Elecciones catalanas

Junts+Puigdemont: la unidad «fake» del independentismo

El prófugo, que trata de vender fuerza y transversalidad, se presenta al 12M con un remedo de fuerzas minoritarias posconvergentes y testimoniales que rechaza ERC

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont interviene tras el acto de firma del acuerdo de Junts per Catalunya con Joventut Republicana, Els Verds-Alternativa verda, Reagrupament, Acció per la república, Estat Català, MESCat y Demòcrates de Catalunya, que se ha realizado este martes en Perpinyà (Francia).
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont interviene tras el acto de firma del acuerdo de Junts per Catalunya con Joventut Republicana, Els Verds-Alternativa verda, Reagrupament, Acció per la república, Estat Català, MESCat y Demòcrates de Catalunya, que se ha realizado este martes en Perpinyà (Francia). David BorratAgencia EFE

Carles Puigdemont, el expresident catalán fugado, está empecinado en mostrarse como el independentista con mayor pedigrí y el único que apuesta por la unidad de este movimiento cada vez más desgajado. Cuando anunció su candidatura se dirigió a Esquerra Republicana para pedirles, de nuevo, una lista única. Los de ERC despacharon la ocurrencia con cajas destempladas y de inmediato. La experiencia de Junts pel Sí fue suficiente para los de Oriol Junqueras y Pere Aragonès. A la CUP ni se dirigió, porque los anticapitalistas nunca quisieron formalizar una alianza con la burguesía catalana que recala en Junts, y en los últimos días han aparecido dos candidaturas independentistas que tienen en común erosionar al electorado del expresident Puigdemont. La Aliança Catalana de la ultraderechista Silvia Orriols y Alhora, de Clara Ponsatí, quien todavía es eurodiputada de Junts.

Inasequible al desaliento, el candidato que volverá solo si es elegido presidente se presentó en plena Semana Santa en Perpiñán (Francia) para presentar una coalición de partidos independentistas que se aglutinarán en torno a su persona. Hasta siete formaciones ha unido Carles Puigdemont en una coalición que es absolutamente «fake», porque o son partidos que ya están en la órbita de Junts per Catalunya o son puramente testimoniales.

Y todo, con él como protagonista, incluido el nombre de esta alianza, que ha sido bautizada como «Junts+Puigdemont per Catalunya». Así, se sitúa como el único capaz de hacer frente a las «agresiones españolas» con una nueva «lista de país» que, según explica, «incorpora perfiles y apoyos provenientes de diferentes sectores». Aunque no son tan diferentes. Estas son las fuerzas que se han sumado al nuevo desafío de Puigdemont y rechazado por Esquerra en esa batalla por liderar el movimiento separatista:

Moviment d’Esquerres de Catalunya-MES

Fue una de las primeras escisiones del PSC y en un primer momento estuvo liderada por Ernest Maragall, hasta que en 2018 abandonó la formación. En 2015 se presentaron dentro de Junts pel Sí y en el año 2017, con ERC, para presentarse en los comicios de 2021 con Junts per Catalunya, provocando la salida de más de 40 militantes que provenían del PSC. El exalcalde de Sant Feliu de Guíxols Pere Albó salió elegido diputado.

Demòcrates

Esta escisión de Unió Democràtica con fuertes tintes xenófobos, liderada por Antoni Castellà, también forma parte del grupo parlamentario de Junts de esta legislatura. Como MES, se presentó en las elecciones de 2017 con Esquerra para recalar en Junts en el año 2021.

Acció per la República

Este grupo fue impulsado por Agustí Colomines, un hombre siempre ligado a Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) que llegó a ser presidente de la controvertida Fundación Trías Fargas. Lleva años en el entorno de Puigdemont y tiene como cabeza visible a Aurora Madaula, también diputada en el Parlament por Junts desde 2017. Esta parlamentaria, de la línea de la denostada Laura Borràs, ha protagonizado un escabroso episodio en el que denunció a la cúpula del partido por acoso. Esta denuncia no ha sido óbice para que su partido se prestara a la foto de Perpiñán con el objetivo de reeditar su escaño.

Estat Català.

Son los herederos del partido de Francesc Macià, pero hoy en día es totalmente testimonial. En 2003 se presentaron a las elecciones al Parlament de Cataluña y obtuvieron 1.890 votos, una cifra a todas luces irrisoria. Durante años, Estat Català estuvo bajo el paraguas del Front Nacionalista de Catalunya, que ha virado a posiciones de extrema derecha y del que surge Silvia Orriols (que ahora puede aguar la fiesta del regreso triunfante de Puigdemont si, como auguran las encuestas, obtiene un escaño en Gerona y se hace con otro en Barcelona) y se separa de él para fundar Aliança Catalana.

Reagrupament

Joan Carretero y Uriel Bertrán fundaron este partido escindiéndose de Esquerra Republicana de Catalunya durante el tripartito liderado por José Montilla. El grupo, en el que militó el expresidente de la Generalitat Joaquim Torra, apenas tiene hoy alguna incidencia electoral. De hecho, Uriel Bertrán, como vicepresidente de la Asamblea Nacional Catalana, trató de que esta organización se presentara como lista alternativa en estas elecciones, pero la dirección de la ANC perdió ante los partidarios de Puigdemont. Bertrán impulsa ahora una candidatura electoral de Solidaridad Independentista, partido otrora liderado por el presidente del Barça, Joan Laporta.

Els Verds Alternativa Verda

Es un partido longevo –fue fundado en 1983–, pero inexistente casi desde su fundación. Su cara visible es Santiago Vilanova, siempre ligado a Convergència pero siempre mayonesa de todas las salsas. Dio apoyo a Solidaridad Independentista, a las Candidaturas de Unidad Popular (CUP), a Junts pel Sí y ahora recala en Junts per Catalunya.

En esta organización, creada como sociedad política y cultural, militó Lluís Companys y no tiene nada que ver con ERC, de la que se desvinculó en 1989. También tuvo relación con el PSC y una colaboración estable, desde 1994, con Convergencia Democràtica de Cataluña. En 1992 se presentó a las elecciones autonómicas obteniendo 429 votos. Nada llama a pensar que ahora tengan mayor influencia electoral.

Este amasijo de siglas serán la muleta de Carles Puigdemont para decir que abandera un movimiento transversal del independentismo. Y ese es su objetivo. En los dos actos que ha protagonizado el fugado de Waterloo, las siglas y los colores corporativos de Junts per Catalunya han desaparecido para mayor gloria de lo que es una candidatura personal y, sin duda, ególatra.