Consejo de ministros
España sigue rearmándose: luz verde a la compra de misiles para las baterías Patriot y NSM antibuque por 580 millones
El Consejo de Ministros aprobó ayer la celebración de sendos acuerdos por 400 y 180 millones de euros para los dos programas.
El Consejo de Ministros aprobó ayer la celebración de sendos acuerdos marco para la adquisición de misiles de nueva generación y componentes del sistema 'Patriot' por un valor estimado de 400 millones de euros y de misiles antibuque Naval Strike Missile (NSM) para los buques de la Armada por 180 millones de euros.
Según consta en las referencias, el Gobierno justifica la adquisición de estos misiles como "necesaria" para "asegurar el mantenimiento" del sistema, sustituyendo los componentes desactualizados para garantizar la seguridad del espacio aéreo nacional y para cumplir con los compromisos asumidos por España en el seno de la OTAN.
En cuanto a los misiles para la Armada, son pertinentes "para asegurar la operatividad de las fragatas, así como para sustituir el modelo actual, cuyo ciclo de vida está "próximo a finalizar", según la referencia del Consejo de Ministros, que añade que también "es coherente con futuros proyectos europeos" en los que España participa.
El pasado mes de octubre, se supo que el Pentágono había anunciado que el Departamento de Estado de Estados Unidos ha aprobado la posible venta a España de sistemas de defensa antiaérea Patriot y equipos relacionados por valor de 2.800 millones de dólares (aproximadamente 2.600 millones de euros). España posee actualmente seis baterías Patriot, una de las cuales está desplegada en la base aérea de Incirlik, en la provincia turca de Adana.
En concreto, la Administración de Joe Biden informó de que el Gobierno español había solicitado la compra de cuatro unidades de fuego modernizadas Patriot de Configuración 3+ que constan de 51 misiles, 24 estaciones de lanzamiento y cuatro estaciones de control de enfrentamiento, entre otros elementos que también incluyen equipos de comunicaciones y generadores de energía, que serán de las empresas Raytheon Corporation y Lockheed Martin.
También se incluyen equipos de comunicaciones, herramientas y equipos de prueba; programas de alcance y pruebas; equipos y servicios de apoyo; equipos de entrenamiento; piezas de repuesto y reparación.
"Esta venta propuesta apoyará la política exterior y la seguridad nacional de Estados Unidos al mejorar la seguridad de un aliado de la OTAN, que es una fuerza importante para la estabilidad política y el progreso económico de Europa", apunta Washington.
La venta requerirá que representantes del Gobierno estadounidense y del contratista viajen a España durante un periodo prolongado para la comprobación del sistema, la formación y el apoyo técnico y logístico.
España adquirió la primera batería Patriot a Alemania en 2004, que llegó al Ejército un año más tarde. Una década después, el Ministerio de Defensa español compra las otras dos de segunda mano también a su homólogo alemán, para poder cumplir con los compromisos adquiridos en la cumbre de la OTAN de 2014.
En principio los planes de Defensa pasaban por la modernización de su sistema Patriot PAC 3, una prioridad a la vista del nuevo escenario geoestratégico en el que la amenaza de Rusia se hace tangible y sus misiles podrían alcanzar cualquier punto de nuestro país, sin olvidar otros enemigos potenciales, incluidos países del Magreb. Por eso el objetivo era la modernización del sistema actual a la configuración 3+ así como la adquisición de misiles PAC 3. Sin embargo, en el documento que ha visto la luz verde en la agencia estadounidense se habla en todo momento de venta, no de actualización, por lo que cabe la posibilidad de que se haya decidido que adquirir baterías nuevas resultaba más barato que modernizar las existentes.
El programa contemplaba la actualización de los lanzadores de las tres baterías en servicio en el Ejército de Tierra a la configuración 3+ y la compra de la última versión del misil Patriot Advenced Capacibility-3 (PAC-3MSE). También llegará un segundo Centro de Coordinación e Información (ICC) -ya hay uno- y una cuarta batería también en la versión 3+, según recogía el número de enero de la Revista Española de Defensa (RED), la publicación oficial de Defensa. Todo por 1.400 millones de euros.
Todos los lanzadores, tanto los modernizados como los nuevos, serán adaptados e integrados en los vehículos pesados Iveco en servicio en las Fuerzas Armadas. Los nuevos misiles son de menor tamaño, pero con una tecnología a bordo que aumenta de manera significativa su grado de precisión respecto de versiones anteriores. Están concebidos para lograr impactar y derribar misiles balísticos a una distancia superior a los 100 kilómetros.
Misiles NSM
En cuanto a los misiles NSM, se trata de un misil antibuque y de crucero de ataque a tierra desarrollado por la empresa armamentística noruega Kongsberg Defence & Aerospace.
El 10 de octubre de 2012, la Armada de Noruega efectuó el primer lanzamiento del NSM, el cual se produjo desde el HNoMS Glimt, uno de los patrulleros de la clase Skjold. El 5 de junio 2013 se realizó el primer lanzamiento de pruebas con carga explosiva real contra un buque de superficie. La fragata fuera de servicio HNoMS Trondheim fue alcanzada por un NSM, resultando satisfactorio el funcionamiento del misil.
Se trata de un misil de largo alcance, unos 150 kilómetros, de alta precisión y altamente polivalente, ya que puede ser empleado desde varios tipos de plataformas. En la versión básica tiene una longitud de 3,95 metros y un peso de 347 kilogramos, de los que 120 se corresponden con su cabeza de combate.
El diseño de última generación y la utilización de materiales compuestos confieren al Naval Strike Missile capacidades furtivas avanzadas y está orientado para ser utilizado tanto en entornos litorales como en mar abierto. Es capaz de sobrevolar tierra firme, volar a ras del suelo o del mar y realizar maniobras aleatorias en su fase final para dificultar la efectividad de las contramedidas del enemigo.
La tecnología de adquisición de objetivos con la que cuenta el NSM le permite unas capacidades diferentes de detección, reconocimiento y discriminación dependiendo de si el blanco es naval o terrestre. Esto es posible con la combinación de un sensor de imagen infrarroja y una base de datos de a bordo. El NSM puede navegar mediante GPS, sistemas inerciales y TERCOM (valiéndose de referencias del terreno).
Después de efectuarse su lanzamiento empleando un cohete de combustible sólido que le impulsa inicialmente, el misil es propulsado empleando un turborreactor modelo Microturbo TRI 40, que le permite alcanzar su objetivo portando una cabeza de guerra de 125 kg (con alto explosivo o de fragmentación) manteniendo una alta velocidad subsónica.
Según el propio fabricante noruego, el NSM ofrece capacidad de ataque contra objetivos marítimos y terrestres; una excelente capacidad de penetración contra sistemas avanzados de defensa aérea enemiga y capacidad de identificación del tipo de buque a través de su sistema de reconocimiento autónomo de objetivos (ATR), gracias a un buscador infrarrojo de imágenes de alta resolución y hitpoint preciso para cada clase de barco, que asegura que se detecte, reconozca y alcance el objetivo correcto, tanto el mar como en tierra.
Además, ha demostrado con éxito sus capacidades en la aproximación de misiles desde tierra contra objetivos cerca de la costa; en ataques desde el mar con objetivo cerca de la costa; en ataques terrestres de precisión y en su capacidad de maniobrabilidad extrema.
Datos técnicos
Velocidad: alta subsónica
Peso: 407 kg (897 libras)
Longitud: 3,96 m (156 pulgadas)
Alcance: >185 km (100 nm)
Este misil forma parte actualmente de las Fuerzas Armadas de Reino Unido, Noruega, la Marina y el Cuerpo de Marines de EE. UU., Polonia, Rumania, Canadá, Alemania, Australia y Malasia, a los que ahora se sumará España.
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