Fobias

¡Socorro! Le tengo pánico al dentista

Es un miedo muy habitual en muchas personas cuando lo que realmente duele son las consecuencias de no acudir a él regularmente.

Tener pánico al dentista es una fobia muy común.
Tener pánico al dentista es una fobia muy común.PIXABAY

El que lo ha pasado lo sabe: no hay nada más insoportable que un terrible dolor de muelas. Hay mujeres que prefieren pasar un parto a esto y es que es, francamente, de los peores que existen. Cuando aparece dicho dolor es que ya hay infección y, cuando por fin nos decidimos a ir al dentista, casi siempre nos prescribe un antibiótico y analgesia (más todavía), indicándonos una fecha pasados unos días en los que ya podrá trabajar en nuestra dolencia. Todo esto no sucedería, según los expertos, si concurriesen dos hábitos en nosotros: de un lado una correcta higiene bucal y, de otro, una visita anual al especialista y es que de la salud de nuestra boca dependen muchas otras cosas.

El Día Mundial de la Salud Oral se celebra el 20 de marzo, establecido por la Federación Dental Internacional (FDI) que es el organismo que agrupa a los colegios nacionales de dentistas de unos 130 países de todo el mundo. Sonreír, comer o hablar son hábitos cotidianos que realizamos constantemente sin valorar que, con el tiempo, si no cuidamos la salud de nuestros dientes y encías, se pueden ver afectados.

El miedo y la fobia al dentista son situaciones bastante comunes que no se atribuyen tan solo a los niños. La ansiedad dental también aparece entre los adultos y no siempre se trata de algo puntual. Las herramientas metálicas y punzantes, el ruido del instrumental y el hecho de que se trate de intervenciones en una zona tan sensible de nuestra anatomía justifican ese temor inicial y que pueda derivar en una dentofobia.

Para Miguel Gallardo, director de clínica de Tiiz, «es evidente que a nadie le gusta sufrir ni experimentar dolor cuando acude al médico. Sin embargo, cuando esos temores se transforman en algo persistente e injustificado acaban transformándose en un problema real». «Por un lado está la angustia que experimenta el paciente cada vez que tiene que ir al dentista y, por otro, que esos temores son en muchas ocasiones los responsables de que las revisiones bucodentales periódicas se demoren en el tiempo o incluso nunca lleguen a producirse y se origine un problema de salud grave», matiza.

Miedo al dentista o dentofobia

Parece lo mismo pero no lo es, el miedo al dentista y la dentofobia, también conocida como odontofobia, no son exactamente lo mismo.

Desde Tiiz explican que el miedo al dentista se identifica más con una condición pasajera que puede estar justificada por la vergüenza a exponer ante un especialista los problemas de la boca (deformaciones, mal aliento, úlceras…) o por el miedo al dolor, ya sea como respuesta involuntaria a una experiencia traumática, ya como una reacción natural ante lo desconocido.

«Por otra parte la dentofobia, como sucede con cualquier otra fobia, se trata de una reacción que se repite e induce al paciente a una gran ansiedad», explica Gallardo.

La fobia al dentista es un conflicto emocional que se muestra con la aceleración del pulso cardíaco, la dificultad para respirar, los sudores fríos y las alteraciones en el aparato digestivo.

En definitiva, mientras que el miedo al dentista se puede superar mediante la propia experiencia favorable en la consulta, la odontofobia exige un mayor esfuerzo tanto por parte del paciente como del especialista que le atiende.

Tal y como explican desde Tiiz, la prevención de la fobia al dentista debe trabajarse ya con los pacientes infantiles para que al llegar a la edad adulta la experiencia confirme que no hay nada que temer. «A la hora de tratar con niños hay que emplear un vocabulario acorde a su edad que les permita estar informados de lo que está sucediendo sin que se pongan nerviosos o se preocupen. Además, también funciona muy bien la musicoterapia en consulta o el empleo de juguetes en la sala de espera para que ese tiempo justo antes de ser recibidos por el dentista les resulte divertido y se despreocupen», concluye Gallardo.

Consejos para superar la fobia al dentista

Las fobias están tan enraizadas al subconsciente de quien las sufre que el proceso de superación requiere el uso de técnicas de relajación y autocontrol que ayuden a normalizar la situación.

Por ello, en el caso de la dentofobia existen métodos muy eficaces para superar estos temores de forma progresiva. Si sufres este tipo de fobia, estos consejos te vendrán bien.

● Localiza un centro de confianza y visita siempre al mismo dentista. Una clínica con buenas referencias aporta mayor tranquilidad y seguridad.

● Si no puedes controlar la ansiedad de sentarte solo en una sala de espera, mejor ir acompañado de alguien de confianza.

● Las prisas aumentan los niveles de estrés, así que sal de casa con tiempo. Lo mismo sucede si postergas de manera indefinida el momento de concertar una visita: tan solo estarás prolongando tu ansiedad.

● Habla con confianza, no intentes ocultar tus miedos. Si padeces dentofobia lo mejor es que informes a tu dentista de ello una vez que entres en la consulta. De esta forma, él podrá adaptar su manera de proceder para hacer que te sientas mucho más relajado y a gusto.

● En casos extremos y siempre que el especialista lo considere oportuno dadas las características de la intervención, solicita un sedante. Pero recuerda que esta no es la solución al problema sino una ayuda en situaciones que se escapan a tu control.