
Opinión
Tontería sin límites
Como dice la ministra Pilar Alegría: no pasa nada por llamar a las cosas por su nombre

Pedro Sánchez dice -¡sorprendido!- que hay jueces haciendo política y políticos haciendo justicia, como si tal cosa; como si él no hubiera hecho de juez, con una sentencia exculpatoria penal al Partido Popular de por medio, y no hubiera dictado y protagonizado una moción de censura como veredicto con la ayuda del imputado por corrupción Ábalos.
Luego escuchas a la ministra portavoz, Pilar Alegría, decir, con mucha alegría, que una inmensa mayoría de los españoles comparte que algunos jueces hacen política. Dando a entender que, cuando Sánchez opina, todos opinan lo mismo, como si se tratara de una especie de suceso devocional.
Los estudiantes que quieren sacarse un título universitario, o los que están cursando el doctorado, seguro que aplauden que la esposa del presidente imparta un máster sin estar en posesión de la cualificación necesaria.
Todos los que han cursado Dirección Orquestal ovacionan, con batutas en mano, que al hermano del presidente le hayan creado el puesto de Jefe de la Oficina de Artes Escénicas de la Diputación de Badajoz y, nueve años después, desconozca las funciones del cargo y la ubicación de la oficina.
Esa inmensa mayoría a la que alude la ministra Alegría, o estaba en La Mareta, o en las aguas donde buceaba la familia del presidente porque no encuentro a nadie que justifique esas prácticas, a no ser que la politización no afecte solo a algunos jueces, sino a la inmensa mayoría de la población.
Si esto no fuera cierto, ¿qué necesidad hay de perimetrar al presidente con anillos de seguridad de 400 metros?
Decía el director de cine Claude Chabrol que “la tontería es infinitamente más fascinante que la inteligencia. La inteligencia tiene sus límites, la tontería no”. En esas estamos. Como dice la ministra Pilar Alegría: no pasa nada por llamar a las cosas por su nombre.
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