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Interior

Colapso de narcolanchas al cobijo del gran apagón

Las embarcaciones se acercaron al litoral al perder la conexión con sus socios, pero no se produjo ninguna detención

Aluvión de narcolanchas en las costas por el apagón Ministerio del Interior

Narcos a ciegas en alta mar pensando que había llegado el fin del mundo. Decenas de narcolanchas se arremolinaron este lunes por la noche en las costas españolas en búsqueda de información de sus socios en tierra firme. Los teléfonos no funcionaban y no se veían luces en muchos puntos del litoral a consecuencia del apagón histórico. "Se pusieron muy nerviosos", afirman fuentes policiales a LA RAZÓN sobre cómo vivieron estos delincuentes las circunstancias.

El apagón que asoló a España durante cerca de diez horas también tuvo sus efectos en el narcotráfico. El negocio de estos delincuentes está en puntos del Sur de la Península y precisamente en algunos lugares de este territorio fueron los últimos que recuperaron la corriente eléctrica. Los ocupantes de las narcolanchas vivieron con nerviosismo y desinformación todo lo que ocurría a sus espaldas.

Y es que fuentes policiales explican a LA RAZÓN que el apagón "pilló" en alta mar a decenas de estas embarcaciones. Algunas se dedicaban al petaqueo y otras llevaban en su interior fardos de hachís que pensaban descargar en el litoral.

La actividad de las narcolanchas continúa siendo incesante en la costa gaditanaGuardia CivilLa Razón

Una de las claves del éxito de este negocio de las sustancias estupefacientes es la comunicación entre los diferentes estamentos de las organizaciones criminales. Tienen una jerarquía clara y una asignación de sus cometidos, como bien se encarga la Policía Nacional y la Guardia Civil de recordar en cada atestado.

Los diferentes tentáculos de estas bandas vivieron con gran inquietud el apagón. "Estaban como locos porque no contactaban con la gente de tierra", remarcan estas fuentes.

Narcos revolucionados por el apagón

Estos "marineros" disponen de teléfonos satélites para hablar con sus compinches. Como no recibían respuesta decidieron acercarse a la costa para utilizar otras plataformas como el WhatsApp. El silencio fue la nota predominante. No había nadie al aparato.

"Justo cuando estaba todo el mundo encerrado en casa, sin luz y sin nada, ellos tampoco veían las luces de la costa", detallan. No solo se acercaron al litoral para saber qué estaba pasando en España. Otro de los motivos, quizás de mayor peso, es que el viento del Levante les obligaba a buscar refugio. "Estaban todos revolucionados", aseguran.

El apagón no frenó la actividad del narcotráfico. Los policías que vigilaban las ciudades observaron como había gente en la costa por la noche con linternas. Este es el trabajo de los denominados "puntos" que son los que alertan a las narcolanchas. Esta circunstancia se fue reproduciendo en diferentes zonas.

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Desde Sanlúcar de Barrameda hasta Chipiona pasando por Huelva. Y es que todas las organizaciones criminales del negocio de la droga estaban "totalmente desubicadas" ante los eventuales problemas energéticos.

A pesar de esta afluencia, que se ha conocido por las posteriores investigaciones policiales que están en marcha contra estas bandas, no se produjeron detenidos por esta tipología. Uno de los principales motivos fue el dispositivo puesto en marcha por el Ministerio del Interior por el apagón buscaba evitar los pillajes y los incidentes relacionados con el orden público.

La impunidad de las narcolanchas

El departamento de Fernando Grande-Marlaska estableció un operativo con cerca de 30.000 agentes, de forma proporcional de Policía Nacional y Guardia Civil, para velar por la seguridad de las zonas comerciales y por el auxilio de las personas que fueron afectadas por el parón eléctrico.

No se produjeron incidentes reseñables y los funcionarios patrullaron durante la noche del lunes los puntos neurálgicos y los polígonos industriales de su demarcación. Aunque a muchas zonas de España, la gran mayoría, regresó la luz antes de la medianoche muchos de estos establecimientos tuvieron que cerrar de forma precipitada por los acontecimientos de las últimas horas.

La afluencia de narcolanchas en las costas andaluzas siguen siendo un problema que está siendo difícil de atajar por las autoridades. Los sindicatos policiales y las asociaciones de guardias civiles llevan años denunciando la impunidad que sienten estos delincuentes que actúan a cualquier hora del día y bajo cualquier circunstancia. Una prueba de ello es que aunque el país se pare por un hecho histórico ellos siguen con su actividad delictiva.