Demoscopia
Tezanos desinfla 12,5 puntos al PP para que asome el sorpaso de Vox
El promedio de encuestas sitúa al PP en un 32,3% del voto, muy por debajo del 19,8% que le da Tezanos.
El CIS publicó ayer un barómetro sorprendente. No tanto porque diera al PSOE como ganador de unas hipotéticas elecciones generales -eso ya lo hace mes tras mes-, sino por cómo el centro dirigido por José Félix Tezanos ha imaginado la victoria socialista. Según la encuesta, Pedro Sánchez sería el claro ganador de unos comicios, con el 34,8% de los votos, y Alberto Núñez Feijóo le seguiría, muy por detrás, con sólo el 19,8%.
Se trata de una diferencia de nada menos que 15 puntos entre ambos, gracias a que el CIS le da al PSOE su mejor pronóstico de toda la legislatura y al PP su peor previsión. Para entender qué significa una distancia así, basta con decir que en la vida real no ha habido una diferencia tan grande entre los dos principales partidos desde las elecciones de 2011. Entonces, José Luis Rodríguez Zapatero se vio obligado a adelantar los comicios por su gestión de la crisis económica y Mariano Rajoy acabó aplastando en las urnas a Alfredo Pérez Rubalcaba.
Sin embargo, es probable que lo más interesante del barómetro de ayer no esté en quién gana o por cuánto lo hace, sino en lo que está sucediendo en el espacio de la derecha. Para el CIS, Vox sacaría hoy un 17,7% de los votos y se encontraría a sólo 2,1 de alcanzar al PP. Tezanos asoma aquí por primera vez y de manera nítida la posibilidad de que se produzca un sorpaso en los partidos de la derecha. Se trata, eso sí, de una imagen que de momento sólo ve Tezanos.
Para poder llegar a este escenario, el CIS se ha vuelto a desmarcar de lo que dicen todos los demás sondeos. Y lo ha hecho en dos direcciones muy claras. Por un lado, ha sobreestimado a Vox, aunque de manera leve. Y, por otro, ha infravalorado al PP. Esto último sí lo ha hecho de una manera dramática.
Hemos elaborado un promedio de las encuestas publicadas en los distintos medios de comunicación en la última semana, desde el pasado 6 de octubre, y realizadas por las principales empresas demoscópicas. Esto sirve para ver cuál es la tendencia general, ya que las dinámicas son parecidas. La única que se desmarca, y lo hace mes tras mes, es el CIS.
Según este promedio, el PP obtendría hoy un 32,3% de los votos. Es una previsión 12,5 puntos mayor que la estimación del CIS. De hecho, todas las encuestadoras menos una dan a Feijóo un resultado por encima del 30% de los votos. Y todas sin excepción le dibujan como ganador de las elecciones. Sólo el CIS pronostica un resultado distinto y le quita casi la mitad de los votos.
Vox, en cambio, obtendría el 16,7% de los votos, según el promedio. Se trata de un punto menos que el del barómetro. Es verdad, y no se puede negar, que la formación de Santiago Abascal está creciendo en los sondeos. Simplemente, no está creciendo tanto como dice Tezanos.
¿Pero qué efectos para el electorado puede tener el escenario de sorpaso que dibuja Tezanos? Aunque es difícil afirmar con exactitud, sí hay dos hipótesis que no son descabelladas y que, casualmente, afectan a los dos espectros ideológicos.
Empezando por la derecha, este tipo de escenario puede desactivar las llamadas al voto útil. Feijóo lleva meses explicando a sus potenciales electores que votar a Vox en algunas provincias es tirar votos de la derecha a la basura. Esto se debe a que en las circunscripciones que menos escaños reparten se premia el bipartidismo y los votos a Vox pueden no ser suficientes para conseguir escaños. Dicho de otra forma, se vende que si el objetivo es desalojar a Sánchez de la Moncloa, la papeleta que más suma es la del PP.
Esto es verdad. Sin embargo, si Vox aparece como un partido que aspira realmente a ser el segundo más votado, la llamada al voto útil no tiene demasiado sentido. La dicotomía no estaría tanto en el PP o Sánchez, sino en ver quién tiene que representar a la derecha en esa batalla, si el PP o Vox. El voto a Vox se revaloriza al ser una posibilidad real. Y como se trata de un juego de suma cero, esto perjudicaría directamente al PP.
La otra hipótesis atañe al electorado de la izquierda. El PSOE tiene, según todas las encuestas menos el CIS, un problema de desmovilización de sus votantes. Especialmente en algunos sectores, como las mujeres. La idea de que Vox se pueda convertir en el segundo partido de España y derroque al PP, puede servir para movilizar a ese electorado socialista.
Eso mismo ya pasó el 23-J. La campaña electoral coincidió con los pactos de PP y Vox en las comunidades autónomas y muchos ciudadanos acudieron a las urnas para que en España no sucediera lo que estaba sucediendo en las autonomías.
Pero, a pesar de los pronósticos del CIS, parece que los principales partidos no dan credibilidad a esos datos. El PSOE, porque tendría alicientes para convocar elecciones y no lo hace. El PP, porque lo dice: "Yo creo que todas las encuestas que no firma un socialista dan la victoria al PP", valoró ayer su portavoz, Alma Ezcurra. Vox tampoco se lo cree porque los partidos siempre empiezan a mostrar signos cuando de verdad ven posible un sorpaso. Pasó con la Izquierda Unida de Julio Anguita o con Podemos. Abascal, en cambio, se comporta como quien recibe buenas noticias de las encuestas, pero no tan buenas.