Cataluña

Aforo completo para ver a la selección española en la zona cero del independentismo

Los vecinos de Sant Sadurní d’Anoia, gobernado por ERC, llenaron el pabellón de la localidad para ver al equipo nacional de hockey sobre patines

España se proclama campeona de Europa de hockey patines por 19ª vez en su historia, en la gran final disputada en l’Ateneu de Sant Sadurní d’Anoia.
España se proclama campeona de Europa de hockey patines por 19ª vez en su historia, en la gran final disputada en l’Ateneu de Sant Sadurní d’Anoia.RFEP

«Sold out». Imposible entrar a ver la final de la Copa de Europa de hockey patines en Sant Sadurní d’Anoia, 13.000 habitantes, al suroeste de Barcelona. Las localidades llevaban días agotadas. España y Portugal dirimen la finalísima en un tórrido 23 de julio. Sin duda, las dos mejores selecciones del mundo con el permiso de Argentina, vigente campeona.

Pau Bargalló juega en casa. El capitán de la selección. Y del Barça. El menor de tres hermanos, todos jugadores top. El mediano, con 43 años, sigue jugando al máximo nivel. Ahora con el Noia Freixenet. Tras años en Portugal y en el Liceo Caixa Galicia, recaló de nuevo en casa. El mayor, Oriol, jugó también en Italia. De cancerbero. Los tres han triunfado en este deporte con mucho arraigo en Cataluña. De hecho, todos los equipos de la OK Liga, excepto dos, son catalanes. Lo mismo ocurre con la competición femenina. Aunque ahí el papel del Liceo recae en el Gijón, un equipazo que se ha llevado las dos últimas ligas.

El alcalde de Sant Sadurní d’Anoia es Pere Vernet, de ERC, que no solo asistió al campeonato, sino que salió a la pista a entregar medallas con una sincera sonrisa. A su vez, es el pueblo de la dirigente popular Dolors Montserrat, que asiste a la finalísima y sigue con vivo interés el partido. No vive en el pueblo y rara vez se deja ver. En esta ocasión, sí. El PP tiene tradición en el pueblo pese a no tener nada que ver con localidades como Castelldefels o Badalona, donde gobiernan los populares. Eso sí, en la misma comarca, Alt Penedès, se lleva repitiendo durante años una circunstancia excepcional. En la pequeña localidad de Pontons, elección tras elección municipal, los populares se imponen por mayoría absoluta. Para ser precisos, el PP tiene un único edil en el Consistorio de Sant Sadurní. Como la CUP, que perdió uno en las pasadas municipales. Para acabar el croquis, el jefe de la oposición es de Junts.

Con los niños del pueblo a la cabeza, la afición local no duda en mostrar su pasión por el campeonato y su apoyo a la selección española. Algunos acuden con esteladas o incluso silban el himno –tímidamente– cuando suena por los altavoces. Pero luego aplauden los goles de España. Afloran las contradicciones. El hockey es el deporte del pueblo. No solo está el Noia Freixenet. En los equipos base destaca también el Colegio Sant Josep, que tiene equipos en todas las categorías inferiores.

Los tres hermanos Bargalló se formaron precisamente en el Sant Josep, una escuela concertada con 1.100 alumnos. Si un pueblo hay con tradición de hockey, este es Sant Sadurní d’Anoia. El pueblo de Freixenet. Del cava. Y ahora también de Corpinnat, una escisión selecta del cava con estándares de calidad más exigentes.

Si Pau Bargalló labra su presente profesional en el Barça, su hermano Jordi estuvo doce años en La Coruña, enrolado en el Liceo Caixa Galicia, el gran rival del Barça. Se hartó de meter goles para luego seguir cinco años en el Oliveirense de Portugal.

No hay jugador de la amplia cantera de niños y jóvenes del pueblo que no sueñe con jugar un día en el primer equipo, en la OK Liga o en la selección como cúspide de un anhelo deportivo. En su día, Guardiola quiso siempre ir a la selección. Jamás rehusó convocatoria alguna. Muy al contrario, se sentía cómodo y reconfortado si era seleccionado. Probablemente, no solo por participar en los eventos deportivos más importantes, sino por adhesión consciente o inconsciente. Los sentimientos e identidades pueden llegar a ser muy complejas y poliédricas.

Alguien podría pensar que el hecho de ser un pueblo que mayoritariamente vota independentista pondría reparos a que se jugara el campeonato de Europa con la selección Española. La verdad es que ni una sola protesta de entidad. Más bien, lo contrario, todo el mundo parece estar encantado y se apresura para conseguir entradas. Escasas, pues, en el pabellón del Noia, l’Ateneu, caben poco más de 1.000 personas. Ocho equipos dirimen el campeonato. Y casi como siempre, las selecciones favoritas son Portugal y España. Tres son las ligas más apetecibles para un jugador de hockey: la lusa, la española y la italiana. Siempre dentro de la modestia. Solo los mejores jugadores pueden vivir de esto. El resto son semiprofesionales.

España es una potencia mundial en hockey patines. Es el equipo con más campeonatos mundiales. Suma 17 por 16 de Portugal. Lo mismo ocurre en la Liga femenina. La mayoría de equipos son catalanes y España es la más laureada, aunque la actual campeona es Argentina.

Solo que en los últimos años la mejor competición de clubes es la lusa. Hay más dinero, más apoyo, más afición. En el último campeonato de clubes, ni Barça ni Liceo lograron meterse en semifinales. Los cuatro finalistas eran todos portugueses. Pese a eso, España venció a Portugal en el Campeonato de Europa. Empató en la liguilla clasificatoria y la derrotó con claridad en una final tan esperada como previsible. Tras apear España a Italia y Portugal a Francia.

El Centro de Estudios de Opinión (CEO), el CIS catalán, solía peguntar por la identidad. La dicotomía entre sentirse español o catalán. En momentos álgidos del llamado «procés», como cuando se celebró el juicio en el Tribunal Supremo a Oriol Junqueras y el resto de consejeros de la Generalitat, el CEO preguntó una vez más por la cuestión. Las respuestas ponen en evidencia cómo conviven las identidades. Los que solo se consideraban catalanes sumaban el 20,5 por ciento, frente a un 7,3% que se consideraba solo español. El resto, en una u otra medida, se consideraban también españoles. Un 20 por ciento se consideraba más catalán que español, por un 3,1 por ciento más español que catalán. El grueso del resto de encuestados, el 39,9 por ciento, afirmaba ser tan catalán como español.

Es un hecho que son por lo menos la mitad aquellos catalanes que, sintiéndose también en menor o mayor medida españoles, afirman que votarían «sí» a la independencia en un hipotético referéndum de autodeterminación. Como aquellos votantes de partidos independentistas que no se declaran independentistas. O de partidos constitucionalistas que cuentan con votantes que afirman que votarían que «sí» en un referéndum independentista. Incluso un 8 por ciento de los votantes de Vox. El mismo porcentaje se repite en los electores de la CUP que votarían «no». O el 16 por ciento de los de ERC, también en el «no», por el 1 por ciento de los del PSC en el «sí».

Es un hecho relevante que trasladado al mundo del deporte va aún más lejos. Sin duda, no son pocos aquellos que, sintiéndose solo catalanes, estaban en el pabellón de l’Ateneu disfrutando de los partidos de la selección española. E incluso entre los más aguerridos se dio esa aparente contradicción. Silbar tímidamente el himno español y acto seguido celebrar los goles de la selección e incluso jalearla.

En la cancha todo cambia. Pero también en la grada o en la calle. Se podría aducir que influía que el mejor jugador de la selección sea de Sant Sadurní. O la abrumadora presencia de jugadores catalanes y staff técnico en un evento organizado por la Federación Española. Pero es que unos meses antes, el mismo pabellón acogió el campeonato europeo y la actitud de lo parroquianos fue la misma. Satisfechos y felices de que se celebrara en el pueblo el campeonato con la selección española al frente. Con la presencia destacada de otro jugador local, Pau Andreu.

España y Portugal, la élite

Cuarenta y cuatro años han transcurrido desde que Barcelona acogió el último Europeo. En el Palau Blaugrana. Y entonces también España levantó la Copa. Era el año 1979, noviembre. La misma clasificación que ahora se ha repetido en este orden: España, Portugal e Italia. Holanda ocupó el cuarto lugar mientras en Sant Sadurní d’Anoia la cuarta plaza fue para Francia. La portería española la defendía Carles Trullols, un jugador tan longevo como el mítico Aitor Egurrola, también portero del Barça que se jubiló en 2022 tras 23 temporadas consecutivas defendiendo su portería.

Para ser Cataluña la cuna de una España que es una primera potencia mundial en el mundo del hockey sobre patines sorprende que hayan pasado más de cuatro décadas entre el Campeonato Europeo de Barcelona de 1979 y el de Sant Sadurní d’Anoia de 2023. Aunque cabe decir que si España es la selección con más mundiales, Portugal es la que ha logrado más Europeos, 21. Por 19 España con el de este verano. Eso sí, el tercero consecutivo. El hockey sobre patines es el único deporte peninsular que reina en el mundo desde hace décadas.

Hasta la fecha, el último campeonato de Europa en España se celebró en La Coruña en 2018. El primero y el único que se ha celebrado en una Galicia que tiene en el HC Liceo al otro gran campeón español del momento tras el Barça. El anterior europeo fue en Alcobendas en el año 2014 y los dos anteriores se celebraron en Oviedo.

Las selecciones con más participaciones en el Europeo son Inglaterra y Francia. 54 ambas. Pero si bien Inglaterra ganó en 12 ocasiones (sobre todo en los primeros años), Francia no ha logrado imponerse nunca mientras Italia lo ha logrado en tres ocasiones. La última, precisamente, en el campeonato celebrado en Alcobendas.