Terrorismo
El Estado Islámico admite que su objetivo es unificar algunas de sus franquicias que operan en África
Forma parte de la estrategia global de crear plataformas operativas para atacar a Occidente
"Sigo esperando y esperando escuchar que las fronteras entre la Wilayah (franquicia) de África Occidental y la Wilayah del Sahel se convierten en una sola, al igual que las de Sham (Siria) e Irak, para convertirse en la más fuerte del Estado Islámico", se puede leer en las redes del grupo yihadista, en un comentario que se enmarca en la potenciación del yihadismo en el continente africano para que sirva de base a futuros ataques contra Occidente.
Si a esto se une la capacidad, ya demostrada, de la franquicia para Afganistán y Pakistán, el ISPK, con las matanzas perpetradas en Kerman (Irán) y Crocus (Moscú), se confirma la estrategia del Estado Islámico para ir más allá de los ataque de actores solitarios ("lobos").
Es cierto que causan una gran alarma, pero son bastante vulnerables como lo demuestran el gran número de detenciones realizadas por las fuerzas de seguridad en todo el mundo. Sus acciones, cuando logran llevarlas a cabo, llevan el terror a la población afectada, pero que nada tienen que ver con los grandes atentados, que es a lo que aspiran los cabecillas de los terroristas y que deben ser cometidas por células organizadas.
La reciente orden dada a los yihadistas de África de acudir a Europa a través de sus costas para cometer atentados configuran un panorama preocupante al que deben enfrentarse las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia.
En los mismos comentarios de redes, se jactan de que "comandantes" "son muyahidines experimentados como generales, en estrategias, tácticas, planes y todas las cosas relevantes". "Que Allah le dé al Estado Islámico victorias tras victorias y haga que cada victoria sea mayor que la otra y dé a los muyahidines del Estado Islámico todo lo que quieren y necesitan para liberar nuestras tierras de los kuffar (infieles", proclaman, al tiempo que acallan la voz de los que se atreven a criticar la estrategbia global marcada por los cabecillas y, sobre todo, por el "califa", al que todos deben pretar juramento de lealtad.