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Corrupción, Sánchez

Ábalos, Koldo y el fiscal: todas las piezas de la corrupción que cercan a Sánchez

Del caso de las mascarillas al procesamiento del fiscal general, el PSOE se enfrenta a un goteo de escándalos que desgasta al Gobierno y alimenta el relato de la "corrupción sanchista" que explota el PP.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz POOL MONCLOA/ Borja Puig de la Bellacasa EFE

La investigación sobre el llamado "caso Koldo" estalló en febrero, cuando la Guardia Civil destapó una red de comisiones ilegales vinculadas a contratos públicos durante la pandemia. En el epicentro apareció Koldo García, asesor personal de José Luis Ábalos durante su etapa como ministro de Transportes. Según los informes judiciales, Koldo habría intermediado para favorecer contratos a cambio de mordidas millonarias. En paralelo, su patrimonio aumentó significativamente: viviendas, coches de lujo, relojes de alta gama y movimientos de dinero en metálico.

Aunque el exministro Ábalos ha negado reiteradamente su implicación, su nombre figura en las diligencias como conocedor de la trama. En el PSOE nadie defiende ya su permanencia política: su escaño como diputado del Grupo Mixto es hoy un símbolo incómodo.

Ábalos, acorralado: del silencio al riesgo judicial

Las últimas semanas han sido demoledoras para Ábalos. Mientras su círculo asegura que prepara su "defensa legal y mediática", fuentes del Congreso lo describen como "aislado" y "sin apoyos". El PSOE ha optado por marcar distancias, evitando pronunciamientos explícitos, pero filtrando su malestar. Dicen de él, además, que presuntamente está colaborando ya con la Fiscalía Anticorrupción para buscar un acuerdo, y ahí entra el argumento del "fuego amigo" para explicar el robo en la casa que ocupaba su hija. Koldo y Ábalos no dejan de mandarse mensajes y avisos, con Santos Cerdán en la cárcel.

El PP, por su parte, no ha perdido la oportunidad: habla abiertamente de una "trama de corrupción estructural" bajo el paraguas del "sanchismo".

La caída del fiscal general: un escándalo institucional

Cuando parecía que el caso Koldo monopolizaba el foco judicial, llegó la bomba: el Tribunal Supremo ha decidido abrir causa penal contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. El Supremo avala su procesamiento por filtrar datos del novio de Ayuso en "una actuación coordinada e impulsada personalmente por él".

Corrupción y Justicia: un nuevo relato político

La coincidencia temporal de ambos casos –Koldo y García Ortiz– ha reactivado el discurso de la “corrupción socialista” que el PP lleva meses construyendo. Fuentes de Génova hablan de una “oportunidad narrativa” para vincular el deterioro institucional con la permanencia de Sánchez en el poder.

La estrategia es clara: construir un eje PSOE–corrupción–protección institucional, reforzando la idea de que el presidente ampara redes clientelares y usa las instituciones del Estado en beneficio propio.

¿Hay impacto en las encuestas?

Los últimos sondeos reflejan una erosión persistente del PSOE. En paralelo, el PP ha consolidado una ventaja de entre 3 y 5 puntos, aunque aún lejos de la mayoría absoluta sin contar con Vox. Pero más allá de los porcentajes, lo que preocupa en Moncloa es la narrativa pública: por primera vez en meses, Sánchez ha perdido el control del relato. Y lo ha perdido en vísperas del verano, con media plantilla de comunicación fuera y la oposición muy activa.