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Tokio

Ganar a la primera sí es una opción real

Juan Antonio Samaranch en apoyo de la candidatura
Juan Antonio Samaranch en apoyo de la candidaturalarazon

Madrid 2020 se mueve entre la seguridad de superar la primera votación y la opción de ganar en ella incluso por mayoría absoluta

Juan Antonio Samaranch Salisach, Marisol Casado y Patxi Perurena: tres miembros españoles del Comité Olímpico Internacional. «Teniendo en cuenta que Tokio tiene uno y Estambul otro, podemos decir que triplicamos las fuerzas», afirma Marisol, presidenta de la Federación Internacional de Triatlón. Su labor a la hora de captar votos es fundamental porque tienen acceso a donde otros no llegan. Una cena por aquí, una reunión por allá, un desayuno en este evento... Cualquier oportunidad es buena para hablar con los colegas y pedirles el apoyo para Madrid, de forma más sutil o menos. «Para mí lo más importante es la información subliminal», desvela Casado. «Cada persona es un mundo y no es política, no tienes una forma estándar, hay deportistas, miembros de federaciones internacionales, de comités olímpicos... Los más difíciles son los 70, digamos, independientes», piensa Perurena, que preside la Federación Internacional de Remo. Antes del pasado 3 de julio en Lausana, entre los tres miembros del COI, Alejandro Blanco y Theresa Zabell ya se habían reunido con todos los miembros que van a decidir la sede el próximo sábado. «Y desde julio lo hemos vuelto a hacer con el 50 o el 60 por ciento. En segundas vueltas nos permite cruzar opiniones: hablo yo con alguien, después, por ejemplo, Juan Antonio, y vemos: éste está, éste no; cuidado por aquí porque yo creo que éste está enfadado con este otro», prosigue Patxi.

Y en ese intercambio de información las sensaciones que reciben son positivas. «Tienes que tener un voto cautivo de 35 para pasar la primera ronda y yo estoy convencido de que lo tenemos», reconoce Perurena. La candidatura está convencida de que el primer paso está dado. Marisol Casado incluso tiene la intuición de que en la primera votación Madrid puede ser ya vencedora, para lo que necesitaría 48 votos si el censo final es de 95 por las posibles bajas. «Pero ojo, el voto es secreto y la experiencia me dice que es muy difícil acertar. Lo importante es que entre unos y otros hemos podido acceder con tiempo de calidad a todos los miembros para explicar el proyecto», añade Samaranch, el COI español más veterano, presente en todas las apuestas de Madrid, y que, pese a todo, reconoce que España históricamente ha tenido un «suelo» importante, unos votos seguros por afinidad.

Con el primer obstáculo superado, la cuestión está en conseguir arrastrar votos de la ciudad que ha sido eliminada y en eso trabaja también la delegación española. En 2009, en Copenhague, Madrid ganó la primera votación con 28 votos, pero sólo sumó cuatro más en las posteriores. El «suelo» de la candidatura es ahora mayor. En Dinamarca también estaba Tokio y se quedó nueve votos por detrás de Madrid, un factor a tener en cuenta, aunque de los que eligieron la sede de 2016 hace cuatro años repiten 70 y 28 son nuevos. Allí el avance de Río era imparable. «En cada momento hay una idea colectiva que va calando en la mente de una mayoría de los miembros del COI y que ha estado bien explicada y documentada y va cogiendo más fuerza que otras. Río presentó una idea que era: "Es de justicia llevar los Juegos a un nuevo continente. Estamos ya preparados". Hicieron un trabajo excelente que pasó por encima de todos los demás», cuenta Samaranch. Madrid trabaja en algo parecido. «Quizá lo que el movimiento olímpico necesita ahora es demostrar que se pueden hacer unos Juegos sin un gasto excesivo», asegura Casado. «Porque llegará un día en que se den los Juegos a un proyecto virtual, como los cuatro últimos, y al final no se va a poder hacer y será un batacazo», sigue Perurena. «Y tengo la sensación de que la idea de que el mundo olímpico necesita unos proyectos razonables, no gigantes, y que los Juegos son algo más que gastar dinero está siendo bien recibida», concluye Juan Antonio Samaranch.