España

Sánchez, a por todas... contra las encuestas

El líder del PSOE está dispuesto a presentar batalla ante el nuevo ciclo electoral

Si alguien esperaba que Pedro Sánchez estuviera a punto de tirar la toalla, un consejo: espere sentado. La primera señal la tuvimos esta semana cuando zanjó en cuatro días la crisis desatada por la «espantá» de Adriana Lastra. Lo ha hecho más allá de toda oposición. Solo el diputado Odón Elorza se quejó de que se hurtara el debate al Comité Federal. La segunda en su discurso ante el máximo órgano entre Congresos del PSOE. La resumimos en tres frases «no vamos a esperar sentados», «ni un paso atrás» y «vamos a por todas», todas acordes con el talante del secretario general del Partido Socialista.

Lejos de amedrentarse, el presidente ha defendido su gestión y ha marcado la pauta del discurso socialista en la batalla de las municipales y autonómicas: economía, derechos sociales, laborales y transición ecológica. La cohesión territorial sale de esta ecuación –solo la mentó en una ocasión sin definirla– y todo apunta que será el flanco atacado por la oposición, aunque para hacer frente a los ataques ha puesto dos cancerberos de experiencia y reconocido prestigio: Patxi López y Miquel Iceta. En conclusión, el discurso de Sánchez ante el Comité Federal es, nada más y nada menos, la hoja de ruta del PSOE ante los próximos retos electorales.

Tocó todos los temas. Inflación, augurando que las medidas reducirán en 3,5% el IPC y sacando pecho porque España es el tercer país de Europa que más dedica a la protección social; impuestos, afirmando que lo recaudado de más ha revertido en la sociedad; nuevos impuestos a energéticas y banca a las que señaló por repartir en el primer trimestre 3.500 millones en beneficios mientras el impuesto sólo recaudará 1.500 al año; cambio climático, donde acusó a la derecha de negacionista y sostuvo sus argumentos en datos de temperaturas, lluvias…; crisis energética, defendiendo la transición ecológica; empleo con repaso a reforma laboral, estabilización de sectores, más plazas de empleo público, salario mínimo...

En definitiva, los trazos del discurso socialista para afrontar el nuevo ciclo electoral porque «el PSOE tiene ganas de ganar y sabe hacerlo». Por eso, Pedro Sánchez contrapuso la protección social frente a la crisis con «el sálvese quién pueda», en su opinión, del PP. Lo remató con una frase: «¿Qué hubiera pasado con la derecha en el Gobierno?». La pregunta retórica tuvo su respuesta: «no seremos débiles con los fuertes ni fuertes con los débiles».

Toda la intervención, interrumpida en multitud de ocasiones por los aplausos de los miembros del Comité Federal, estuvo trufada de ejemplos para contraponer la socialdemocracia del PSOE a los neoliberales del PP. Casi como en el tradicional juego de la prensa española: encuentre las siete diferencias.

Sánchez ha dado carpetazo al Congreso de Valencia. No ha funcionado y ha apretado el acelerador con nuevos cambios y con el estreno del nuevo discurso electoral. Desde el estrado –flanqueado con el tiro de cámara por Félix Bolaños, Eva Granados, Patxi López e Isabel Rodríguez, y un poco más a su izquierda Pilar Alegría, Santos Cerdán, María Jesús Montero y en primera fila Miquel Iceta, y entre bambalinas, Óscar López– puso punto y final a su discurso socialdemócrata y verde con un llamamiento a la votación de «todos los socialistas y los progresistas. A por todas». Si yo fuera Yolanda Díaz habría fruncido el ceño porque Pedro Sánchez ha puesto en práctica su librillo, ese que aprendió de la mano de Iván Redondo, «resistencia y avance». Las encuestas vienen mal dadas y para vencerlas hacen falta estos dos elementos. Sabe que la resistencia es intrínseca al Partido Socialista y ha reforzado la primera línea para hacer posible este avance, ahora inexistente, poniéndose el mismo al frente para remontar ante la adversidad. Sánchez ha acelerado los cambios este julio para pertrecharse ante el otoño que se avecina. Los gobiernos europeos son pasto de la crisis y Sánchez ha movido pieza porque no tiene ninguna intención de asumir lo que viene como un sino. Ayer quedó claro que está dispuesto a presentar batalla. La incógnita sigue siendo qué pasará con el Gobierno.