Comparecencia

Sánchez defiende el giro en Marruecos como un “paso adelante” alineado con los socios europeos y EEUU

El presidente del Gobierno reivindica ante Podemos el compromiso “impostergable” de elevar al 2% el gasto en Defensa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha comparecido hoy a petición propia en el Congreso de los Diputados. Una semana después de lo que había solicitado de manera unánime la oposición, que pedía un pleno monográfico tras el giro en la relación con Marruecos a cuenta del Sáhara. En el Ejecutivo prefirieron delegar en el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, estas explicaciones y darse unos días más para conseguir encauzar y diluir con otros temas en agenda la semana “horribilis” que estaba sufriendo el Gobierno, con la tormenta perfecta que desató el paro de las flotas pesqueras y los transportistas.

Este vía crucis se recondujo el pasado viernes en Bruselas, cuando Sánchez consiguió arrancar al Consejo Europeo la “excepción ibérica” para, junto a Portugal, lograr poner topes a los precios de la energía. Esta será la principal baza que hoy expondrá el presidente, junto al “ambicioso” plan de choque que aprobó ayer el Consejo de Ministros y para el que ha pide “unidad” y el apoyo a los partidos de la oposición. Un plan en el que el Ejecutivo ha vuelto a dejar su impronta unilateral, negando la bajada de impuestos a la que se comprometió en la Conferencia de Presidentes de La Palma y rechazando admitir las enmiendas que piden los socios, tramitándolo como proyecto de ley.

El presidente comenzó explicando estos dos asuntos, exhibiendo gestión y haciendo un ejercicio de “pedagogía”. Una explicación que se topó desde su mismo inicio con el dato récord del IPC: el 9,8%, la mayor tasa en 37 años.“Es un mal dato que afecta a nuestra economía y a los más vulnerables, y que obedece al desbocado precio de la energía y de los alimentos no elaborados”, dijo Sánchez, que no rehuyó el revés, y que puso el foco en que el 73% viene “exacerbado por la guerra” y en cómo el plan de choque y el acuerdo de la UE “permitirá doblegar la curva”. El jefe del Ejecutivo dejó para el final de su exposición el asunto más espinoso sobre el Sáhara, que propició una imagen de soledad total del Ejecutivo la semana pasada en el Congreso.

Sánchez arrancó su intervención dibujando un escenario casi apocalíptico desde la crisis del coronavirus hasta la guerra de Ucrania, pasando por el volcán de La Palma, el temporal Filomena o la tormenta de calima. “¿Qué más tiene que ocurrir para que respondamos unidos?”, preguntó a la posición. “Esa y no otra será la política que desplegará el Gobierno: unidad, justicia y determinación”. El presidente sacó pecho la gestión de su Gabinete. “Este es el Gobierno que ha gestionado la pandemia, que ha aprobado el Ingreso Mínimo, aprobado los ERTE, los créditos ICO o la revalorización de las pensiones...”, ha señalado.

Moncloa quiere aplicar “las lecciones de la pandemia para la guerra de Putin” y Sánchez reivindicó la “experiencia de su Gobierno en la gestión de crisis”. “En un contexto tan difícil y de tanta incertidumbre hay que gestionar desde la justicia, la unidad y la determinación. Tenemos experiencia en la gestión de crisis. La guerra como la pandemia son crisis dolorosas, sobre todo para los más vulnerables”, ha asegurado. “Si no es ahora, con una pandemia y una guerra, ¿cuándo se va a trasladar desde esta Cámara una imagen de unidad?”, volvió a interpelar a los grupos de la oposición.

Sánchez pidió “solidaridad” a sus socios -especialmente a los de Unidas Podemos, con quienes ha tenido fricciones por esta cuestión- para defender las fronteras de la Alianza Atlántica y ubicó la cumbre de la OTAN de Madrid, en torno a la que debe haber “unidad”, como un encuentro trascendente para los próximos años. “La defensa de la paz requiere de los recursos adecuados”, ha asegurado, defendiendo los esfuerzos en inversión en Defensa que ya han hecho otros países. “Es impostergable alcanzar el 2% en los próximos años. No hablo de un crecimiento súbito, porque el Ministerio no tendría capacidad de absorberlo, pero sí progresivo.

