Comité Federal

Sánchez pone en práctica su “Manual de Resistencia” para intentar remontar

Con la vista ya puesta en 2023, quiere engrasar la maquinaria electoral, rearmar al partido y acabar con las pugnas en la dirección. Los socialistas celebran hoy su Comité Federal para abordar los cambios en la dirección

Pedro Sanchez recibe al jefe de Gobierno del Principado de Andorra, Xavier Espot Zamora
Pedro Sanchez recibe al jefe de Gobierno del Principado de Andorra, Xavier Espot ZamoraDavid JarLa Razon

Hoy Pedro Sánchez pasa de nuevo su Rubicón particular. Objetivo: dar la vuelta a las encuestas, a la percepción que la ciudadanía tiene del Gobierno, y rearmar al partido para afrontar con garantías el proceso electoral que se avecina. El Comité Federal reunido de urgencia tras el portazo de Adriana Lastra –más forzado que aceptado– aceptará sin más las propuestas del líder del partido, el secretario general del PSOE con más poder y menos oposición de la historia porque ganó unas primarias.

Los cambios que aprobarán los miembros del máximo órgano entre congresos ya han sido filtrados, y destilados en el seno de la organización. Hay nuevos nombres sobre la mesa «con más contenido político» y «con mayor presencia pública», pero el mayor cambio de calado es la constitución de un Comité de Estrategia formado por los pesos pesados del partido y del Gobierno, presidido directamente por el secretario general.

Este elemento es fundamental. El Comité Electoral siempre estaba presidido por el secretario de Organización del Partido Socialista. Ahora, en esta nueva formulación que hoy Sánchez lleva al Comité Federal, el comité electoral refundado como de Estrategia estará presidido por el secretario general. Quizás, Pedro Sánchez quiere asegurar con su presencia que no se reproducirán los choques internos que han deteriorado al partido en los solo nueve meses transcurridos desde el Congreso de la «unidad» de Valencia.

En este comité, el PSC aumenta su peso específico en el seno del PSOE. Eva Granados continua como portavoz en el Senado y Pepe Zaragoza en la dirección del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso, y Miquel Iceta, ministro de Cultura, se hace cargo de la secretaria de Memoria Democrática que deja vacante Patxi López. Además, Granados e Iceta, ambos con una estrecha relación de hace años, se incorporan a la Guardia de Corps de Pedro Sánchez. El PSC subsana así el menosprecio recibido hace un año con el cambio de Gobierno cuando Iceta acabó en un ministerio no deseado.

Además de los catalanes, este grupo que diseñará la campaña electoral y validará las listas al margen de la Ejecutiva Federal, que queda relegada en este contexto de emergencia política, económica, social y electoral a un papel más que secundario, incorpora a Félix Bolaños y Óscar López, sin duda el poder de Moncloa tan criticado en los últimos meses por cosechar más fiascos que aciertos, junto al poder del partido con el secretario de Organización, Santos Cerdán y la nueva portavoz, la aragonesa Pilar Alegría. La presencia de Sánchez quiere asegurar que esta relación Moncloa-Ferraz no solo funcionará sino que estará perfectamente engrasada y alejada de las pugnas cainitas de los últimos meses que han dejado patente como fallido el Congreso de Valencia.

A este grupo se suman la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, como nueva vicesecretaria general del PSOE, lo que le abrirá al partido nuevas ventanas de comunicación porque Montero no es una mujer que pase desapercibida, es vehemente y tiene un poso político inexistente en estos meses. Montero compartirá espacio con la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, que en paralelo consolida su posición en el ejecutivo, aunque no ha estado exenta de críticas. Montero es un peso pesado que puede recoser el partido aunando a las diferentes sensibilidades del sanchismo y las del viejo PSOE, y junto a Patxi López, que tendrá que bregar con las acusaciones de la derecha sobre los pactos con Bildu. Sánchez sabe que esta batalla será fundamental en el relato de las próximas elecciones, porque además del debate sobre la crisis económica el debate sobre el modelo de España tendrá un lugar más que destacado, y el exlendakari puede ser el fusible que desactive el discurso de PP y Vox. Además Montero y López transmiten tranquilidad a los barones socialistas y lanzan un mensaje de unidad en clave interna haciendo de la necesidad virtud.

Con esta guardia pretoriana, Sánchez quiere despertar de su letargo al PSOE y poner en marcha la maquinaria electoral socialista que a pesar de los problemas sigue representando una fuerza nada desdeñable. Es un movimiento de “Manual de Resistencia” con el que Sánchez se apresta a cerrar la crisis del fracaso del Congreso de Valencia pero todavía se desconoce si afinará el lápiz para superar otro fracaso: la crisis de Gobierno del 10 de julio de 2021. La agenda del presidente de esta próxima semana no deja demasiados huecos para hacer una nueva remodelación del Gobierno para consolidar los éxitos de su gestión que casi pasan desapercibidos y para aunar un mensaje que debe asumir, casi solo en primera persona, el presidente Sánchez. Ahora ha colocado más tenores en el partido, la incógnita es saber si cambiará los tenores del actual ejecutivo que vista las proyecciones demoscópicas es evidente que no ha funcionado. El interrogante es ¿hará el presidente una crisis de Gobierno? La respuesta solo la tiene Sánchez. De momento, ha cambiado a los mecánicos e ingenieros del Ferrari, el coche rojo para iniciar la remontada.