Exteriores

Aduanas de Melilla y Ceuta: los empresarios se encuentran al límite

La inhibición del Gobierno condena a la irrelevancia a los pasos fronterizos y está afixiando el intercambio de mercancías

Camión español que atraviesa la aduana comercial de Ceuta con Marruecos EUROPA PRESS 16/01/2025
Camión español que atraviesa la aduana comercial de Ceuta con MarruecosEUROPA PRESSEuropa Press

Casi dos meses después de la finalización de la Operación Paso del Estrecho– cuyo desarrollo habría motivado la decisión de Rabat de suspender la actividad, aunque durante décadas el dispositivo estival nunca fue óbice–, el presente y el futuro de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla parece cada vez más abocado a la irrelevancia por la falta de voluntad de Marruecos –el irredentismo magrebí considera ambas ciudades autónomas territorios ocupados– y la inhibición del Gobierno de la nación.

Las otrora flamantes aduanas de Ceuta y Melilla languidecen, con la «actividad paralizada», en medio del enfriamiento de las relaciones entre España y Marruecos. Pronto –en febrero– se cumplirán dos años desde la última vez que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, haya sido recibido por el jefe del Estado marroquí, Mohamed VI, y siete desde el último encuentro de Don Felipe y el soberano alauí, que se produjo en febrero de 2019 en Rabat. La ambiciosa agenda hispano-marroquí que ambas administraciones, que presumían de la entrada en una «fase inédita» en sus relaciones, se marcaron en los encuentros gubernamentales bilaterales que tuvieron lugar en 2022 y 2023 ha avanzado más que discretamente en estos años.

Además, en su reciente discurso televisado del día 31 de octubre – pronunciado sin previo anuncio tras la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre el Sáhara Occidental–, el rey Mohamed VI hacía especial hincapié en el agradecimiento a Estados Unidos y Francia por delante de España por su apoyo en el conflicto, y más de tres años y medio después de su histórica carta en defensa de la propuesta autonómica, Rabat aspira del gobierno de Pedro Sánchez a obtener un reconocimiento expreso de la soberanía marroquí sobre la que fuera colonia española hasta hace ahora medio siglo. Entretanto, y semanas después de cumplirse 50 años de la Marcha Verde –la retirada atropellada de España de su provincia 53.ª–, el Gobierno sigue evitando referirse públicamente a la cuestión del Sáhara.

Desánimo

Hace tiempo que la indignación y el desánimo reinan entre los sectores empresariales de ambas ciudades autónomas españolas, que lamentan la voluntad de las autoridades marroquíes de asfixiarlas económicamente desde hace más de un lustro. De hecho, los empresarios de las dos ciudades autónomas españolas admiten estar a punto de tirar definitivamente la toalla y renunciar a tratar de pasar mercancías al país magrebí.

Tanto la patronal de Melilla como la de Ceuta niegan desde hace meses que lo acordado entre Madrid y Rabat pueda ser considerado una aduana comercial homologable.

Según los medios locales, desde la reapertura parcial de la aduana en Melilla, el pasado mes de enero, se han registrado 19 cruces de mercancías –de los cuales solo siete tenían como destino Marruecos–, mientras que en Ceuta se han contabilizado 42 cruces, pero solo uno con origen en la ciudad autónoma, como confirmaron a este medio desde la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE).

No en vano, el pasado lunes, el presidente de la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME-CEOE), Enrique Alcoba, denunciaba que la aduana comercial entre Marruecos y Melilla –en esta ciudad funcionó con normalidad desde el Tratado de Fez de 1866 hasta su clausura en agosto de 2018– continúa»sin estar operativa». El presidente de la patronal melillense recordó que desde comienzos de año «no se ha producido una sola expedición comercial significativa». «Supuestamente parece que la aduana está abierta, pero ante esa incertidumbre y esa inseguridad jurídica ningún empresario está moviendo mercancías», admitía Alcoba a comienzos de esta semana que termina.

Además, dejó claro el presidente de al CEME, la actual situación no responde a «falta de interés empresarial», sino a las «condiciones restrictivas» impuestas para el tránsito de mercancías, las cuales limitan los intercambios a «un par de sectores, como el de los electrodomésticos».

Como otras veces, Alcoba volvía este lunes a instar al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, para que defienda ante Marruecos los intereses de los empresarios de la ciudad autónoma. Este jueves el presidente del Gobierno perdía la ocasión de referirse a la situación de la aduana comercial en su visita a la ciudad de Ceuta.

Entretanto y por si fuera poco, en el caso de Ceuta, las autoridades marroquíes anunciaban esta semana el inicio de una serie de obras de remodelación del espacio de Bab Sebta (Puerta de Ceuta), las cuales se prolongarán en un principio durante seis meses.

Ello afectará de manera previsible la circulación de vehículos entre la ciudad autónoma española y el país magrebí.

El pasado jueves comenzaba la señalización del plan en la propia aduana y los cortes en el tránsito ya comenzaron antes del fin de semana, según informaba el medio local Faro de Ceuta.