Todo ello tiene un coste y lo acompasaremos con nuestras prioridades sociales”, ha señalado. “Solo queremos defender la democracia y la paz frente a sus enemigos”, enfatizó, haciendo hincapié que en paralelo a la vía diplomática y si esta no progresa, hay que avanzar en la “disuasión”. En este punto, el presidente recordó que existe un “consenso unánime”, por parte de los estados europeos, de que hay que elevar al 2% el gasto en Defensa. Una estrategia, la “brújula europea” para profundizar en la política de defensa y hacer complementaria la de la UE con la de la OTAN.

Sánchez también ha explicado las líneas generales del plan de choque para mitigar los efectos de la guerra. Un real decreto que ayer alumbró el Consejo de Ministros y que se desarrolla en los cinco ejes que ya avanzó el presidente del Gobierno el lunes, con iniciativas para ayudar a familias y empresas, en materia de transportes, de ciberseguridad y de energía. Entre ellas, la rebaja de 20 céntimos por litro de los carburantes, la extensión del bono social eléctrico, la prohibición de despedir por motivo del alza del precio de la electricidad o la “excepción europea” conseguida en Bruselas. “Este es un plan ambicioso y que da respuesta efectiva y global a los efectos de la guerra en nuestro país”, ha dicho Sánchez, que ha asegurado que “ningún plan puede considerarse definitivo” y que si se alarga el conflicto, “el Gobierno no dudará en actuar de nuevo”. No obstante, en el Ejecutivo no barajan nuevas rebajas de impuestos, tal como publica hoy este diario.“Este Gobierno baja impuestos donde tiene que bajarlos”, ha respondido Sánchez al PP, para reivindicar “un 60% de rebaja en la fiscalidad de la factura de la luz”. En Moncloa presumen de ser “el Gobierno que más impuestos de la electricidad ha bajado de la historia”.

Marruecos, una hora después

Tuvo que pasar una hora de intervención para que el presidente del Gobierno se refiriera al asunto de Marruecos y al giro en el Sáhara. Una calificación, la de “giro”, que no comparte y que prefiere sustituir por “un paso adelante” para resolver un conflicto enquistado durante 46 años para el que ahora se abre “una ventana de oportunidad”. Sánchez ha comenzado recordando la lealtad de José Luis Rodríguez Zapatero en la oposición al gobierno de Aznar y ha pedido a los partidos de la oposición que valoren la “complejidad” que tiene esta cuestión. El presidente ha reivindicado una “nueva etapa”, una “hoja de ruta clara y ambiciosa que permitirá cerrar una crisis que perjudicaba a los dos países”. “El Gobierno tiene dos objetivos: defender los intereses de España y hacerlo ajustándonos a las coordenadas de la UE y al orden multilateral de Naciones Unidas”, ha señalado.

Sánchez ha defendido que este precisamente en el marco de Naciones Unidas donde se debe resolver el conflicto, con una solución mutuamente aceptada por ambas partes. “Dentro de este marco es en el que reconocemos los esfuerzos de Marruecos por alcanzar una solución. Consideramos que la propuesta marroquí del año 2007 es la base más seria, creíble y realista”, ha asegurado. Un posicionamiento, que el Gobierno asegura, está alineada con la de nuestros socios europeos y otros países. “Francia, Alemania, la Unión Europea, Estados Unidos y todas las resoluciones de Naciones Unidas dan su beneplácito a los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos”. “Es un posicionamiento claro, pero no nuevo respecto a otros gobiernos”, ha recordado Sánchez, para apuntar: “No resto importancia a la decisión que he tomado, es un paso hacia adelante, pero otros gobiernos han entendido siempre su enorme complejidad y les pido que valoren esa complejidad”.