Elecciones autonómicas

La inflación de Abascal: el apoyo al PP será más caro si Vox sube

Redobla su agenda de mítines y enseña sus cartas: nada de coalición con el PP, el objetivo es ser más influyentes

SALAMANCA (ESPAÑA), 22/11/2025.- El presidente nacional de Vox, Santiago Abascal (c) ha prometido este sábado en Salamanca, durante un acto político, que sacará del poder al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, así como a su equipo, y que los sentará en el banquillo para que acaben en la cárcel. EFE/JM García
Santiago Abascal, el pasado sábado en un mitin de Vox en SalamancaJM GARCIAAgencia EFE

Santiago Abascal toma buena nota de la inflación que asfixia a la clase media en España. Y que existe, por mucho optimismo del Gobierno. Basta con ir a hacer la compra para dar fe de la subida de los precios. Pues bien. Para las elecciones que están por venir, caso de Extremadura, Castilla y León o Andalucía, el líder de Vox lo tiene claro: si su formación logra más representación, se encarecerá también el apoyo al Partido Popular.

Desde hace semanas, Abascal dedica la mayor parte de su tiempo a recorrer los territorios que acudirán próximamente a las urnas. Poco a poco, va configurando su estrategia. Después del experimento fallido de gobernar, que se tradujo en una caída en los sondeos, ahora el objetivo es ganar en influencia. Y que los dirigentes del PP, cuando llamen a la puerta para pedir apoyo, tengan que abrir bien la boca para tragarse un sapo enorme de grande.

Lo sabe Juanma Moreno, que se examinará en el mes de junio si nada cambia. En su última entrevista con LA RAZÓN, publicada ayer domingo, vino a reconocer que el gran problema de sus elecciones no es el PSOE, más debilitado aún desde que María Jesús Montero tomó las riendas, sino Vox, el que de verdad le puede hacer perder la mayoría absoluta.

También admitió el presidente de la Junta que, si el PP no tiene mayoría absoluta, es prácticamente imposible gobernar. «Vox mantiene esa actitud de ser influyente, pero tampoco permite estabilidad en un gobierno. Nos aboca a situaciones como las que estamos viviendo: que las legislaturas se están acabando en dos años». Así ha ocurrido en Extremadura, donde Abascal concentra su agenda, con un discurso cada vez más beligerante contra la presidenta María Guardiola.

En este contexto, se celebra esta semana la investidura de Juanfran Pérez Llorca en la Comunidad Valenciana. El jueves está previsto el Pleno. Desde que comenzaron las negociaciones entre PP y Vox, todo lo que ha trascendido es la buena sintonía entre ambos partidos. Cierto es que el sucesor de Carlos Mazón tiene experiencia en lidiar con el partido verde, puesto que ha estado detrás de todos los acuerdos que se han firmado desde el inicio de la legislatura.

Falta por ver cuánto cede el PP y, sobre todo, en qué se sustancia el pacto. Si consiste en un documento con medidas concretas, o si será una declaración solemne del futuro presidente, en la que se comprometa a viva voz con algunas de las banderas que Vox ondea para seducir a su electorado.

Este fin de semana, Abascal estuvo primero en un pueblo de Cáceres, en Tayuela, y después en Salamanca. En declaraciones a «El Debate» habló de las relaciones con el PP: «Si quieren un pacto con nosotros, nuestro respaldo para algo en el caso de que se necesite, saben a qué atenerse y no va a cambiar nada de antes de las elecciones a después». No obstante, reconoció que los populares se encontrarían «planteamientos más contundentes» sin Vox logra «más representación», como pronostican las encuestas. Y algunos, sentenció, son «innegociables».

Según denuncia toda la parroquia popular desde hace tiempo, el objetivo final de Vox es intentar derribar o sustituir al PP. Y Vox es perfectamente consciente de que una manera sutil para que el PP se estrelle contra el muro de Sánchez es hacerle firmar contrapartidas que, automáticamente, espanten a los electores más templados.

De la misma manera, Vox sabe que tensar demasiado la cuerda puede acabar rompiéndola. Y, si el desenlace final de un desacuerdo con el PP es una victoria de la izquierda allí donde se encontraba en la oposición, el elector penalizaría a quien, en el relato, parezca como el principal responsable. Por eso, el previsible entendimiento en la región valenciana. Cuestión aparte serán otros gobiernos en los que, además, entran en juego las filias y, sobre todo, las fobias. Según dirigentes populares, Abascal mide sus apoyos en función de la relación personal que tiene con algunos barones.