Reunión

Moncloa ningunea a los territorios: Diez minutos para que cada barón hable de catorce temas

La Conferencia de Presidentes, condenada al fracaso. Moncloa no amplía el turno de palabra tras forzar el PP una nueva agenda

La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, atiende a los medios de comunicación, a 17 de enero de 2025, en Badalona, Barcelona, Catalunya (España). Tras declarar ante los medios, la secretaria general del PP y el alcalde de Badalona han realizado una visita por la ciudad. 17 ENERO 2025;VISITA;BADALONA;PP;PARTIDO POPULAR;MEDIOS;POLÍTICA Kike Rincón / Europa Press 17/01/2025
La secretaria general del PP, Cuca GamarraKike RincónEuropa Press

«Aceptar todos los temas es la zanahoria con la que nos entretiene, la realidad es que no podremos hablar de nada con seriedad y sosiego». Así de gráficos se expresan desde una de las comunidades que acudirá este viernes a la Conferencia de Presidentes que se celebrará en Barcelona.

El Gobierno, en el último momento, cedió a la presión del PP y aceptó la inclusión de ocho temas en el orden del día de la reunión, a petición del PP. Estos se sumarán a los otros seis que inicialmente se habían agendado. Con eso, el Ejecutivo quería demostrar su «voluntad» para tratar todas las demandas del PP frente a las quejas de la mayoría de comunidades. Sin embargo, ese «gesto» del Ejecutivo no esconde una «intención real» de escuchar los problemas de las comunidades, según los populares.

"Es inviable hablar de todo"

Muestra de ello es que cada presidente autonómico contará tan solo con diez minutos para exponer al presidente del Gobierno las necesidades de sus ciudadanos. Esto es, menos de un minuto por asunto a tratar. «Será inviable hablar de todo. Supone recortar el orden del día por la puerta de atrás», se quejan desde otro territorio. El enfado es general y desde Génova ya advierten de que la posibilidad del diálogo será nula. Cunde la sensación en la dirección del PP de que el Gobierno busca «salvar» la semana con la imagen de «gestión» ante unos días en los que la sombra de las cloacas se ha acoplado al PSOE y al Gobierno. En ese sentido, se quejan de que quiera despachar los problemas de todos los territorios de una tirada.

En la Conferencia de Santander del año pasado fue cuando el Gobierno fijó el tiempo limitado de 10 minutos para cada comunidad, pero entonces los asuntos a tratar eran menores: cuatro frente a los 14 que ahora se debatirán. Es por eso que desde el PP intentaron en esta ocasión que el Gobierno se abriera a ampliar los tiempos. Sin embargo, según explican fuentes del PP, en la reunión del Comité preparatorio el Ejecutivo se negó y tampoco cedió para incluir un turno de réplica. «Son diez minutos por cada comunidad», zanjó este mismo martes la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría. Una reclamación en la que los presidentes insistirán en Barcelona. De hecho, fuentes autonómicas aseguran que el Ejecutivo «esta vez» tendrá que escucharlos. «Los presidentes van a ir a cantarle las verdades a Sánchez», aseguran fuentes de la dirección del PP. «Va a tener que escuchar las verdades del barquero», aventuró la secretaria general del PP, Cuca Gamarra.

La cerrazón del Gobierno a ampliar los tiempos no solo perjudica a los presidentes populares sino también a los barones socialistas de Asturias, Castilla-La Mancha, Navarra y Cataluña. El propio líder manchego, Emiliano García-Page también afeó el control del reloj en la última convocatoria de la Conferencia de presidentes.

En los territorios no esperan salir de la convocatoria con grandes «consensos». «Con poca fe en los resultados», reflexionan desde Andalucía. Desde Murcia piden que se evite que la cita se convierta en un «encuentro de monólogos».

En la lista de temas que se abordarán aparece la financiación autonómica y la condonación de la deuda para Cataluña. La oferta de la quita de la deuda, de confirmarse, acaparará varios de los titulares porque es una propuesta que divide a los barones del PP. Varias comunidades se abren a aceptarla ahora y Génova no ha conseguido imponer un criterio unitario. Los populares también plantarán cara a otra cesión del Gobierno al independentismo: al traspaso de competencias a Cataluña en el control de fronteras.