Terrorismo

La hija del juez Querol reclama una rueda de reconocimiento fotográfico para intentar identificar a la etarra Egües

Recuerda que semanas antes del asesinato vio a una mujer en las inmediaciones de la casa de su padre cuya cara "no ha olvidado"

La explosión del coche bomba causó la muerte del juez del Supremo José Francisco Querol, su chófer y su guardaespaldas
La explosión del coche bomba causó la muerte del juez del Supremo José Francisco Querol, su chófer y su guardaespaldasENRIQUE CERDANAgencia EFE

Amalia Querol, hija del magistrado José Francisco Querol, asesinado por ETA en 2000, ha solicitado a la Audiencia Nacional que acuerde una rueda de reconocimiento fotográfico en la que incluya una fotografía de la etarra Ana Belén Egües de la época del atentado para intentar identificarla. Querol, que ya declaró como testigo en esta causa el pasado octubre, cree que se puede tratar de la terrorista a la que sorprendió, semanas antes del asesinato, junto al portal de la casa de sus padres. "Esa mirada y esa cara no las he podido olvidar", dijo al instructor en su declaración judicial.

En el escrito que ha remitido al titular del Juzgado de Instrucción número 5, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, su abogada asegura que hasta el pasado mayo la hija de Querol "nunca fue llamada a declarar" ni tampoco a realizar reconocimiento fotográfico alguno, "ni nadie se dirigió a ella en la presente causa". Y recuerda que semanas antes del atentado, al dejar por la mañana a sus hijos en casa de su padre, "se encontró a una chica de unos treinta o treinta y algún años que observaba su vehículo de una manera que le chocó". Cuando ella se metió en el coche, añade, esa misteriosa mujer, que se encontraba a un metro y medio de distancia, "le miró de una forma desafiante", sin que se le haya olvidado esa cara desde entonces.

Según explicó al juez Santiago Pedraz en su declaración, un año después del asesinato de su padre, reconoció a esa mujer en un periódico. Aunque su rostro "no era exactamente igual porque tenía otro pelo, la mirada era exactamente la misma". Esa noticia daba cuenta de la detención del "comando Madrid" de ETA y la mujer "era Ana Belén Egües". Por eso, Amelia Querol solicita al instructor que la cite para "realizar un reconocimiento fotográfico en el que se inserte alguna imagen" de la etarra "de hace 22 años", para determinar "si es posible ser reconocida".

Con el objetivo de que se practique esta diligencia y las que todavía están pendientes, la acusación particular que ejerce la hija del magistrado asesinado ha solicitado asimismo a Pedraz que amplíe otros seis meses más la investigación judicial.

Ocho etarras investigados

La Audiencia Nacional investiga a Ana Belén Egües y a otros siete etarras -Gorka Palacios, Juan Luis Rubenach, Iván Apaolaza, Oier Goitia, "Txapote", Juan Antonio Olarra Guridi y Ainhoa Múgica- por su supuesta responsabilidad en el atentado cometido el 30 de octubre de 2000, en el que también perdieron la vida el escolta y el chófer del entonces magistrado del Tribunal Supremo y un conductor de autobús de la EMT. Pedraz considera a los cuatro exjefes de ETA investigados cooperadores necesarios de los asesinatos por haber facilitado supuestamente al "comando" los explosivos y las placas de matrícula falsas para el coche bomba. Dignidad y Justicia, que ejerce la acusación popular al igual que la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), defiende que los etarras que entonces integraban la cúpula dirigente de ETA (entre ellos "Txapote") son autores mediatos del atentado por la posición de dominio que ostentaban en la organización terrorista, en la que las acciones criminales no se cometían sin la autorización de los máximos dirigentes.

Antes de cometer el atentado con coche-bomba, los miembros del "comando Madrid" llevaron a cabo varias vigilancias de las rutinas del magistrado. Varios testigos presenciales aseguraron en su día a Pedraz que tras la explosión les llamó la atención la presencia de una mujer que caminaba en dirección contraria y se reunió con otros dos supuestos terroristas en un coche en el que huyeron juntos. Otro testigo contó al juez que en las fechas previas al atentado cuando bajaba a pasear al perro "coincidía con una mujer que siempre estaba en el mismo sitio, justo enfrente del portal, y acariciaba a su perro".

Según la investigación policial, minutos antes de la 9:15 horas del 30 de octubre del año 2000, el chófer del magistrado, Armando Medina, junto al escolta de Querol, el policía Jesús Escudero, llegaron a un bar de la madrileña avenida de Badajoz donde desayunaron tras aparcar el coche oficial (un Renault Megane) que utilizaba el juez del Supremo en sus desplazamientos. Juntos se dirigieron a la calle Torrelaguna en la única dirección posible hasta que, al final de la calle tomaron la dirección contraria por el carril bus, parando a la altura del número 65. Una vez allí, Querol se subió al vehículo, que prosigue su marcha por el carril bus hasta que giró a la derecha para tomar de nuevo la avenida de Badajoz.

"Al doblar la esquina, estalla un vehículo bomba que se encontraba estacionado a la altura del paso de cebra de la esquina de ambas calles". El vehículo oficial en el que viajaban Querol, su escolta y su chófer "recibe toda la explosión e impacta contra un autobús que circulaba a su altura en ese momento". La violencia del impacto fue tal que el vehículo oficial "salta por encima del autobús", falleciendo su conductor, Jesús Sánchez Martínez, fallece, cayendo boca abajo el coche en la acera. Todos los ocupantes del vehículo oficial mueren a consecuencia de la explosión.

El coche bomba, un Renault-19 de color rojo, había sido robado en Madrid el 17 de agosto, aunque los terroristas le habían colocado una matrícula falsa para despistar a la Policía. El atentado fue reivindicado por un comunicante anónimo en nombre de ETA, según informó el diario Gara el 15 de noviembre de 2001.