Toledo
Llega la batalla más sonora del universo
Toledo recreará en octubre la contienda más hermosa entre músicos llegados de todas las partes del mundo
«No existe otro lugar en el mundo en que cuatro organistas puedan estar tocando a la vez, de forma simultánea instrumentos de este tipo como los que conservamos en la Catedral de Toledo». Es Juan José Montero, músico, director del Conservatorio de la ciudad, grandísimo amante de la cultura, inspirador musical de eventos como el Centenario de El Greco y, en la actualidad, director del Festival Internacional de Música que lleva el nombre del pintor cretense y es heredero de aquellos fastos que cambiaron la ciudad en 2014.
Un año en que Toledo se puso de moda y no ha dejado de estarlo desde entonces. Después de aquel éxito preparado con sumo gusto y cuidado por el núcleo de la Real Fundación de Toledo, liderada entonces por Gregorio Marañón, una parte de aquel equipo decidió darle continuidad en el apartado musical con la creación del Festival Internacional de Música El Greco. Juan Ignacio de Mesa, Jesús Carrobles o el propio Juan José Montero recogieron la antorcha de entonces y la han traído a nuestros días.
El caso de la batalla de órganos es particular e interesantísimo. Idea particular de Juan José Montero, empezó como por casualidad y ya se ha convertido, sin embargo, en una de las citas melómanas principales en la ciudad de Toledo. Y es que Montero, un artista con aires de monje benedictino, orfebre de la música, pensó que el legado que atesora la historia de esta roca enclavada sobre el Tajo daba para recrearlo en sucesivas ediciones de un festival de este tipo, que comenzará este año el próximo sábado, 1 de octubre.
Como aliados cuenta con los siete órganos en funcionamiento que tiene la Catedral de Toledo. En realidad, existen hasta diez, pero que puedan ser utilizados, solo siete. Sin embargo, como él mismo explicaba, no existe otro lugar en el mundo actualmente donde pueda desarrollarse un acontecimiento musical de este tipo. Se añade además un clave para que los cuatro organistas puedan desempeñar y ejecutar simultáneamente todas sus destrezas.
«La joya de la Catedral de Toledo es el órgano Emperador, aunque se le suman otros que crean un conjunto de realidades y sonoridades espléndido… El del sagrario, dos del coro y otros tres órganos realejos más el clave», indica.
Las batallas de órganos recrean las disputas amistosas que en épocas pretéritas grandes artistas realizaban para solaz del público. Es una manera de tocar muy peculiar, pues no solo cuenta la partitura, que también; lo que mide finalmente este peculiar duelo de corcheas es la capacidad de improvisación que tienen los maestros organistas.
«Podemos decir que no hay organista en el mundo que no sepa ya de la realización de este tipo de batallas y no quiera venir a tocar a Toledo… Es una experiencia que les agrada muchísimo… Además, tienen el contacto directo con el público, al que se dirigen y con el que interactúan… Una experiencia de este tipo en el crucero de la Catedral de Toledo es sencillamente maravillosa».
Este año las motivaciones de los tres conciertos, los tres en sábados del mes de octubre (1,8 y 22), son los Milagros de Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo; la batalla de Lepanto y el Apocalipsis. En el primero de los casos, no hay que olvidar que estamos en el cierre del año alfonsino por excelencia, donde se ha conmemorado en la ciudad el Octavo Centenario del nacimiento de Alfonso X el Sabio, un rey crucial para la Historia de España y, sobre todo, para la cultura y el arte.
Después, la batalla de Lepanto tiene una singularidad muy especial para la ciudad de Toledo. Los pendones de aquella contienda se guardan en la Catedral en torno a las imágenes de la Virgen del Rosario, fecha crucial de «la más alta ocasión que vieron los tiempos». Y, finalmente, el Apocalipsis. Pocos instrumentos pueden recrear con tal número de voces, timbres y registros un acontecimiento tan alegórico y que ha dado para tanto en la imaginación de muchísimos artistas a lo largo de la Historia.
Y es que el órgano es el instrumento heredero del tesón de aquellos maestros organeros que se devanaban la cabeza y los sesos buscando el instrumento que mayor número de registros pudiera alcanzar. Ese tesoro ha llegado a nuestros días y por eso, desde ese balcón al Arte y la Historia, se recrea este mes de octubre en Toledo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar