Gastronomía

“Debemos refrescar el sector, los jóvenes lo necesitan”

Quim Vila es el ideólogo del Premio Vila Viniteca Cata por Parejas, que hoy ha celebrado en Barcelona su decimotercera edición y cuyas inscripciones se agotaron en cuatro minutos

Quim Vila, experto en vinos y propietario de la tienda Vila viniteca.
Quim Vila, experto en vinos y propietario de la tienda Vila viniteca.Cristina BejaranoLa Razón

Es una de las personas que más sabe de vinos. Por eso, colabora en los volúmenes del Sapiens del vino, que forman parte de la Bullipedia de Ferrán Adrià. También, de las que más empeño ponen por promover su cultura. De ahí que pusiera en marcha el Premio Vila Viniteca Cata por Parejas desde una de las distribuidoras más importantes de Europa. En esta décimotercera edición, que ha tenido lugar hoy en Barcelona, las inscripciones se agotaron en cuatro minutos por varios motivos: porque se trata de un certamen divertido, para el que los participantes se preparan todo el año, y porque la pareja ganadora se embolsa 30.000 euros, 7.000 la segunda y 3.000 la tercera.

¿Cómo escoge los ejemplares?

–Procuro que puedan identificarse. No pongo un albariño de Nueva Zelanda, que existe, porque es una rareza casi imposible de acertar. No se trata de hacer imposibles, porque quiero que los participantes se diviertan.

Seguimos sin tener la cultura vitivinícola que deberíamos, ¿qué ocurre?

–El consumo sigue bajando, sí. Se ha quedado como una bebida antigua, de mayores, y es nuestra culpa. Nos ha faltado conectar con la gente joven, como lo hace la cerveza o las bebidas espirituosas.

¿Qué reivindica?

–Se disfrutaba en las casas cuando las familias comían y cenaban juntas, pero esto se ha perdido, Hoy, se ha convertido en un producto de fiesta y mientras el Ministerio de Agricultura lo promociona el de Sanidad lo asemeja a alcoholes de 40 grados.

¿Cuál es la solución?

–Comunicar que puedes tomar vino de una manera informal. Que no hace falta saber, ni hacer un máster. Los que lo vendemos hemos hecho que resulte difícil de pedir en un bar o en un restaurante. Por supuesto, los hay muy especiales para conocedores, pero también debe ser fácil disfrutar de una copa sin tener que contestar una serie de preguntas.

Pero, cada día hay más tiendas especializadas y sumilleres formados para aconsejarnos.

–Sí, y lo que hay son muchas más bodegas en España, pero faltan más. Aquí, hay unas 5.000, pero en Francia hay más de 30.000 y en Italia, 14.000. Es verdad, que existe una nueva generación de jóvenes viticultores, que han recuperado tierras de sus padres y están haciendo micro proyectos, lo que aporta una diversidad increíble. Hay más personas hablando del vino español y creo que es magnífico para el futuro.

Usted ha sido uno de los precursores de unos ejemplares buenos con nombres y etiquetas divertidas. Entre ellos, El Perro Verde, El Hombre Bala y El jardín de Lucía.

–Debemos refrescar el sector. Los jóvenes lo necesitan.

Y, ¿ayudan a quienes no tienen ni idea de vinos a decantarse por uno o por otro?

–A todos las etiquetas nos entran por los ojos. Luego, que el nombre parezca divertido o no depende de cada uno. Tú compras el ejemplar con el que te encuentres cómoda. Durante años, en España se han descuidado las presentaciones, pero ya son buenas. También, lo que buscan los aficionados es que haya una historia detrás de él.

¿También evoluciona la manera de beberlo?

–Nos hemos quedado por detrás con respecto al sector de la coctelería, que ha evolucionado más rápido. Sí se ha estudiado qué copa va mejor para cada ejemplar, pero aún nos falta el poder tocarlo un poco. Parece que el vino no puedes mezclarlo con nada.

No han sido ustedes rupturistas.

–Se puede mezclar un whisky de 200 euros con otras bebidas para elaborar una combinación. En cambio, mezclar un vino para preparar un cóctel es un sacrilegio. Debemos ir más allá, porque las novedades bien estudiadas son fantásticas.

¡Pero cuánta gente de su sector se lleva las manos a la cabeza si ve a una persona poner hielo al vino blanco o beber un tinto de verano!

–Me parece un error. Yo creo en la libertad. Hay que experimentar.

¿Qué vinos nos gustan?

–Hay un auge de los vinos rosados y de los respetuosos con el medio ambiente. Por los ecológicos, biodinámicos y bajos en sulfuroso.

¿Robert Parker sigue siendo el gurú?

–Junto a la información que fluye a lo bestia por Internet, la guía de Parker es la numero uno y junto la Peñín ayudan a vender fuera.

¿Cuál es la dificultad?

–Nos han faltado las embajadas del vino y de los productos, que son los restaurantes españoles por el mundo. Hoy, hay unas grandes bodegas que ayudan a eliminar la etiqueta de que España vende bueno, bonito y barato.