Posible acuerdo

Sánchez autoriza votar a los candidatos de Orban y Meloni a cambio de Ribera

Contactará con ambos y acepta gobernar con Vox en Europa

Todo indica que las dos principales fuerzas políticas españolas y europeas –populares y socialistas– han comenzado el deshielo y empieza a fraguarse un pacto. El objetivo reside en que la Comisión presidida por Ursula von der Leyen pueda comenzar su andadura el próximo 1 de diciembre, como está inicialmente previsto. Pero hasta el final no parece que haya nada seguro y entre medias hay importantes cesiones y líneas rojas cruzadas, como que Pedro Sánchez acepte finalmente apoyar a candidatos de formaciones que tachan de extrema derecha para salvar a su aspirante Teresa Ribera.

El PPE Europeo supeditó la semana pasada votar a favor de Ribera como futura vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea a tres requisitos: su comparecencia ante el Congreso español para dar explicaciones sobre su gestión de la DANA, su compromiso a dimitir en caso de posibles responsabilidades judiciales que pongan en entredicho su papel en el Ejecutivo comunitario y que los socialistas europeos aprueben la candidatura tanto del aspirante italiano de Giorgia Meloni, Raffaele Fitto, como del húngaro de Viktor Orban, Olivér Várhelyi.

Todo indica que los socialistas pueden acabar cumpliendo el primero y el tercer requisito, aunque no el segundo. De hecho, a última hora de ayer, fuentes del Gobierno apuntaban que «la UE no puede sumirse en la inestabilidad con vetos cruzados de mirada corta» y que «la decisión que hay que tomar no es ‘‘si Ribera o si Fitto’’: la decisión estratégica es alcanzar un consenso que proteja a Europa en un escenario internacional especialmente peligroso».

Y más allá de esta escueta afirmación, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se ha implicado tanto en este asunto que ordenó a la portavoz de los socialistas europeos, la española Iratxe García, que negocie con los populares europeos de Manfred Weber ese apoyo a los candidatos de extrema derecha a cambio de salvar a la vicepresidenta española.

Una implicación que supone también una más que segura negociación directa de Sánchez con Orban, miembro de Patriotas por Europa, formación que preside desde la pasada semana el líder de Vox, Santiago Abascal. Y también con la propia Meloni. Todo, para evitar una votación que Ribera podría perder.

Y mientras, los populares españoles se pronunciaron también ayer dejando claro que se abrían a votar en Bruselas en contra de todo el gobierno de comisarios de Ursula von der Leyen si incluye a Ribera. Así, los de Feijóo confirmaban que mantienen su órdago: «El PP no puede ser cómplice de un ascenso de Teresa Ribera. No estuvo a la altura y no vamos a premiarla», apuntan fuentes de Génova.

En un principio está previsto que la actual vicepresidenta tercera del Gobierno acuda al Congreso de los Diputados mañana a dar explicaciones sobre la DANA. Esto supondrá el pistoletazo de salida para desbloquear la crisis antes de que el Parlamento Europeo vote a todo el colegio de comisarios el día 27 durante la sesión plenaria, si no hay cambios de última hora.

El martes de la semana pasada se produjo la comparecencia de Ribera en la Eurocámara, pero la votación sobre su idoneidad para el puesto se ha pospuesto «sine die», al igual que el del resto del núcleo duro del futuro colegio de comisarios, compuesto por un total de 6 vicepresidentes ejecutivos de diferentes fuerzas políticas.

Según el PPE, este retraso se ha producido por la negativa de los socialistas a votar a favor de Raffaelle Fitto, al que los socialistas tachan de extrema derecha y con un perfil no lo suficientemente europeísta para desempeñar el cargo.

Un veto que quedó claro en la reunión celebrada el lunes de la semana pasada entre populares, socialistas y liberales. Entonces se llegó a un pacto para votar en bloque a los seis vicepresidentes ejecutivos que se examinaban el martes y evitar vetos cruzados. Todo indicaba que los socialistas acabarían mostrándose a favor de Fitto a cambio de que los populares no pusieran reparos a la candidatura de Ribera. Pero este preacuerdo se rompió tras la tensa comparecencia de la española en la Eurocámara y las peticiones del PP español de que Sánchez la sustituyera.

Después que los populares españoles consiguieran el respaldo de su familia europea para retrasar la votación de Ribera hasta esta semana, los socialistas acusaron a Weber, de estar apoyándose en la extrema derecha. Pero ahora, este pacto, a tenor de las negociaciones de Moncloa, podría resucitar.