
Opinión
Hace bien Feijóo
El líder del PP tiene un motivo grande y de peso para no ir a la apertura del Año Judicial

Guardar las formas es importante, pero a veces hay quien se empeña en provocar tanto, que la única respuesta posible es mandarle un mensaje de desacuerdo. Para que trascienda más allá de lo que suele ser lo habitual. Alberto Núñez Feijóo no va a ir mañana, por vez primera y de manera excepcional, al acto de apertura del año judicial. Tiene un motivo grande y de peso, como es la cita previamente concertada con su partido en la Comunidad de Madrid. Pero es que, aunque no lo tuviese, las circunstancias adversas promovidas por La Moncloa no ayudan a que el jefe de la oposición, representante del partido más votado de España, se retrate aplaudiendo el discurso de un fiscal procesado y un ministro caracterizado por atacar a los miembros del Poder Judicial que no bailan al son del Gobierno.
En algún momento habrá que hacer llegar a Bruselas, a la señora Von der Leyen, que lo que está pasando hoy aquí, el ataque a uno de los poderes básicos del Estado, no es menor en relevancia a lo que en otra época ocurrió en Polonia y Hungría. En aquellos casos, la Comisión Europea se movilizó con rapidez y contundencia para evitar que los Ejecutivos de ambos países arrollaran al Judiciario, lo que estuvo muy bien hecho. Pero hoy es escandalosa la forma como Ursula von der Leyen y sus comisarios miran para otro lado, sin querer saber nada del ataque a los jueces que está protagonizando nada menos que el presidente del Gobierno de España y buena parte de los miembros de su Gabinete. Pedro Sánchez, cada día más a gusto con el papel de autócrata, se permite señalar, desde la jefatura del Ejecutivo, a aquellos jueces que, según él, son buenos o malos, en función de si investigan a su familia o no, de si llaman a declarar a su esposa o a su hermano. De manera que son malos, están ideologizados y hacen política, aquellos que, superando a caterva de insultos que les llueven cada día desde el Gobierno, siguen adelante con sus procedimientos. Actuando en la convicción de que la obligación de cualquier juez verdaderamente independiente es la de tratar a todos los ciudadanos por igual, sin observar privilegios por causa de rango o posición política. La Justicia ha de ser para todos, se trate de un ciudadano normal o de un ministro, un fiscal general del Estado, un presidente de gobierno o su familia. O bien otro magistrado. Pero parece como si el hecho de estar sentado en La Moncloa diera poder para destrozar la imagen de la Judicatura o para sentenciar quién es inocente o culpable, como hizo nuestro líder el otro día en horario de máxima audiencia en TV. Él puede acusar. Los jueces no se pueden defender.
Parece como si Sánchez hubiera llegado a la conclusión de que ser primer ministro le da derecho a sentenciar procedimientos judiciales y a declarar quién es inocente y quién culpable.
Quien perdió las elecciones y cuenta con el menor apoyo electoral de la historia de la democracia, está convencido de que el hecho de gobernar gracias a un golpista huido de la justicia le da derecho a hacerlo sin presupuesto, a abusar del decreto-ley, a pasar del Parlamento y poner cruces a jueces, periodistas y profesionales que no aplauden sus arbitrariedades.
Bordea lo constitucionalmente admisible, y algún día habrá que dejar de hacerle el juego. Igual de esa manera se entera Von der Leyen.
Por eso actúa bien Feijóo haciéndose notar con su ausencia en la apertura mañana del año judicial. Tiene otro compromiso importante. Pero aunque no lo tuviera.
✕
Accede a tu cuenta para comentar