
Congreso del PP
Cambios en el PP, pero sin tocar el poder absoluto del núcleo gallego
El Congreso del PP blindará a Feijóo con mando gallego y apariencia de debate.

El próximo fin de semana el PP celebrará su Congreso Nacional con una coreografía política perfectamente medida. Será un cónclave a la búlgara, sin sorpresas y sin debates de fondo sobre cuestiones incómodas que puedan alterar la imagen de unidad total. Todo está al servicio de blindar a Alberto Núñez Feijóo como candidato indiscutible a La Moncloa, mientras que en el bando contrario, el PSOE, se publican manifiestos y aparecen voces que piden el relevo en la Secretaría General para salvar al partido del desgaste de la corrupción.
Todo el aparato de Génova ha trabajado para que el congreso sirva para transmitir una imagen de ilusión, de alternativa, de renovación controlada y de liderazgo. La rumorología apunta insistentemente al ascenso de Miguel Tellado a la Secretaría General, y al ascenso de Esther Muñoz y de Alma Ezcurra. Feijóo es previsible, pero guarda un silencio total sobre las bazas orgánicas que utilizará en la cita que comienza el viernes. Sea como sea, el poder real seguirá estando en manos del círculo gallego que siempre ha acompañado a Feijóo desde sus tiempos en la Xunta.
Fuentes del partido confirman que el Congreso será "una puesta en escena de liderazgo" para contraponerlo al Comité Federal que justo el sábado celebra también el PSOE para mitigar los efectos de la caída del segundo secretario de Organización, Santos Cerdán, por las investigaciones que mantiene abiertas la UCO por mandato de magistrado del Supremo Leopoldo Puente.
En ese sentido, en esta ocasión no se verán desplantes de los expresidentes del Gobierno José María Aznar o Mariano Rajoy. Tampoco entre líderes regionales a los que se coloca en la línea sucesoria de Feijóo, como Isabel Díaz Ayuso o Juan Manuel Moreno, a pesar de que las diferencias estratégicas y políticas entre ambos sean más que evidentes internamente.
Vox será el elefante en la habitación. Ignorado por todos, pero en la cabeza de todos porque continúa siendo el principal escollo para que el PP alcance una mayoría suficiente que permita a Feijóo gobernar sin ataduras políticas. Al PP no le va mal ganar tiempo, o al menos eso dicen cuando se les pregunta por las próximas elecciones generales. Creen que es un tiempo que juega en contra de Sánchez, porque el calendario no le va a dar respiro judicial, y porque, además, esperan aprovecharlo para avanzar en la consolidación de la idea de que Feijóo es la única alternativa sólida al sanchismo. Esto ya fue el mantra de la campaña de las últimas elecciones generales, que el PP ganó, pero no pudo gobernar en buena medida por la estrategia de radicalización de Vox y porque actuó en su contra el pacto de Carlos Mazón en la Comunidad Valenciana con el partido de Santiago Abascal.
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