
Memoria Histórica
La celebración por los 50 años sin Franco vuelve a los campos de exterminio nazis
El Gobierno homenajea en Alemania a las 120 españolas deportadas al campo femenino de Ravensbrück, «un ejemplo de vida»

Las instalaciones de Ravensbrück, en las cercanías de la población de Fürstenberg, a unos 90 kilómetros al norte de Berlín, fueron destinadas por los nazis exclusivamente para mujeres. Aunque la documentación del campo es bastante pobre, en comparación con otros como Mauthausen o Berger-Belsen, y es complicado reconstruir un censo de la deportación femenina, el ministro Ángel Víctor Torres cifró ayer en 120 las mujeres españolas de Ravensbrück que fueron detenidas y encarceladas en Francia por actividades de resistencia contra la ocupación alemana.
Tras Mauthausen, y en otro evento de la «España en libertad» por los 50 años de la muerte de Franco, el Gobierno vuelve así a salir a los campos nazis para conmemorar este aniversario. Aunque estos recintos y su espacio histórico estén fuera del espacio temporal de la conmemoración, el Ejecutivo ha explicado que «se trata de una etiqueta, porque se conmemoran la libertad y la democracia», como ya se hizo en el Jardín de La Nueve, convertido en París en el primer Lugar de Memoria Democrática en toda Europa.
Acompañado como cuando se anunció el memorial parisino por el secretario de Estado de Memoria, Fernando Martínez, Torres ha tomado la palabra en recuerdo de aquellas prisioneras: «Algunas de ellas, tras combatir en España, defendiendo la II República, cruzaron los Pirineos para seguir enfrentándose al fascismo. Esto les valió el distintivo de presas políticas, un triángulo rojo que las condenaba a la explotación sistemática como mano de obra forzada», dijo en el propio memorial del campo.
El campo de concentración de Ravensbrück fue creado en 1939 y constantemente ampliado en los años siguientes. En abril de 1941 se estableció un campo de hombres más pequeño en las inmediaciones y un año más tarde, en junio, se creó el campo de Uckermark para mujeres jóvenes y niñas.

Se ha estimado que por el campo pasaron más de 132.000 prisioneras, muchas de las cuales iban acompañadas de niños y bebés, de las que solo 40.000 sobrevivieron.
Entre 1939 y 1945 hubo registrados en Ravensbrück alrededor de 120.000 mujeres y niños, 20.000 hombres y 1.200 mujeres adolescentes, procedentes de más de 30 países, entre ellas al menos 120 españolas, aunque algunas fuentes cifran su grupo en más de 400.
Pero la cifra más realista estaría en el centenar, y no faltan confusiones en el origen y nacionalidad de las deportadas, a lo que hay que sumar fallos en las identidades de las mujeres.
Durante su intervención, el ministro hizo hincapié, asimismo, en la «doble victimización» de estas prisioneras, por el hecho de ser mujeres, ya que, para la maquinaria de exterminio nazi, eran, al igual que los niños y niñas, «aún más prescindibles que los hombres». Torres destacó las terribles condiciones que sufrieron estas mujeres y reivindicó la necesidad de «honrarlas, recordarlas y recuperar su memoria».
No faltan confusiones en el origen y nacionalidad de las deportadas, y fallos en las identidades
Torres insistió en el compromiso del Gobierno de España con las víctimas. «Hoy es un día histórico», recalcó. «El pasado 30 de abril se cumplieron 80 años de la liberación de este campo. Qué mejor momento para reconocer con una placa conmemorativa el ejemplo de vida de las 120 mujeres españolas que fueron prisioneras en este campo».
Después del descubrimiento de la placa, el acto se trasladó a la fábrica textil, donde las prisioneras eran obligadas a realizar trabajos forzados, y donde tres representantes del Ensemble Cantaderas interpretaron varias obras, entre las cuales había piezas que las presas españolas cantaron durante su confinamiento en Ravensbrück.
Torres, que estuvo acompañado por Pascual Navarro, embajador de España en Alemania; Piedad Solans, representando a Amical de Ravensbrück; y Concha Díaz, vicepresidenta de Amical de Mauthausen, remarcó que el «deber», pero también la «vocación», del Gobierno de España es «recuperar la memoria de las víctimas, y hacer honor a los principios de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición».
El ministro tenía que presidir después la inauguración, en la Embajada de España en Alemania, de la exposición «España en Libertad. 50 años», que reconoce el papel de los numerosos colectivos sociales e instituciones que hicieron posible la Transición, subrayando la importancia de la democracia, «en un momento en que esta se ve amenazada en muchas partes del mundo».
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