Una década de Felipe VI
Los retos de diez años de Reinado
El desafío del «procés», despojar a su padre de asignación y la pandemia han sido los trances más complicados que ha tenido que afrontar Don Felipe
El Rey es una persona lo suficientemente sensata como para imaginar, desde el primer día en el que fue proclamado nuevo Jefe del Estado, que durante el tiempo que tenía por delante seguro le iba a tocar enfrentarse a momentos delicados e incluso conflictivos.
Sabía que iba a tener que enfrentarse a retos en los que iba a necesitar echar mano de toda la experiencia acumulada durante los casi veinte años de ejercer como heredero de la Corona para poder salir airoso de esas situaciones arriesgadas.
Sin embargo, nunca imaginó que las cosas iban a ponerse tan dificultosas como sucedieron y que iba a necesitar de toda su capacidad de firmeza, entendimiento, sensatez y templanza para encontrar una salida adecuada a situaciones a veces endiabladas.
Tres veces se ha tenido que enfrentar Don Felipe a problemas verdaderamente difíciles a lo largo de los 10 años de reinado. La primera de ellas fue la que se presentó justo después de que los secesionistas catalanes lograran celebrar el referéndum de independencia de la comunidad.
Un hecho que dejó al Gobierno español en shock y en un estado de incapacidad total para reaccionar ante la ciudadanía, que no sabía tampoco cómo actuar ante lo que había pasado.
Fue un momento crucial en el que el Monarca se planteó que había que tranquilizar a los españoles, ofrecerles garantías de que la situación se iba a reconducir, hacer un llamamiento a la calma y recordar a todos que era el momento de que actuaran los poderes del Estado para volver a la normalidad institucional.
Hay muchos observadores políticos que han comparado a posteriori lo que pasó aquel 3 de octubre con la reacción que tuvo el Rey Juan Carlos la noche del 23 de febrero, cuando logró con su mensaje que los militares golpistas depusieran su actitud y al mismo tiempo que los ciudadanos recuperaran su confianza en que el anterior monarca había parado el golpe y podían ir a la cama tranquilos.
El mensaje del Rey fue una garantía de que la intentona separatista se había quedado afortunadamente en eso, en una intentona, y que los poderes del Estado recuperarían su papel de forma inmediata.
La segunda ocasión terriblemente complicada para Felipe VI fue la noticia de que unos abogados londinenses aseguraban que el jefe del Estado debía designar a las personas que iban a heredar una fortuna del Rey Juan Carlos, su padre, depositada en paraísos fiscales, de la que no tenían conocimiento los nuevos Reyes, Don Felipe y Doña Letizia.
La Casa del Rey dio cuenta por medio de un comunicado de que no tenían idea de la existencia de esa fortuna y que, además, rechazaban de forma tajante su intención de heredarla.
El actual Monarca no dudó ni un instante en tomar medidas tan drásticas como despojar a su padre de la asignación que tenía como Rey a título honorífico y negar que tuviera conocimiento alguno de esa fortuna que tenía de forma oculta y sin declarar a la Agencia Tributaria.
Esos hechos desencadenaron una crisis de enorme repercusión en la Casa Real y que llevaron posteriormente a que el Rey Juan Carlos decidiera renunciar a la vida institucional y a no volver a desempeñar actos oficiales de los programados en la agenda de actividades del Palacio de la Zarzuela, así como a abandonar España.
Don Juan Carlos desapareció de territorio español sin dar cuenta al principio sobre dónde iba a establecer su residencia en agosto de 2022. Fue unos días después cuando sus compatriotas supieron que el padre del actual Monarca había aterrizado en la capital de los Emiratos Árabes Unidos, donde los dirigentes de la dinastía de los Al Nahayan le habían ofrecido alojamiento en lugares situados en las áreas más lujosas de la ciudad emiratí.
Los países del Golfo son ajenos a la práctica de las normas democráticas que rigen los destinos de los países occidentales, pero son inmensamente ricos gracias a las ganancias que les proporcionan los yacimientos petrolíferos en su territorio.
El tercer gran reto al que ha debido hacer frente Felipe VI ha sido gestionar las consecuencias de la pandemia de la Covid19, que encerró a millones de personas en sus casas durante meses y que provocó la muerte de decenas de miles de personas en toda España.
Sobrevivir a la epidemia sin romper la comunicación con los distintos sectores de la sociedad fue un desafío enorme para los Reyes ya que ellos rechazaron la idea de proyectar una imagen de estar escondidos. Por eso, se buscaron fórmulas para seguir presentes ante la ciudadanía utilizando medios digitales pero sin olvidar las limitaciones lógicas de carácter sanitario.
Los retos y desafíos han sido solventados con acierto y firmeza en los primeros diez años de reinado pero el Rey sabe que eso no garantiza que los tiempos difíciles no vuelvan. Su misión, al frente de la nave del Estado, es superarlos. En ello sigue Felipe VI.
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