de enero y al que ha tenido acceso LA RAZÓN, que cuenta con un voto particular.
En el citado incidente presentado por el teniente retirado –quien como consecuencia de la explosión perdió un ojo, apenas tiene un 20% de visión en el otro, ha perdido audición, tiene metralla por todo el cuerpo y ha pasado más de 35 veces por el quirófano– cargaba contra la «falta de imparcialidad» de la juez togada. En concreto, afirmaba en su escrito que «concurre contaminación y merma de la precisa imparcialidad», criticaba la «pasividad» de la magistrada tras un «periodo de parálisis incomprensiblemente dilatado e injustificado de casi tres años» y la consideraba «un obstáculo por no querer conocer la realidad».
De hecho, él y su letrado consideraban que la juez Moncada habría «dado cobertura a hechos y personas con clara y directa incidencia en los hechos», motivo por el que tenían la «sospecha manifiesta» de que la recusada tuviera «un posible interés personal en la causa» para «proteger a la cadena de Mando». Y, añadían una «enemistad manifiesta» y «animadversión personal y directa» contra el teniente, al entender que los dos intentos de procesamiento eran un «acto de repulsa, reproche o castigo» contra él.
La juez recusada: “Raya lo calumnioso”
Unos argumentos a los que se adhirió el Ministerio Fiscal y contra los que carga duramente la magistrada recusada. Según la titular del Juzgado Togado Militar Territorial nº11, el incidente de recusación se basa en «posibles» o «meras conjeturas», apuntando que llega a «rayar lo calumnioso». Rechaza que quiera «proteger a la cadena de Mando» y niega la pasividad que denuncia Candón, haciendo hincapié en que «no han sido pocas las pruebas» solicitadas «que se han practicado una vez reabierto el procedimiento» (en abril de 2018).
Al respecto, el Tribunal no aprecia que pueda existir esa «enemistad manifiesta» que alegaba Candón, al ser una «circunstancia de difícil determinación», al igual que el supuesto «interés directo» en la causa para proteger a los mandos, al considerar que los argumentos «carecen del más mínimo rigor» y se basan en «conjeturas».
Eso sí, estima que el teniente«puede albergar un sentimiento de animadversión de la juez hacia su persona». En este punto, y tras una amplia exposición sobre la imparcialidad, el Tribunal ve «motivos para apreciar que la apariencia de imparcialidad de la juez instructora ha quedado cuestionada con razón suficiente». De ahí que decida apartarla de la causa definitivamente.
Eso sí, el tribunal cree que ciertas acusaciones de Candón sobre la juez son «sumamente graves» y de «trascendencia jurídico penal», por lo que solicita a la Fiscalía que se pronuncie sobre la competencia e idoneidad de imputar a la magistrada por un posible delito de prevaricación.
Ahora, habrá que esperar a que se nombre un nuevo juez instructor para seguir con una causa que el próximo día 24 llevará ya 11 años abierta.
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