Cataluña

La Generalitat intervenida prevé pedir al FLA 9.349 millones en 2018

Cerca del 60% del dinero será para pagar viejos préstamos del Fondo de Liquidez Autonómica

Un informe del Govern admite riesgos internos para la economía catalana relacionados con «las tensiones políticas»
Un informe del Govern admite riesgos internos para la economía catalana relacionados con «las tensiones políticas»larazon

Cerca del 60% del dinero será para pagar viejos préstamos del Fondo de Liquidez Autonómica.

Cambia el año, pero hay tradiciones que se repiten y sin ser conscientes recuerdan que el tiempo pasa. Los barcelones, como vienen haciendo ya hace más de 20 años, se bañaron ayer en la playa de la Barceloneta para dar la bienvenida a 2018; los Reyes Magos volverán a traer alegría dentro de cuatro días, y la Generalitat hace ya números para pedir un nuevo préstamo al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA).

Pese a seguir intervenida, en aplicación del artículo 155, la maquinaria institucional no se detiene, según sus cálculos deberá pedir prestados 9.349 millones de euros al Estado, de los que 5.454 millones, casi el 60 por ciento del dinero, servirá para cubrir préstamos de años anteriores relacionados con este mecanismo que el ministerio de Cristóbal Montoro habilitó para dar liquidez a las Comunidades Autónomas que lo requerían. El drama es que buena parte del resto del dinero que queda tras pagar préstamos del propio FLA será para pagar otras deudas pendientes con bancos españoles y extranjeros.

Estas previsiones salen de una presentación en inglés pensada para mostrar a inversores extranjeros que ha hecho el departamento de Economía de la Generalitat, del que era conseller Oriol Junqueras, y que ha divulgado la Agencia Efe. Los cálculos que muestran la presentación recogen la evolución de las finanzas de la Generalitat de Cataluña hasta el mes de diciembre.

De los 5.454 millones destinados a pagar la «factura» del FLA, 833 son para cubrir las amortizaciones del fondo de liquidez de 2012; 1.351 millones, para el de 2013; un millón, para el de 2014; 1.411,5 millones, para el de 2015; 49,6 millones para el llamado fondo de liquidez social, y los 818,9 millones restantes, para sufragar los mecanismos de pago a proveedores.

Los cálculos del departamento de Economía de la Generalitat sólo destinan 923 millones de euros a cubrir el objetivo de déficit, que en principio es del 0,4 por ciento del PIB.

La cantidad que Cataluña destina a saldar la «factura» de los mecanismos de liquidez de ejercicios anteriores es tan grande porque, igual que otras Comunidades Autónomas, está adherida al Fondo de Liquidez Autonómico desde 2012 y ahora se acumulan las amortizaciones de todos aquellos préstamos.

Las Comunidades Autónomas que se apuntaron al FLA firmaron ejercicio tras ejercicio préstamos a diez años con el Estado para cubrir el déficit generado en los años de la crisis y para poder atender los servicios sociales básicos. Estos préstamos se concedieron con los dos primeros años de carencias, pero pasado ese periodo, las autonomías han tenido que empezar a amortizar capital.

Según cálculos de la conselleria de Economía, en 2017, la Generalitat habrá recibido 7.757 millones del fondo de liquidez, de los cuales apenas 1.328 millones se destinan a cubrir el objetivo de déficit de 2017, que es del 0,6 por ciento. Otros 484 millones son para saldar el déficit de 2016.

Otra suma importante, 2.937 millones es para saldar los vencimientos de bonos o de préstamos de entidades financieras nacionales o extranjeras. Mientras que 125 millones son para cubrir la liquidación negativa del sistema de financiación de 2008 y 2009.

Además de hablar de deudas y préstamos, el informe de la conselleria de Economía, también hace previsiones. Prevé que la economía catalana cierre el año 2017 con un crecimiento del 2,9 por ciento, mientras que en 2018, tras el descalabro que el proceso ha supuesto para Cataluña, el aumento del PIB será del 2,6 por ciento. El mismo Govern admite riesgos internos para la economía catalana por culpa de «las tensiones políticas». Sin embargo, no entra en detalles y añade que contempla otros riesgos externos que estarían relacionados con el aumento del proteccionismo y un crecimiento débil de las economías avanzadas.