Tradición

El Rolls-Royce de los Reyes volverá a desfilar el 12 de octubre: la historia que guarda más de siete décadas de legado

El emblemático vehículo, adquirido en los años cincuenta y reservado solo a jefes de Estado, transportará de nuevo a Felipe VI y Letizia en la Fiesta Nacional

FILED - 19 July 2025, Saxony-Anhalt, Wernigerode: View of the hood of a Rolls Royce. Photo: Matthias Bein/dpa 19/07/2025 ONLY FOR USE IN SPAIN
Economía.-Rolls-Royce confía en que la nuclear y la IA le permitan convertirse en la empresa más cotizada de Reino UnidoDPA vía Europa PressEuropa Press

Cada 12 de octubre, el rugido de los motores se mezcla con el sonido solemne de los himnos y el desfile de las Fuerzas Armadas. Pero entre uniformes y banderas, hay un protagonista silencioso que acapara todas las miradas: el Rolls-Royce Phantom IV. Este coche histórico volverá a llevar a los Reyes de España hasta el desfile del Día de la Hispanidad, revalidando su condición de pieza única del patrimonio estatal. A las 10:00 de la mañana, su característico brillo negro y su estampa clásica recordarán que la tradición también se mueve sobre cuatro ruedas.

El Rolls-Royce Phantom IV: un coche hecho solo para reyes

El Rolls-Royce Phantom IV es mucho más que un vehículo de representación. Fabricado entre 1950 y 1956, solo se produjeron 18 unidades en todo el mundo, destinadas exclusivamente a monarcas y jefes de Estado. Ninguno salió al mercado civil, lo que convierte al modelo en una auténtica rareza de la ingeniería británica.

En España, el entonces Jefe del Estado, Francisco Franco, adquirió tres unidades en 1952, antes incluso de que el modelo se presentara oficialmente. Desde entonces, los Phantom IV forman parte del parque móvil del Ejército de Tierra, y se conservan bajo custodia de la Guardia Real en el complejo de El Pardo.

Un vehículo cargado de simbolismo institucional

El Phantom IV ha estado presente en algunos de los momentos más relevantes de la historia reciente de España. Fue utilizado en la boda de los entonces Príncipes de Asturias, en la proclamación de Felipe VI en 2014, y cada año encabeza la Fiesta Nacional del 12 de octubre, transportando a los monarcas hasta la tribuna presidencial.

El coche mantiene su carrocería blindada, con tapicería artesanal y un motor de ocho cilindros en línea, capaz de ofrecer una marcha suave incluso a baja velocidad, ideal para los actos solemnes. Uno de sus detalles más curiosos es la figura del “Spirit of Ecstasy”, la famosa estatuilla de Rolls-Royce que, en esta versión, aparece inclinada hacia adelante, como muestra de reverencia hacia sus pasajeros.

Valor histórico y económico de una pieza única

Aunque su valor exacto es difícil de calcular, medios especializados estiman que el Phantom IV podría superar los 700.000 euros en el mercado actual, lo que lo sitúa entre los coches de Estado más valiosos del mundo. Su exclusividad, estado de conservación y carga histórica explican que el vehículo siga siendo una joya del patrimonio automovilístico nacional.

El Rolls-Royce comparte protagonismo con otros vehículos oficiales: la infanta Sofía suele desplazarse en un Mercedes Clase S blindado, mientras que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, utiliza un Audi A8 también reforzado, adquirido por el parque móvil estatal en 2017.

El recorrido del 12 de octubre: tradición en movimiento

Como es costumbre, los Reyes saldrán a bordo del Rolls-Royce Phantom IV poco antes de las 10:00 h rumbo al punto central del desfile, donde presidirán los actos de la Fiesta Nacional. El vehículo recorrerá las calles de Madrid escoltado por la Guardia Real, en un trayecto breve pero cargado de simbolismo: una escena que combina patrimonio, historia y continuidad institucional.

Un legado que sigue rodando

El Phantom IV es ya una pieza viva del ceremonial español. Su presencia cada 12 de octubre recuerda la importancia del protocolo y la conservación del patrimonio histórico del Estado. Más que un medio de transporte, este Rolls-Royce es un símbolo de permanencia, una cápsula del tiempo que une pasado y presente bajo el mismo estandarte.