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Rajoy: «El cambio dejará pronto su huella en la lista de la compra»

Garantiza que hará la reforma fiscal del programa electoral para estimular el empleo y el crecimiento

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, saluda a los asistentes a la Convención Nacional del PP, en Valladolid.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, saluda a los asistentes a la Convención Nacional del PP, en Valladolid.larazon

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, garantiza que hará la reforma fiscal del programa electoral para estimular el empleo y el crecimiento

La Convención Nacional del PP estuvo descafeinada de contenido en sus dos primeros días. Pero el discurso de ayer del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ocupó los espacios vacíos y fue una inyección de ánimo en dirigentes territoriales y militantes. En el ecuador de la Legislatura, Rajoy saca brillo a sus logros agitando de nuevo la bandera de la herencia. El «insufrible» 9 por ciento de déficit, una inflación cercana al 3 por ciento, la competitividad por los suelos, buena parte del sistema financiero en entredicho, deuda insostenible, «con muchos proveedores que llevaban meses e incluso años sin cobrar» y «un paro que crecía de manera desbocada», recordó.

Un prólogo que sirve al Gobierno para atribuirse el mérito de haber conseguido que gracias a su «plan» la «caída» de España se detuviese en seco, «y no sólo evitamos la ruina sino que conseguimos que España con sus propias fuerzas comenzara a caminar de nuevo». «Al final los españoles nos hemos rescatado solos», proclamó el presidente en una intervención en la que el durísimo ataque contra Rubalcaba y la reivindicación de la acción del Gobierno y de la fortaleza del PP tenían como misión unir al grupo y adormecer los efectos de las voces críticas que se movilizaron en vísperas del cónclave. Ayer el presidente convenció a su graderío. En las alusiones al líder socialista se despachó a gusto por lo que éste hizo en el pasado y por oponerse en el presente a todo lo que está haciendo el Ejecutivo. «Nos criticaban todo. Los mismos que tanto nos habían pregonado en falso brotes verdes y amaneceres luminosos. Los mismos causantes del descalabro eran los que más criticaban el remedio. No hemos tenido más ayuda, que no es poca, que la responsabilidad de los españoles y la fortaleza de nuestro partido», aseveró. Y siguió con sus «golpes»: «España sólo necesitaba librarse de la ineptitud de un mal Gobierno para recuperar su propia energía»; «no me molesta que me critiquen, sobre todo si lo hacen sin razón; lo que me molesta es que se siembre el desánimo. ¿Tan poco le preocupa el futuro de la gente como para sembrar lo que menos necesita España, desánimos e incertidumbre?. «¿Pero cómo puede venir alguien a decir que no se ha hecho nada cuando es el vicepresidente del Gobierno que llevó a España a la ruina? Cuando tú eres parte destacada en la causa de este calvario, o te callas o reconoces el mérito de la gente. No le digas que se sacrifica en balde. No ocultes la verdad de la recuperación como antes le ocultaste la del hundimiento», enfatizó.

Junto con estas duras alusiones al PSOE, el presidente enfocó su mensaje hacia la economía, para insistir con ahínco en la recuperación y para bajar también al terreno de la economía real con la promesa de que los signos de recuperación, el «cambio», y la «mejora positiva» que se va a notar día a día, dejarán muy pronto «su huella en la lista de la compra de cada familia». El presidente hizo hincapié en que el cambio va en la buena dirección, aunque no se dé por satisfecho y menos con las cifras de paro que todavía padece España. Pero también en esto último, el drama del desempleo, destacó que hay signos de mejoría y se felicitó porque su política se haya sostenido en «decisiones equitativas» en el reparto de las cargas de la crisis y que haya logrado preservar «los grandes servicios públicos como la Educación y la Sanidad, que siguen y seguirán siendo universales, públicos y gratuitos». Así contesta a las grandes banderas en las que la izquierda sostiene la crítica a su política y defiende su flanco social negando recortes en pensiones o rebajas en la calidad del empleo.

De cara al futuro, el presidente colocó en el frontispicio de las reformas pendientes la rebaja fiscal que pondrá en marcha en 2015 y que va a prolongar la reducción de impuestos durante varios años. No entró en detalles sobre qué impuestos serán modificados y se quedó en la filosofía que la inspira. Será una reforma integral, que estimule el crecimiento y el empleo. Una reforma «acorde con la modernización del país, con la eficacia que necesitamos en la recaudación y con los principios de solidaridad y redistribución», explicó. Rajoy precisó que no será un retoque o un ajuste a la baja, sino que supondrá la creación de un nuevo sistema, «más simple y equitativo», que dé flexibilidad al sector privado y que sirva para estimular la actividad económica e incentivar el ahorro. «Haremos la reforma fiscal que no pudimos hacer en su momento porque nos dejaron unas cuentas públicas en situación desesperada. Haremos la reforma fiscal de acuerdo con lo que decía nuestro programa electoral», prometió. El objetivo es convertir esta reforma en una de sus principales bazas para las elecciones generales de 2015.

Rajoy concluyó ratificándose en su voluntad reformista y con una mención expresa a su compromiso contra la corrupción. Ni en lo primero mencionó la Ley del Aborto ni en lo segundo aludió al «caso Bárcenas». Sobre la corrupción sí subrayó que su Gobierno ha afrontado «con coraje» el problema de la corrupción y que a lo ya hecho se añadirán en las próximas fechas cambios en el Código Penal y en la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

Los mensajes

Recuperación

«España está de nuevo en marcha; lenta, todavía, pero inexorablemente en marcha»

«No presumo de nada ni quiero que se sospeche que lo hago. No puedo presumir porque ha sido un éxito de los españoles»

«El plan que diseñamos para detener el hundimiento, evitar el rescate y recuperar la confianza (...) se ha cumplido, paso a paso, a lo largo del año pasado»

Herencia del PSOE

«Recibimos un país como si fuera un páramo. Improductivo, sí, pero no porque fuera un pedregal sino porque estaba abandonado»

«Subimos las pensiones que otros habían congelado. Las descongelamos, porque esos que presumen de ser muy sociales las habían congelado»

Reformas

«¿Quiere decir que está todo arreglado? No, porque es inasumible que un país como el nuestro, con una economía moderna y avanzada, muestre esta lacra de más de cinco millones de parados»

«Hemos hecho mucho en estos dos años: en España ya no es tan inevitable el despido, ni tan impune el despilfarro ni tan accesible la corrupción»

«Revisaremos el sistema de financiación para acometer una reforma que garantice un acceso igual de todos los españoles a los servicios públicos fundamentales»

«Este Gobierno no se va a parar en su impulso reformista, pero tampoco en su batalla por defender una Europa cada vez más unida»