Política

Cataluña

Puigdemont bloqueará una investidura de Sánchez si suman

Su primer golpe de efecto será exigir la toma de posesión de Jordi Sánchez como diputado.

Las ministras Celaá, Montero y Batet, ayer en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Foto: CIPRIANO PASTRANO
Las ministras Celaá, Montero y Batet, ayer en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Foto: CIPRIANO PASTRANOlarazon

Su primer golpe de efecto será exigir la toma de posesión de Jordi Sánchez como diputado.

Junts per Catalunya afronta estas elecciones con su discurso más radical. Las encuestas auguran un batacazo mayúsculo para los fieles de Puigdemont. Un diario digital, cercano a las tesis del ex presidente, publicaba esta semana una encuesta demoledora. Junts per Catalunya, con Jordi Sánchez a la cabeza, obtendría cuatro diputados. La mitad de los que tiene ahora. Lejos de amilanarse, Laura Borrás, la ex consellera de Cultura que llevará la voz cantante, avisa: «Después de la sentencia, la declaración de independencia estará encima de la mesa». Y no sólo esta afirmación destaca en sus declaraciones como número dos de la candidatura de la derecha radical independentista. Borràs destaca siempre que exige al gobierno de Sánchez para empezar a negociar que «la fiscalía cambie de criterio y pida la absolución» de los encausados del juicio del 1-O. Unas condiciones que no serán aceptadas. Lo saben de antemano, pero forman el núcleo de su discurso para justificar su estrategia de bloqueo en la formación del nuevo ejecutivo.

Laura Borràs, que está siendo investigada por supuestas irregularidades en la adjudicación de contratos en el Institut de les Lletres Catalanes, tiene claro que irá a Madrid «a hacer una política de máximos», y no de mínimos. No es de extrañar su radicalidad si se tiene en cuenta que fue una de las firmantes contra el bilingüismo en Cataluña, cuando habla de «brutal represión» refiriéndose a la actual situación a pesar de ser miembro de un gobierno, o cuando considera el derecho a la autodeterminación como «primordial y básico». Sus declaraciones dan a entender que si gana Pedro Sánchez las elecciones y es el encargado de formar gobierno los diputados de Junts per Catalunya se moverán en favor de la inestabilidad, que no se pueda formar este ejecutivo, y si es necesario que se convoquen nuevas elecciones. Si gana el trío de las derechas, igual posición. En una entrevista en naciodigital.cat dijo que las urnas «no dan miedo a los demócratas».

El primer golpe de efecto que tienen previsto los de JxC es exigir la toma de posesión de Jordi Sánchez como diputado porque «tiene intactos sus derechos político». La respuesta de la Mesa del Congreso es previsible y rechazará tal posibilidad, pero el grupo de Puigdemont aprovechará la negativa «para internacionalizar el conflicto de una España represora que no respeta la democracia». Borràs será la cabeza visible de Puigdemont en estas elecciones generales, las primeras de un ciclo electoral que deben dirimir qué fuerza independentista es la hegemónica. Este es el nudo gordiano al que se enfrentan ERC y JxC. La acompañarán Miriam Nogueras, que ha dejado colgado a su partido en las municipales dónde estaba previsto que encabezara la candidatura de Mataró, y por Ramón Tremosa, actualmente eurodiputado y protagonista de la expulsión de los independentistas del grupo liberal de ALDE. De cómo acabe este ciclo se despejarán incógnitas tales como si se convocan elecciones en Cataluña y cómo será la relación con el Estado. Junts per Catalunya, con Puigdemont dirigiendo los hilos, tiene claro que la posición rupturista es la única que les puede garantizar ser «determinantes», en España y en Cataluña. Si Puigdemont pierde, las elecciones catalanas tendrán que esperar un mejor momento porque «nadie convoca para perder».

Para bloquear la formación de gobierno, se antojan escasos, los cuatro diputados que le dan las encuestas. Por eso, JxC va a radicalizar su discurso para aparecer «como la única fuerza independentista que planta cara», y afear así a los republicanos que tienen una posición, al menos teóricamente, más tibia, y aumentar su presencia. Si atendemos a las encuestas, lo que Borrás llama «el pueblo de Catalunya», hace más caso a ERC que podría ganar las generales por vez primera, aunque el PSC le pisa de cerca los talones.

En este escenario, se produce un momento de unidad independentista al fijar a los socialistas como el adversario a batir agitando la posibilidad de un pacto con el partido de Albert Rivera. ERC ha reproducido el lema electoral que llevó a la victoria al PSC de la mano de la malograda Carme Chacón en 2008 «Si tu no vas, ellos vuelven», reza el eslogan con una foto de Albert Rivera y Pedro Sánchez, que sustituyen a Rato, Rajoy, Acebes y Aznar.

Junts per Catalunya, con Joaquim Torra de primer espada, también se ha apuntado a dar por hecho este acuerdo del PSOE con Ciudadanos. El objetivo es disminuir la senda ascendente del PSC que se nutre de votantes nacionalistas que quieren evitar un tripartito de las derechas y de los desencantados de los Comunes, que caen en picado en todos los sondeos demoscópicos.

El ex president no sería elegido eurodiputado, según sondeo de la UE

El PSOE ganaría las próximas elecciones al Parlamento Europeo en España y conseguiría 19 escaños, según las últimas proyecciones sobre intención de voto de la Eurocámara, a cuyo Hemiciclo entraría por primera vez VOX, con cinco eurodiputados. La coalición «Ahora Repúblicas», (ERC, Bildu y BNG), se haría con 3 escaños, mientras que se quedarían sin representación PNV y PDeCAT. Este supondría que Puigdemont no resultaría elegido europarlamentario.