Estrategia
Gallardo renuncia como presidente de la Diputación de Badajoz, pero se mantendrá aforado
Asimismo, dejará su cargo como concejal en el Ayuntamiento de Villanueva de la Serena.
El secretario general del PSOE de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, presentará su renuncia como presidente de la Diputación de Badajoz, el próximo viernes 30 de mayo en el pleno provincial. Asimismo, renunciará como concejal en el Ayuntamiento de Villanueva de la Serena.
Se aferra al aforamiento como escudo y en una maniobra de ilusionismo ha llamado a la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, para proponerle "reflexionar" sobre la eliminación de los aforamientos de la Asamblea de Extremadura y modificarlo en el Estatuto de Autonomía, ya que "solo el PSOE y el PP pueden hacerlo" al ser necesarios "dos tercios de la Cámara para poderlo hacer efectivo", ha matizado.
Gallardo muestra así su disposición a pactar con el Partido Popular la eliminación de los aforamientos autonómicos, un paso que requiere mayoría cualificada en la Asamblea. Lo ha hecho en plena transición personal a un nuevo cargo que, precisamente, le otorga aforamiento automático: el de diputado regional.
El secretario general del PSOE tomará posesión este jueves como parlamentario en la Asamblea de Extremadura y, en su estreno, ya formulará preguntas a la presidenta regional, María Guardiola (PP). Al día siguiente, el viernes, dejará sus cargos en la Diputación de Badajoz y en el Ayuntamiento de Villanueva de la Serena, donde ha gobernado durante años con mayoría absoluta.
La propuesta de reforma que plantea el PSOE no es gratuita: eliminación de aforamientos sí, pero solo si se blindan los servicios públicos en la misma modificación del Estatuto de Autonomía. Esto supone abrir una negociación que va más allá de los privilegios judiciales de los políticos y apunta a un nuevo consenso sobre el modelo social extremeño.
Y es que no solo cambia de escenario político, sino que lo hace justo cuando más aprieta la presión judicial. Su salto al Parlamento regional busca esquivar el banquillo y protegerse bajo el paraguas del aforamiento. Una maniobra que, más que responder a una lógica política, responde a una necesidad personal de blindaje ante una causa que amenaza con salpicarle de lleno. Sin embargo, Gallardo ha insistido que lo hace por "razones políticas" yasí a estar aforado, lo que significa que, de ser juzgado, lo haría ante el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura.